En torno a un acto fraterno entre la Esperanza de Málaga y el Cachorro de Sevilla en 1949
La cita se produjo en la antigua capilla de la archicofradía malagueña, en la parroquia de Santo Domingo
Alberto J. Palomo Cruz
Málaga
Viernes, 16 de mayo 2025, 00:11
El trono con la imagen de la Virgen de la Esperanza de Málaga, junto al paso y el Crucificado sevillano de la Expiración, procesionará este sábado 17 de mayo en Roma, con motivo del Jubileo de las Cofradías. Tal propuesta, ideada por la cofrade malagueña Paloma Saborido, aúna las dos ciudades que, sin duda alguna, cuentan con las celebraciones públicas de Semana Santa más importantes de todo el orbe católico. Implica, además, a dos hermandades que cuentan con unos titulares cuya popularidad trasciende fronteras y que son el aliciente idóneo para culminar un encuentro magno que reunirá a cofrades de todo el mundo y en el que la religiosidad andaluza ocupará un sitio preponderante.
A cuentas de todo esto, husmear en las hemerotecas nos ha llevado a descubrir algo parecido a un precedente en el tiempo que enlaza, en cierto forma, a la Archicofradía del Paso y la Esperanza con la Pontificia del Cristo de la Expiración y el Patrocinio. Según recogían las páginas del diario SUR en la tarde del 27 de junio de 1949, se celebró un acto de confraternización entre estas dos corporaciones, teniendo lugar en la capilla de la archicofradía perchelera, en la iglesia de Santo Domingo. Estuvieron presentes, el entonces hermano mayor, Manuel García del Olmo, acompañado de los directivos Abela, Mena, Medina, Jurado y un numeroso grupo de hermanos esperancistas.
Por parte de la Cofradía de la Expiración, más conocida por el apodo que recibe su Crucificado titular, 'El Cachorro', recayó la presidencia de la delegación en Antonio Mateo Torres, designado especialmente para ello en atención a ser «sevillano de cuna y malagueño de adopción». En las palabras que dirigió a los asistentes recalcó: «el efecto y cariño con que allí miramos a esta simpatiquísima y querida hermandad. Y pueden ustedes creer que es para mí un verdadero orgullo y que siento una enorme satisfacción, ya que me brinda la oportunidad de rendir homenaje a esta hermandad a la que tanto quiero, y al propio tiempo coadyuvar para la continuación de una gran amistad fraterna y llena de contenido espiritual».
«La presidencia de la delegación sevillana recayó en Antonio Mateo Torres, designado especialmente para ello en atención a ser sevillano de cuna y malagueño de adopción»
Dicho lo cual, hizo estrega de un cuadro que enmarcaba una artística fotografía del busto del famoso Cristo expirante que tallara Ruiz Gijón, hacia 1682, obra con la que conseguiría pasar a la historia del Arte. Recibida semejante donación con las expresiones de agradecimiento que cabía esperar por parte de los cofrades malagueños, dicha reproducción quedó entronizada en la capilla donde, al parecer, colgó de uno de sus muros laterales durante varios años.

En la actualidad, se conserva en la sala de juntas de la casa hermandad de la Esperanza. Se trata de un cuadro con enmarque dorado y un 'paspartú' de damasco rojo sobre el que destaca una preciosa fotografía en blanco y negro del perfil de la cabeza del impresionante Crucificado, sin postizo alguno, ya que por esa época comenzó a ser frecuente que sus capilleres le hicieran prescindir de la corona de espinas y las potencias que, en la actualidad, han vuelto a recuperar. En el ángulo inferior derecho, escrito en pluma sobre la instantánea, hay una dedicatoria realizada a mano con una preciosa caligrafía que dice: 'A la Real Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús del Paso y Ntra. Sra. De la Esperanza de Málaga, le dedica este recuerdo en símbolo de aprecio fraternal, la del Cachorro de Sevilla. Sevilla a 1 junio de 1949. El hermano mayor (firma)'.
Quien estampó la rúbrica en cuestión, era Daniel Herrera Ortiz, quien llevaba desempeñando tal responsabilidad desde 1935 y que seguiría haciéndolo hasta 1957, cuando ya estaban muy avanzadas las obras de la actual basílica del Cristo de la Expiración. Reputado cachorrista, ejerció junto a su esposa el padrinazgo de la bendición del milagroso simpecado de la Hermandad del Rocío de Triana.
Antecedentes
Siguiendo un orden cronológico, el ensueño de los cofrades andaluces por procesionar en la capital del catolicismo se remonta a los años anteriores a la coronación canónica de la Virgen de la Esperanza Macarena de Sevilla, allá por 1964, aunque hay que aclarar de inmediato que aquello se trató más bien de una broma, una 'fake' como se dice ahora. Todo se debió a una ocurrencia del recordado cofrade Juan Marín Vizcaíno, director del Boletín de las Cofradías del Consejo de Sevilla que, apasionado macareno como era, no tuvo otra cosa que expandir el bulo que tan famosa Virgen sería trasladada hasta la Ciudad Eterna para ser coronada por el mismo Papa Pablo VI, lo que implicaba, además, el traslado de la imagen y su paso en un navío de la Armada Española. Lo relevante fue que la supuesta información la iba transmitiendo Vizcaíno a escogidas personas a las que rogaba que no comentara nada de ello. Como es de imaginar, el secreto a voces corrió velozmente por toda Sevilla, haciéndose famosa la coletilla con la que terminaban de comentarlo cada persona que lo iba transmitiendo 'confidencialmente': «Te lo digo yo, que lo sé de buena tinta».
Por el contrario, a este chascarrillo, tenemos, más cercano en lo físico y en el tiempo, la realidad de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, donde pasos y tronos de toda España, incluida Málaga y Sevilla, desfilaron en 2011, como uno de los actos más destacados de este encuentro presidido por Benedicto XVI.
«Durante la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, pasos y tronos de toda España, incluida Málaga y Sevilla, desfilaron en 2011, ante Benedicto XVI»
De sobras es conocida, la enorme receptividad mostrada en aquella ocasión por parte de las hermandades malagueñas en contraste con las reticencias y los prejuicios chauvinistas de un sector del procesionismo sevillano que, incluso, motivó que el arzobispo hispalense, monseñor Asenjo, se lamentara, según declaró, de una falta evidente de eclesialidad. Finalmente, es sabido que procesiónó por las calles madrileñas, en representación de la Semana Santa de la ciudad de la Giralda, el paso de la Virgen de Regla, mientras que Málaga quedó representada con los tronos y titulares del Prendimiento y la Buena Muerte. Sin embargo, la primera hermandad penitencial que ha hecho realidad transitar procesionalmente por las históricas calles de Roma, incluida la mismísima Via della Conciliazione, ha sido la Virgen del Mayor Dolor, de la Cofradía de los Escolapios de Granada. Tal proeza la llevó a cabo el 18 de junio del año 2000, partiendo desde la iglesia de San Juan de los Florentinos hasta llegar a la plaza de San Pedro del Vaticano donde fue recibida por el Papa Juan Pablo II.
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