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Seguidores se manifiestan en contra de la tutela legal de la artista. SUR
Britney Spears ya no es la esclava de nadie
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Britney Spears ya no es la esclava de nadie

It's Britney, bitch ·

La cantante celebra su nueva vida quedándose embarazada y prometiéndose con su nuevo novio, en un caso que aviva el debate sobre la salud mental

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Domingo, 22 de mayo 2022, 00:35

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Britney Spears por fin es libre. Una jueza del Tribunal Supremo de California puso fin a 13 años de tutela paterna de la cantante poco antes de que la cantante cumpliera 40. La intérprete celebró su primer fin de semana de libertad tomándose su primera copa de champán en más de una década, anunció que estaba embarazada y se prometió con el modelo iraní Sam Asghari. Ha sido un proceso tortuoso: ha hecho falta una campaña internacional, #FreeBritney, y un proceso judicial cuyo detonante fue un reportaje en el New York Times que decía, por ejemplo, que el padre de la princesa del pop había instalado cámaras en el dormitorio de la cantante y almacenaba cientos de horas de grabaciones privadas. Durante más de una década, Britney ha sido privada de todos sus derechos como ciudadana. No podía utilizar su tarjeta de crédito ni hacer ningún gasto sin autorización, no podía elegir ni una sola de sus iniciativas artísticas y estaba obligada a trabajar, lo que incluyó una residencia en Las Vegas en contra de su voluntad. Todo lo que Britney generaba, entonces y en el pasado, era controlado por su padre, que incluso la obligó a llevar un DIU para no quedarse embarazada. Hablamos de una cantidad superior a los 60 millones de dólares. Pero el dinero no es la única herida. Britney Spears ha sido la protagonista de otro cuento de terror que tiene como contexto el acoso mediático y la salud mental.

2007: el año del apagón

La gran crisis de Britney Spears se produjo en 2007, después de años de persecución con paparazzis mientras el resto del mundo contemplaba con complicidad. Para entonces Britney ya se había convertido en un icono para el colectivo LGBTI, y eso que en principio era producto muy blanco si la comparamos con Madonna o con las Spice Girls, aunque luego se fuera sexualizando; tampoco se puede olvidar que cuando saltó a la fama con 'One more time' tenía 16 años. Luego vinieron 'Oops…I did it again', 'I'm slave 4U' o 'Toxic', declarada como una de las mejores canciones del milenio, y todo un atrevimiento: en plena época del ántrax, Britney aparecía en el videoclip envenenando a los pasajeros de un avión.

La gran crisis de Britney se produjo en 2007, después de años de persecución con paparazzis mientras el mundo contemplaba con complicidad

Spears en una premiere en 2019.
Spears en una premiere en 2019. SUR

Britney Spears se rapó el pelo para que fuéramos testigos de su sufrimiento. No sabemos si sufría un trastorno bipolar, una depresión maníaca o cualquier otro problema. A las motos y a los coches de los fotógrafos empezaron a unirse ambulancias que tuvieron que atenderla en varias ocasiones. Frecuentaba a Paris Hilton o a Lindsay Lohan. Salían noticias diarias en medios como TMZ, y el bloguero Perez Hilton se refería a ella como Madame Litio. La conciencia pública sobre la salud mental era nula. Por aquel momento, Britney no tenía a nadie en quien confiar. Se echó de novio a uno de los fotógrafos que la perseguían. Hemos estado a punto de cargarnos a Britney del mismo modo que lo hemos hecho con Amy Winehouse. Hay similitudes en los dos casos.

La cantante junto a su actual pareja.
La cantante junto a su actual pareja. SUR

El año en el que Britney tocó fondo fue el más relevante de su carrera en términos artísticos. En ese año fatídico, 2007, publicó 'Blackout', un disco que no fue un gran éxito comercial pero que atesoró excelentes críticas. Es su obra maestra. No ha vuelto a hacer nada igual, y desde luego en los últimos años las melodías y las letras parecen sacadas de un mercadillo de saldo. 'Blackout', pese a su horrible portada, es el trabajo que hasta entonces mejor había sabido adaptar sonidos de la electrónica de vanguardia al 'mainstream' del pop. La impresión generalizada es que Britney no se dio cuenta del disco que hizo, y una actuación errática de la canción 'Gimme more' en la gala de los premios MTV hizo saltar las alarmas, y sus problemas mentales desembocaron en la tutela paterna que ha escandalizado a todo el mundo y ha supuesto una reflexión política en Estados Unidos. Poco a poco, y afortunadamente, hemos cambiado la percepción de la salud mental a todos los niveles y somos más sensibles, pero hemos estado muchos años deshumanizando a las estrellas solo por el hecho de serlo. Ojalá Britney pueda recuperarse y lance el disco que todos estamos esperando o, por lo menos, que sea feliz.

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