Miura, durante un partido en su etapa de jugador de la selección de Japón.

Oliver Atom, el jugador japonés que inspiró 'Oliver y Benji'

A punto de cumplir medio siglo, el futbolista Kazuyoshi Miura sigue jugando en el Yokohama FC

zigor aldama

Miércoles, 1 de marzo 2017, 01:09

Japón no es ninguna gran potencia futbolística mundial. De hecho, no logró clasificarse para un Mundial hasta el de Francia en 1998 en el de 1938 se retiró y en el que se celebró 12 años después no fue admitido, y su mejor resultado ha sido acceder a los octavos de final en la competición que celebró junto a Corea del Sur en 2002 y en la que se jugó en Sudáfrica hace siete años. Sin embargo, una de las series de cómics shonen como se denomina al manga dirigido a chicos jóvenes más famosas del país tiene como protagonista absoluto al fútbol. El capitán Tsubasha, que se popularizó en España como Campeones: Oliver y Benji, fue un éxito mundial que sirvió para imbuir el fervor por el fútbol en niños y jóvenes que crecieron en las décadas de 1980 y 1990. Muchos soñaron con efectuar carreras infinitas sin tocar el suelo y con marcar goles inverosímiles, como hacían sus protagonistas.

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El creador de la historia, el dibujante Yoichi Takahashi, reconoció que para su protagonista Tsubasha, llamado Oliver Atom en nuestro país, se inspiró en la figura de uno de los principales jugadores nipones: el delantero Kazuyoshi Miura. Y lo más sorprendente es que, a punto de cumplir 50 años el próximo 26 de febrero, Miura renovó el miércoles su ficha con el Yokohama FC. Así, será el trigésimo segundo año que participa como profesional en la liga de fútbol del archipiélago, y el decimotercero que lo hace en la segunda división llamada J2 con los colores de la segunda mayor ciudad del país del Sol Naciente.

«Espero poder continuar luchando con todas mis fuerzas y con la inestimable ayuda de todos los que componen el club, desde mis compañeros hasta los seguidores que siempre me han dado ánimo», comentó Miura durante la firma del contrato. Y sus palabras no están vacías de contenido, porque el Oliver de carne y hueso no es sólo un maniquí: el año pasado marcó dos goles que lo convirtieron en el japonés más longevo en meter el balón dentro de la red en competición oficial. También sería el jugador más viejo del mundo si no fuese porque el año pasado el uruguayo Robert Carmona jugó 13 minutos con 54 años y vistiendo los colores del Canadian, otro equipo de Segunda. No obstante, a juzgar por la buena forma que muestra Miura, no sería de extrañar que dentro de unos años le arrebate al uruguayo el récord Guinness.

En cualquier caso, no es eso lo que le mueve. A diferencia de Carmona, que sigue activo después de haber militado en una treintena de clubes de poco pelo, Miura es una gran estrella. Ha jugado en Brasil donde firmó su primer contrato profesional con el Santos, en la Serie A de Italia con el Genoa, en Australia con el Sydney FC, y en su Japón natal, donde ha vestido los colores de varios equipos y ha logrado una Copa del Emperador y dos Copas de la Liga Japonesa. Además, ha sido internacional en 89 ocasiones y ha anotado 55 goles con su selección, el segundo jugador que más dianas ha hecho con Japón. Tan buenos resultados dio que en 1993 se convirtió en el primer nipón en recibir el premio al Mejor Futbolista Asiático del Año.

Un duro golpe

Pero no todo son luces en la vida de Miura. Su paso por Italia supuso un duro golpe. De forma literal, porque se lo propinó Franco Baresi, jugador del AC Milán, cuando le rompió el tabique nasal y le provocó una conmoción cerebral. Muchos de sus seguidores en Japón aseguran que ahí comenzó un leve declive profesional que se agudizó con la bajada de categoría del Genoa y su regreso a Japón, donde una disputa con la estrella Hidetoshi Nakata, que lo tachó de «individualista», lo dejó fuera del Mundial de 1998. En 2005 decidió continuar jugando pero sin la presión de la primera división, razón por la que fichó por su equipo actual, en el que más años ha estado.

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Y no parece que piense en retirarse aunque el año pasado sufrió varias lesiones que le impidieron jugar numerosos partidos. De hecho, sólo saltó al campo en 20 ocasiones. Pero se ve con fuerzas para continuar varias temporadas. «No quiero imponer mi presencia cuando ya no aporte nada al equipo, pero creo que todavía no ha llegado ese momento», comentó con humildad a la prensa local. «En el fútbol lo que importa no es la edad sino el rendimiento», sentenció. Seguro que Oliver Atom está orgulloso de él.

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