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Sábado, 13 de junio 2015, 11:01
Las fresas silvestres, que crecen en bosques y pendientes de zonas montañosas, resultan beneficiosas para la salud por sus propiedades diuréticas y astringentes. Eso incluye tanto al fruto como a sus raíces y partes aéreas (tallos y hojas).
Investigadores del grupo ALIMNOVA de la Universidad Complutense de Madrid, junto a científicos portugueses de la Universidad de Oporto y del grupo BioChemCore del Instituto Politécnico de Bragança, han descubierto que estos elementos también cuentan con propiedades nutritivas.
El análisis de muestras silvestres recogidas en Serra da Nogueira (Portugal) y de fresas comerciales reveló que, además de cualidades nutritivas, las raíces, tallos y hojas también tienen propiedades antioxidantes, al ser ricas en vitamina E, C y otros ácidos orgánicos.
Los resultados preliminares indican que las raíces silvestres aportan más cantidad de azúcares, ácidos grasos poliinsaturados, vitamina B9 y E en comparación con las comerciales.
Dosis recomendada por la UE
Además de la planta, los investigadores estudiaron infusiones y decocciones preparadas con las muestras. Las infusiones se hicieron en agua destilada hirviendo, en la que se introdujo un gramo de cada ejemplar, dejándolas reposar cinco minutos. En las decocciones se sumergieron las plantas desde el principio, llevando el agua a ebullición durante cinco minutos y dejándola enfriar el mismo tiempo.
Estas fresas abundan en Europa y en países como Canadá, Estados Unidos, Corea y Japón. El Parlamento Europeo ha recomendado un consumo diario de 200 microgramos al día de vitamina B9 (ácido fólico y folatos), presente en las partes vegetativas, sobre todo en las raíces.
«Según los resultados obtenidos, 100 mililitros al día de la infusión de estos elementos de la planta podrían contribuir de forma apreciable a la ingesta diaria de nutrientes, como es el caso de los folatos», destaca Patricia Morales, profesora del departamento de Nutrición y Bromatología II de la UCM y coautora del trabajo, que se ha publicado en la revista LWT Food Science and Technology.
Los análisis detectaron que las muestras silvestres destacaron en cuanto a sus contenidos de minerales, calcio, magnesio, hierro y manganeso, frente al potasio, cinc y cobre de las comerciales.
«Cualquiera de las dos pueden ser consideradas como fuentes de nutrientes y de compuestos bioactivos con importancia fisiológica y nutricional», apunta la investigadora.
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