Portada de la guía creada por los doctores Zoilo Madrazo y José María Jover.

Más del 30% de los pacientes quirúrgicos desarrollará una anemia

Tanto pre como la postoperatoria se asocian directamente con un incremento de las complicaciones, infecciones, necesidad de UCI, estancia, recurrencia neoplásica y mortalidad en el paciente quirúrgico

redacción

Jueves, 9 de julio 2015, 11:42

La anemia perioperatoria representa una comorbilidad particularmente frecuente en pacientes quirúrgicos, con una tasa de prevalencia media de un 30-40%, con las graves consecuencias que esto conlleva. «Tanto la anemia pre- como postoperatoria se asocian directamente con un incremento de las complicaciones, infecciones, necesidad de estancia en UCI, incremento de los días de hospitalización, recurrencia neoplásica y mortalidad en el paciente quirúrgico», afirma el doctor Zoilo Madrazo, del Departamento de Cirugía General-Urgencias Quirúrgicas del Hospital Universitario Bellvitge (Barcelona) y co-autor, junto al doctor José María Jover, de una 'Guía Práctica Clínica para el Manejo de la Anemia en el Paciente Quirúrgico'.

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La iniciativa de realizar esta guía parte de la Asociación Española de Cirujanos para destacar la frecuencia, consecuencias y posibilidades de prevención y tratamiento de la anemia en el entorno quirúrgico, más aún cuando «se trata de un trastorno frecuentemente infradiagnosticado e infratratado», asegura el doctor Madrazo.

Así, esta guía trata de convertirse en un recurso útil y accesible para todos los cirujanos. Como resalta el co-autor de este manual, «los facultativos precisamos herramientas sencillas que faciliten nuestra tarea diaria a la hora de unificar criterios diagnósticos y generar alternativas terapéuticas adaptadas a las necesidades específicas de cada paciente, y creemos que esta Guía puede contribuir a ello».

A su juicio, contar con información y protocolos actualizados resulta «crucial, dada la necesidad de mejorar nuestro enfoque frente a la anemia en el enfermo quirúrgico». de hecho, y según el doctor Madrazo, «es fundamental reconocer su relevancia e impacto pronóstico».

La anemia en la población

La prevalencia de anemia en población pendiente de una intervención quirúrgica programada (anemia preoperatoria) resulta muy variable (14-75%), y constituye un efecto adverso independiente y determinante del incremento de complicaciones y mortalidad postoperatorias (de 2 a 5 veces), especialmente en ancianos y/o en pacientes con enfermedad cardiorrespiratoria grave.

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En el enfermo quirúrgico, aparte del estado carencial previo (frecuente en pacientes añosos, patología digestiva u oncológica), la propia intervención quirúrgica provocará pérdidas hemáticas durante y después de la cirugía, que pueden verse agravadas por la inhibición eritropoyética inducida por la inflamación asociada al estrés quirúrgico y a la enfermedad de base (AEC).

La anemia representa una de las patologías o comorbilidades más prevalentes en la población general, con un impacto directo en el pronóstico, función cognitiva, tasa de complicaciones y calidad de vida.

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Según la Organización Mundial de la Salud, la anemia se define como un trastorno caracterizado por cifras de hemoglobina (Hb) inferiores a 13 g/dL en varones, 12 g/dL en mujeres no gestantes y < 11 g/dL durante el embarazo. El déficit de hierro es la causa más frecuente (50%) de anemia y la deficiencia nutricional más común en el mundo. Se estima que la anemia ferropénica afecta aproximadamente al 25-30% de la población mundial.

A pesar de su frecuencia e impacto clínico y económico, la anemia perioperatoria puede prevenirse y tratarse. Una de las opciones más socorridas en el entorno quirúrgico es el empleo de transfusiones de sangre alogénica (TSA) en los casos más severos. Cuando la anemia perioperatoria es grave, puede corregirse rápidamente mediante transfusiones de sangre alogénica. Sin embargo, «aunque eficaz, la TSA constituye un recurso limitado y se asocia a un aumento de complicaciones y mortalidad en el paciente quirúrgico, por lo que deben valorarse -siempre que sea factible- otras alternativas terapéuticas», aconseja el doctor Madrazo.

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Tomar hierro

Dentro de estas opciones, los expertos reconocen que la ferroterapia oral constituye una alternativa fácil y segura en la prevención y tratamiento de la anemia, y representa el tratamiento de elección de la anemia leve-moderada en la mayoría de casos.

«La ferroterapia oral es fundamental en el manejo y corrección de la anemia ferropénica preoperatoria, siempre que el intervalo de tiempo hasta la intervención quirúrgica sea suficiente para garantizar su eficacia; de ahí la importancia del diagnóstico precoz», destaca el Dr. Madrazo.

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Una de las principales limitaciones de esta ferroterapia es la dificultad que tiene el organismo para absorber este hierro administrado oralmente. La causa más común de fracaso del tratamiento ferroterápico oral es la refractariedad o incumplimiento, siendo la intolerancia digestiva (dolor abdominal, náuseas/vómitos, estreñimiento/diarrea) el efecto secundario más frecuente del hierro oral.

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