¿Qué hacer si salen lunares rojos?

Las campañas de sensibilización sobre el cáncer de piel ponen su acento en la vigilancia de los lunares como método de prevención. Pero, ¿qué ocurre si son de color rojo? Si bien en un primer momento su aparición y su llamativa tonalidad puede resultar inquietante, los especialistas advierten de que no hay ningún motivo para alarmarse. Nada tienen que ver. Se les conoce como angiomas rubí y son pequeñas dilataciones capilares que se producen por el debilitamiento de estos por el paso de los años. Suelen aparecen a partir de los 40 o 45 años y tiene un claro componente hereditario, advierte Nuria Blázquez, responsable de la unidad del área de Dermatología del Hospital Costa del Sol de Marbella.

Para esta especialista, se trata de lesiones completamente benignas y que no requieren tratamiento. En su opinión, solo estaría justificado por un motivo estético o porque causara molestias por algún tipo de roce. Entonces sí se podrían eliminar con láser o con bisturí eléctrico.

Estos angiomas de color rojo vinoso suelen ser de pequeño tamaño (dos o tres milímetros) y, ocasionalmente, presentar abultamiento. Aunque la probabilidad de tener un angioma rubí es más alta si el padre o la madre presentan alguno, también puede darse en personas que no tienen antecedentes. Lo que sí es muy raro es que le salgan a los niños, apunta Blázquez.

Una vez que aparece el primero, la tendencia es que vaya a más y se extiendan por otras partes del cuerpo, como los brazos y la espalda. ¿Medidas para evitarlos? Según la especialista, un cuidado mínimo de la piel siempre es importante en cualquier circunstancia y, en este caso, se puede retrasar su aparición con una buena hidratación y con el uso habitual de cremas regeneradoras. Pero como en el caso de las arrugas, si tienen que salir por el paso de los años, acabarán saliendo, afirma.