Borrar
Juan López y Alfredo Niharra, componentes de The Plastic Clono Band, ensayan sobre el tejado de su casa en Las Arenas, Vizcaya, el concierto que los Beatles dieron hace medio siglo en la terraza de su estudio en Londres para finiquitar ocho años inolvidables. BORJAAGUDO
De la caverna al cielo

De la caverna al cielo

The Plastic Clono Band, pioneraen España de las bandas tributo a los Beatles, se subirá a una azotea para tocar el concierto en el tejado que los ingleses dieron hace hoy 50 años, su último 'show'

isabel ibáñez

Viernes, 1 de febrero 2019, 00:10

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Sentado en la butaca junto a Yoko, amparado en la oscuridad, a Lennon le corrían las lágrimas por la cara salvando el obstáculo de sus gafas redondas al contemplar a McCartney en pantalla, cantando en aquella azotea adonde se habían subido meses antes para rodar el documental que certificaba el lanzamiento de su último álbum, 'Let It Be', y algo más: la desaparición del grupo más famoso del mundo. Era la primavera de 1970 y todo había acabado ya. Los cines exhibían la película mientras él volaba en solitario. La invitación a la sesión de cine había venido del fundador de la revista 'Rolling Stone', Jann Wenner, quien, al lado de su esposa, contemplaba los sollozos del exbeatle mientras ellos mismos se estremecían conmovidos. La escena quedó reflejada en las memorias de Wenner, 'Sticky fingers', escritas por Joe Hagan. Aquellas imágenes que emocionaban al autor de 'Imagine' habían ocurrido meses antes, el 30 de enero de 1969, tal día como hoy hace 50 años, y se han convertido en una de las postales más potentes de la historia del grupo y de la música.

Estos días, fans de la banda recuerdan por todo el planeta el concierto que acabó con la Policía 'disolviendo' el buen rollo que habían montado en la terraza de su estudio de grabación en Londres, Apple Corps, para rodar aquel documento. Y entre ellos, Juan López y Alfredo Niharra, pioneros en España de las bandas tributo en general y de los Beatles en particular. Juan fundó ni más ni menos aquel grupo bilbaíno llamado Liverpool que Jesús Hermida reclutó a finales de los años 80 para su programa matutino, los únicos músicos que hacían aquello en nuestro país por entonces. Lo cierto es que Juan ha estado siempre en formaciones homenaje a su banda de referencia, aparte de muchos otros proyectos musicales. Junto a Alfredo –desde los 90 en Dolly Beatles, otro tributo– lleva casi 20 años tocando con The Plastic Clono Band (y en el grupo Lee Perk), compuesto también por Fernando Ruiz (baterista) y Miguel Ángel Fernández (teclista) –sustituido por Álex Blasco para esta ocasión–. Pioneros y veteranos que se han recorrido los festivales beatle de toda Europa reclamados por los organizadores para tocar temas que habitualmente otras formaciones similares ni contemplan. Además, no se disfrazan –nada de pelucas–, a diferencia de la mayoría: «Nos gusta centrarnos más en defender las canciones, sin artificios».

The Cavern. El grupo vasco, en la sala donde los Beatles se dieron a conocer y tocaron en 292 ocasiones. Alfredo y Juan ya llevan tres
The Cavern. El grupo vasco, en la sala donde los Beatles se dieron a conocer y tocaron en 292 ocasiones. Alfredo y Juan ya llevan tres Rc

Este miércoles 30 de enero tenían previsto ofrecer un concierto a la misma hora que aquel de hace medio siglo en una azotea de un local en Santander, junto a la playa, pero los temporales han obligado a posponer el homenaje ideado por un grupo de fans de Cantabria: «Cuando me llamaron para proponérmelo –confiesa Alfredo– dije que absolutamente no; no, no podíamos hacerlo. Recrear aquello con seriedad y calidad, con un repertorio muy complicado, aquellas canciones que tocaron allá arriba y que no dominábamos, nos parecía imposible. Así que esa fue nuestra primera respuesta. No. ¡Y con este frío! Y porque nadie puede cantar 'I Got A Feeling', ¡tan agudo no llega Juan ni el propio McCartey ya!», bromea.

Los Beatles, en The Cavern
Los Beatles, en The Cavern

En el techo del edificio de Apple Corps, la temperatura rondaba los 7 grados. A George Harrison le encendían un cigarrillo tras otro para calentarle los dedos. «Mis manos están demasiado frías para tocar las cuerdas», decía Lennon entre canciones, y los micrófonos aparecieron envueltos con medias femeninas para protegerlos del viento gélido y minimizar su efecto en la grabación –el ingeniero de sonido, Alan Parsons, se plantó en una mercería y pidió tres pares sin importar la talla. «Pensaban que iba a robar un banco o que era un travesti», contó después–. Lennon y Ringo habían tomado prestados los abrigos a sus mujeres para entrar en calor, el primero con las pieles de Yoko y el batería con el impermeable rojo de Maureen Starkey, y lo cierto es que les quedaban de cine. Pieles se ha agenciado Alfredo, y con ellas se sube a la azotea de su casa en Las Arenas (Bizkaia) a ensayar para el bolo junto a Juan, en elegante traje negro como el de McCartney.

Porque, evidentemente, aquella negativa inicial al plan de los fans cántabros se transformó en un sí cuando los cuatro vascos se reunieron para tratar el asunto, recuerda Juan: «Empezamos por comprobar si nuestras gargantas llegaban bien para entonar aquellos temas. Canturreamos un poco y nos fuimos animando. Y en realidad es ilusionante este homenaje a aquel momento que supuso el epílogo del grupo. No solo eso; allá arriba parecía que estaban unidos otra vez, había complicidad, tenían buen rollo. Supuso un soplo de aire fresco, aunque luego sucedió lo inevitable».

«Venga, hagámoslo»

Y aunque se haya pospuesto, en próximos días se sabrá cuándo y a qué azotea se subirán para doblar el cuello a los transeúntes cuando escuchen desde lo alto las melodías que sonaron aquel día, tan cerca del cielo y de la despedida. John, Paul, George y Ringo junto a un quinto beatle, Billy Preston al piano, tocaron 'Get Back', 'Don't Let Me Down', 'I've Got A Feeling', 'One After 909' y 'Dig A Pony', las que han quedado reflejadas en la película aunque interpretaran un puñado más... «Nos gustaría mucho dar este concierto en nuestra ciudad, claro, en Bilbao. Sería genial en la terraza de La Alhóndiga (Azkuna Zentroa), por ejemplo. Aunque es verdad que nos llaman más de Cantabria, Burgos, Valencia... Y de ciudades europeas con festivales de este tipo. Hemos estado varias veces en Gran Bretaña –han tocado en seis ocasiones en la Beatleweek de Liverpool y tres en la icónica sala The Cavern–, en Francia, Bélgica, Alemania... Y la gente flipa porque hacemos versiones que ninguno hace. Ese es el secreto, ofrecer joyitas que nadie saca ni da valor».

'LET iT BE'

El disco: Fue el duodécimo y último trabajo de estudio de los Beatles. Salió al mercado el 8 de mayo de 1970 producido por Phil Spector, aunque en realidad está grabado casi en su totalidad en 1969 y antes de la publicación de su penúltimo álbum, 'Abbey Road'. Iba a llamarse 'Get Back', pero, a la vista de la disolución del grupo, se tituló 'Let It Be'. Lleva aparejada la grabación del documental del mismo nombre que incluye el concierto de la azotea.

Canciones. En 35'10 minutos, engloba los títulos 'Two Of Us', 'Dig A Pony', 'Across The Universe', 'I Me Mine', 'Dig It', 'Let It Be', 'Maggie Mae', 'I've Got A Feeling', 'One After 909', 'The Long And Winding Road', 'For You Blue' y 'Get Back'.

Controvertido. Fue un parto largo y con dolor. La banda estaba desintegrándose y el malestar entre sus miembros era palpable. Lennon anunció su marcha medio año antes de que este último álbum llegara a las tiendas.

No solo hubo debate en The Plastic Clono Band para ver si aceptaban el reto de recuperar aquel bolo icónico; en el seno de los Beatles generó acalorada discusión el lugar en el que debían rodar la escena, y se plantearon ideas, alguna descabellada, antes de pensar en la azotea que tenían sobre sus cabezas. De aquel 'brain storming' salieron propuestas como las pirámides de Egipto, un coliseo romano en Túnez, un barco por el río Támesis... ¡O el transatlántico 'Queen Elizabeth II'! Al parecer, fue Lennon quien puso algo de orden en todo aquello, o acaso fuera simple hastío por un proyecto que agonizaba, y planteó la terraza, escenario similiar al que la banda Jefferson Airplane se había subido solo un mes antes para ofrecer uno de sus 'shows'. El director de la cinta, Michael Lindsay-Hogg, que también reclama la idea definitiva como suya, desveló después que justo antes de salir a la azotea, al final de las escaleras, «George no quería hacerlo y Ringo no paraba de decir que no le veía el punto a todo aquello. Fue John quien los lanzó afuera con un '¡Oh, venga, joder, hagámoslo!». Y dieron el paso.

The Plastic Clono Band hará lo propio cuando la climatología dé un respiro. Estaría bien que la cosa terminara igualmente con la poli disolviendo a los ruidosos, un gag que se convirtió en el colofón perfecto para dar un toque subversivo y provocador, la chispa a algo que estaba muriendo ya. Porque, lejos del buen ambiente que parecía respirarse en la terraza, saltaban chispas entre los henchidos egos de Lennon y McCartney, mientras Harrison y Starr se sentían menospreciados. De hecho, Harrison fue el que impuso la presencia del teclista Preston bajo amenazas de abandono, y en realidad a ninguno de los cuatro les apetecía rodar el documental. Por eso, ateniéndose a la lógica, cambiaron el nombre del último disco y, en vez del planeado 'Get Back', una especie de entusiasta 'vuelve', optaron por el más lógico y realista de 'Let It Be', 'déjalo estar', con el que finiquitaban ocho años irrepetibles e inolvidables. El edificio de Apple Corps fue vendido en 1976 y, tras pasar por varias manos, hoy acoge locales comerciales.

La película (ganadora del Oscar a la mejor banda sonora, que recogió Quincy Jones porque ningún beatle asistió) y la mayor parte del álbum del mismo título, el último, llegaron al público en 1970, aunque se grabaron en su mayor parte antes del disco anterior, 'Abbey Road', publicado en septiembre del 69, pocos días después de que Lennon anunciara que se iba. También fueron suyas las palabras que cerraron aquel bolo matutino en la azotea interrumpido magistralmente por agentes de la ley: «Me gustaría dar las gracias en nombre del grupo y de nosotros mismos. ¡Y espero que hayamos pasado la audición!».

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios