Sucesos Málaga
Denuncia que su vecino lo intentó apuñalar y realizó tocamientos a su mujerLa pareja asegura que lleva casi tres años sometida a amenazas y coacciones por parte de este hombre, a quien la policía ha detenido en dos ocasiones en el último mes
En una mano, un spray de autodefensa. En la otra, el móvil preparado para grabar. Cada vez que entran o salen de su vivienda, Daniel y Lidia (34 y 28 años) aplican este protocolo. Sin excepción. La pareja, junto a su hija de siete años, asegura estar sufriendo un auténtico calvario a causa de un vecino, con el que viven puerta con puerta en la barriada malagueña de Las Flores. Ya suman una docena de denuncias contra este hombre, que en el último mes ha sido detenido en dos ocasiones por la Policía Nacional por supuestos ataques a la familia, entre los que se incluye un presunto intento de apuñalamiento, tal y como han confirmado a este periódico fuentes policiales.
«Lleva casi tres años haciéndonos la vida imposible», afirma Daniel (tanto su nombre como el de su pareja son ficticios), quien sostiene que ambos están anímicamente destrozados por la situación de «acoso» continuado. Las amenazas, incide, son prácticamente diarias y se extienden incluso hacia la menor. «Nos dice que nos va a matar, o que me va a violar a mí y a mi hija… y viendo cómo actúa, creemos que es perfectamente capaz de cumplirlo», mantiene Lidia.
El vecino cuenta con una orden del Juzgado de Instrucción número 12 de Málaga por la que no se puede aproximar a la mujer a menos de diez metros como investigado por supuesta agresión sexual. Según denunció ella, el primer episodio ocurrió en marzo y, el segundo, en agosto. En ambos, según se expone en las denuncias, a las que SUR ha tenido acceso, el vecino presuntamente la acorraló en su portal y le realizó tocamientos, al tiempo que le profería insultos y amenazas, como que «la próxima será mi hija».
No obstante, según ha reiterado la pareja en numerosas denuncias posteriores, esta persona se salta la medida día sí y día también. Aseguran que persigue a Lidia cada vez que va a llevar o a recoger a su hija del colegio, cuando sale a tirar la basura o a hacer la compra. De hecho, la mujer cuenta que tuvo que dejar su trabajo en una peluquería por el miedo tan atroz a los encontronazos con este hombre.
Los últimos incidentes, explican, han sido especialmente violentos, lo que ha llevado a la Policía a detener al vecino en dos ocasiones. Uno de ellos sucedió sobre las 00.30 horas del pasado 17 de noviembre. Daniel se disponía a subir a su casa y, al acceder al portal, escuchó que él abría de inmediato su puerta, según relata. Presuntamente, portaba un cuchillo con el que lo habría acometido. Traspasó las dos camisetas que vestía, pero Daniel pudo repeler el ataque al reaccionar dando un salto, de acuerdo con la denuncia.
La punta del arma, asegura la víctima, le dio en el abdomen, aunque no llegó a provocarle heridas. «Eso fue una tentativa de homicidio, no es un delito leve», dice, indignado con la calificación inicial del juzgado. Supuestamente, su vecino trató de apuñalarlo una segunda vez, pero Daniel pudo zafarse usando su spray de gas pimienta homologado.
En este caso existen denuncias cruzadas. El otro vecino también ha denunciado a Daniel en reiteradas ocasiones, si bien los hechos no dieron lugar a que éste último fuese detenido, según confirmaron fuentes policiales. El día del supuesto apuñalamiento, al parecer, el vecino llamó a la policía denunciando que el perjudicado le había roto su puerta. «Ya no sé ni cuántas denuncias falsas me ha puesto», señala el hombre. En esa ocasión, los propios efectivos se marcharon tras comprobar que no se había producido hecho delictivo alguno.
Una semana después, Daniel iba a salir de su vivienda y, en cuanto abrió la puerta, supuestamente lo hizo también su vecino, nuevamente portando un cuchillo de grandes dimensiones. Él cerró de inmediato la puerta para evitar una posible agresión a él o a su familia, tras lo que, de nuevo, acudió a denunciar lo sucedido.
En este punto, la pareja asegura que se siente sola ante el peligro y denuncia la falta de medidas por parte de la policía y del juzgado que les protejan de una manera efectiva. Según dicen, ambos están en tratamiento por el estrés que llevan años viviendo y que también afecta a la pequeña, para quien han solicitado atención psicológica. Con pena, la madre cuenta que apenas la llevan al parque, por ejemplo, con tal de evitar nuevos encontronazos. «Ya en el colegio nos han dicho que no la ven del todo bien y hemos tenido que explicarles la situación», exponen sus padres, quienes se pusieron en contacto con este medio porque, según afirman, están desesperados.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.