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Noemí Montes, junto a su hija Claudia Moreno, es consolada por un compañero de la archicofradía. ÑITO SALAS

El Huerto, un valle de lágrimas

Emoción en los archicofrades del Señor de la Oración en el Huerto y la Virgen de la Concepción tras exponerse el altar extraordinario que han instalado en apenas unas horas este mediodía

Jesús Hinojosa

Málaga

Domingo, 28 de marzo 2021, 19:11

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Uno de los momentos de mayor carga emocional de este inédito Domingo de Ramos en los templos y sin procesiones se ha vivido en la iglesia de San Julián, sede provisional de la Archicofradía del Huerto por las obras en la parroquia de los Santos Mártires. Pasadas las cinco y media de la tarde, el hermano mayor, David Ruiz, ha llamado a las puertas del templo y, en su interior, la agrupación musical del Cautivo de Estepona ha empezado a tocar la marcha real. De este modo se ha desvelado una de las principales sorpresas de la jornada: el altar para la veneración de Jesús Orando en el Huerto y la Virgen de la Concepción que sus archicofrades han montado en apenas unas horas este mediodía, al término de la misa con que ha finalizado un triduo.

Del coro de San Julián cuelga el manto azul de la Virgen de la Concepción, cuyo olivo bordado en oro sirve como singular fondo para las imágenes del Señor y el ángel confortador. Los primeros en pasar ante el altar han sido los miembros de la junta de gobierno de la archicofradía, que se han emocionado al contemplar a sus imágenes titulares en una tarde en la que no van a poder recorrer con ellas las calles de Málaga.

Altar con las imágenes de la Archicofradía del Huerto en la iglesia de San Julián. Ñito Salas

«Ha sido un momento muy especial porque llevamos toda la semana preparando este instante», afirma Noemí Montes, vocal de caridad y formación de la Archicofradía del Huerto, abrazada a su hija Claudia de 16 años y su hijo Pablo de diez. «Casi ni hemos comido para montar el altar, pero hemos hecho una piña y lo hemos conseguido en un tiempo récord«, relata esta auxiliar de enfermería de la UCI del Materno que también ha trabajado durante el último año en las del Hospital Regional y en Quirón. «Siempre me acordaba de mi Señor de la Oración en el Huerto cuando veía el sufrimiento de las personas ingresadas por Covid, he visto morir a varias«, confiesa Noemí mientras se seca las lágrimas de sus ojos.

Como ella, muchos cofrades tienen hoy un sentimiento agridulce por poder estar al lado de las imágenes de su devoción, algo que no fue posible la pasada Semana Santa, pero al mismo tiempo no salir en procesión junto a ellas, iluminando su camino con un cirio o portándolas sobre sus hombros. «Habrá quien piense que no deberíamos hacer este tipo de actos, pero algo tenemos que hacer, ya está bien de tanto sufrimiento, también tenemos que darle algo de esperanza a la gente, tenemos que aprender a convivir con el virus«, argumenta esta cofrade.

En el acto de inicio de la veneración de los titulares del Huerto han estado presentes Carlos García, en representación de la Academia de Infantería de Toledo, hermana mayor honoraria de la archicofradía; y de Montserrat de Cuadra, del Colegio de Farmacéuticos.

El hermano mayor, David Ruiz, llama a la puerta de San Julián, en presencia de Francisco Toledo, hermano mayor en los años ochenta y ex presidente de la Agrupación de Cofradías. Ñito Salas
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