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Letra y música del 'Novio de la muerte'
Semana Santa 2025

Letra y música del 'Novio de la muerte'

El conocido popularmente como 'himno de la Legión' no es el oficial, sino un cuplé del los años veinte del siglo pasado

Miércoles, 5 de abril 2023

La primera vez que se escuchó en público 'El Novio de la muerte' fue en Málaga. Concretamente el 20 de julio de 1921, miércoles, en el hoy desaparecido Teatro Vital Aza , ubicado en la entonces denominada Alameda de Carlos Haes, hoy calle Córdoba. Le puso voz Lola Montes –cuyo nombre en la partida bautismal era Mercedes Fernández González–, una cupletista de primera fila en aquellos años veinte. La letra, en base a la historia de Baltasar Queija, el primer legionario fallecido en combate, era del conocido autor de cuplés Fidel Prado Duque, mientras que la música la compuso su amigo Juan Costa Casal. El éxito fue total y todas las noches el público llenaba el patio de butacas para escuchar aquella canción. A una de las funciones asistió la Duquesa de la Victoria, que dirigía los hospitales de la Cruz Roja, quien invitó a la artista a que la cantara en Melilla, para subir la moral de las tropas españolas libraban en esos momentos una guerra con los rifeños tras el Desastre de Annual.

Días después en el Teatro Kursaal de la ciudad autonóma actuó Lola Montes dos noches y fue escuchada por el teniente coronel José Millán Astray, fundador y en ese momento jefe de La Legión, quien ante la fuerza emocional de su letra la incorporó al repertorio legionario, adaptando su ritmo original a la música militar. Desde entonces 'El novio de la muerte' está indisolublemente unido a La Legión y es su banda sonora más conocida.

Escucha el 'Novio de la Muerte'.

Legionarios interpretando ‘El Novio de la muerte’ en la procesión del Cristo de Mena. Ñito Salas

Letra de ‘El novio de la muerte’

Nadie en el Tercio sabía

quien era aquel legionario

tan audaz y temerario

que a la Legión se alistó.

 

Nadie sabía su historia,

más la Legión suponía

que un gran dolor le mordía

como un lobo, el corazón.

 

Más si alguno quien era le preguntaba

con dolor y rudeza le contestaba:

Soy un hombre a quien la suerte

hirió con zarpa de fiera;

 

Soy un novio de la muerte

que va a unirse en lazo fuerte

con tal leal compañera.

 

Cuando más rudo era el fuego

y la pelea más fiera

defendiendo su Bandera

el legionario avanzó.

Y sin temer al empuje

del enemigo exaltado,

supo morir como un bravo

y la enseña rescató.

 

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,

murmuró el legionario con voz doliente:

Soy un hombre a quien la suerte

hirió con zarpa de fiera;

 

soy un novio de la muerte

que va a unirse en lazo fuerte

con tal leal compañera.

Cuando, al fin le recogieron,

entre su pecho encontraron

una carta y un retrato

de una divina mujer.

 

Y aquella carta decía:

"...si algún día Dios te llama

para mi un puesto reclama

que buscarte pronto iré".

 

Y en el último beso que le enviaba

su postrer despedida le consagraba.

 

Por ir a tu lado a verte

mi más leal compañera,

me hice novio de la muerte,

la estreché con lazo fuerte

y su amor fue mi ¡Bandera!

Legionarios interpretando ‘El Novio de la muerte’ en la procesión del Cristo de Mena. Ñito Salas

Letra de ‘El novio de la muerte’

Nadie en el Tercio sabía

quien era aquel legionario

tan audaz y temerario

que a la Legión se alistó.

 

Nadie sabía su historia,

más la Legión suponía

que un gran dolor le mordía

como un lobo, el corazón.

 

Más si alguno quien era le preguntaba

con dolor y rudeza le contestaba:

Soy un hombre a quien la suerte

hirió con zarpa de fiera;

 

Soy un novio de la muerte

que va a unirse en lazo fuerte

con tal leal compañera.

 

Cuando más rudo era el fuego

y la pelea más fiera

defendiendo su Bandera

el legionario avanzó.

Y sin temer al empuje

del enemigo exaltado,

supo morir como un bravo

y la enseña rescató.

 

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,

murmuró el legionario con voz doliente:

Soy un hombre a quien la suerte

hirió con zarpa de fiera;

 

soy un novio de la muerte

que va a unirse en lazo fuerte

con tal leal compañera.

Cuando, al fin le recogieron,

entre su pecho encontraron

una carta y un retrato

de una divina mujer.

 

Y aquella carta decía:

"...si algún día Dios te llama

para mi un puesto reclama

que buscarte pronto iré".

 

Y en el último beso que le enviaba

su postrer despedida le consagraba.

 

Por ir a tu lado a verte

mi más leal compañera,

me hice novio de la muerte,

la estreché con lazo fuerte

y su amor fue mi ¡Bandera!

Legionarios interpretando ‘El Novio de la muerte’ en la procesión del Cristo de Mena. Ñito Salas

Letra de ‘El novio de la muerte’

Nadie en el Tercio sabía

quien era aquel legionario

tan audaz y temerario

que a la Legión se alistó.

 

Nadie sabía su historia,

más la Legión suponía

que un gran dolor le mordía

como un lobo, el corazón.

 

Más si alguno quien era le preguntaba

con dolor y rudeza le contestaba:

Soy un hombre a quien la suerte

hirió con zarpa de fiera;

 

Soy un novio de la muerte

que va a unirse en lazo fuerte

con tal leal compañera.

 

Cuando más rudo era el fuego

y la pelea más fiera

defendiendo su Bandera

el legionario avanzó.

Y sin temer al empuje

del enemigo exaltado,

supo morir como un bravo

y la enseña rescató.

 

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,

murmuró el legionario con voz doliente:

Soy un hombre a quien la suerte

hirió con zarpa de fiera;

 

soy un novio de la muerte

que va a unirse en lazo fuerte

con tal leal compañera.

Cuando, al fin le recogieron,

entre su pecho encontraron

una carta y un retrato

de una divina mujer.

 

Y aquella carta decía:

"...si algún día Dios te llama

para mi un puesto reclama

que buscarte pronto iré".

 

Y en el último beso que le enviaba

su postrer despedida le consagraba.

 

Por ir a tu lado a verte

mi más leal compañera,

me hice novio de la muerte,

la estreché con lazo fuerte

y su amor fue mi ¡Bandera!

Legionarios interpretando ‘El Novio de la muerte’ en la procesión del Cristo de Mena. Ñito Salas

Letra de ‘El novio de la muerte’

Nadie en el Tercio sabía

quien era aquel legionario

tan audaz y temerario

que a la Legión se alistó.

 

Nadie sabía su historia,

más la Legión suponía

que un gran dolor le mordía

como un lobo, el corazón.

 

Más si alguno quien era le preguntaba

con dolor y rudeza le contestaba:

Soy un hombre a quien la suerte

hirió con zarpa de fiera;

 

Soy un novio de la muerte

que va a unirse en lazo fuerte

con tal leal compañera.

 

Cuando más rudo era el fuego

y la pelea más fiera

defendiendo su Bandera

el legionario avanzó.

Y sin temer al empuje

del enemigo exaltado,

supo morir como un bravo

y la enseña rescató.

 

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,

murmuró el legionario con voz doliente:

Soy un hombre a quien la suerte

hirió con zarpa de fiera;

 

soy un novio de la muerte

que va a unirse en lazo fuerte

con tal leal compañera.

Cuando, al fin le recogieron,

entre su pecho encontraron

una carta y un retrato

de una divina mujer.

 

Y aquella carta decía:

"...si algún día Dios te llama

para mi un puesto reclama

que buscarte pronto iré".

 

Y en el último beso que le enviaba

su postrer despedida le consagraba.

 

Por ir a tu lado a verte

mi más leal compañera,

me hice novio de la muerte,

la estreché con lazo fuerte

y su amor fue mi ¡Bandera!

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