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El Mutilado, en su trono procesional.
Historia de la Cofradía del Mutilado de Málaga

Historia de la Cofradía del Mutilado de Málaga

La hermandad, que se creó en 1939 para integrar a mutilados del bando franquista, salió por última vez como cofradía agrupada el Jueves Santo de 1976

Ángel Escalera

Málaga

Domingo, 4 de octubre 2020, 00:15

Una de las imágenes que sufrió destrozos en los sucesos de asaltos y quema de templos ocurridos en Málaga en julio de 1936, tras el golpe de Estado que desencadenó la guerra civil, fue la de un Crucificado que estaba situado en el ático del retablo de la iglesia del Sagrario. Un individuo, valiéndose de una escalera y provisto de un hacha, cercenó la pierna derecha de la imagen a la altura del muslo y el pie izquierdo por el tobillo. Aunque esta versión es la más extendida, la cofradía considera que la mutilación fue hecha «literalmente arrancándole la pierna y el pie». Ese Crucificado, una talla del siglo XVII, atribuida a Jerónimo Gómez de Hermosilla, se convirtió tres años más tarde en la imagen titular de la Cofradía Nacional del Santísimo Cristo Mutilado, creada en febrero de 1939 con la finalidad de integrar a miembros del bando franquista que habían sufrido mutilaciones en la contienda fratricida española.

El principal impulsor de la cofradía fue Fernando Roldán Andreu, que se puso en contacto con un oficial de los llamados caballeros mutilados, Modesto Escobar. Una vez que el proyecto ganó peso, se nombró hermano mayor efectivo al general José Millán-Astray. La cofradía, que tenía un carácter militar y procesionista, salió por primera vez el Jueves Santo de 1939. En ese cortejo participaron unos 300 mutilados que lucieron su uniforme y llevaron un escapulario y velas. La imagen fue procesionada en un sencillo trono diseñado por Adrián Risueño.

El papa Pío XII concedió una bula que permitía procesionan a la imagen sin restaurarle las piernas

Dado el hecho excepcional que suponía rendir culto y sacar en procesión a un Cristo mutilado, la cofradía solicitó el respaldo de la Santa Sede. El Papa Pío XII dio su permiso y emitió una bula por la que se autorizaba el culto interno y externo de la imagen sin que hubiese que restaurarla para situarle la pierna derecha y el pie izquierdo.

La cofradía volvió a salir el Jueves Santo de 1940 en otro trono también de Adrián Risueño. Los hermanos lucían traje civil o uniforme militar y capas blancas en ambos casos. Un aspecto singular de esta cofradía, que se radicó canónicamente en la iglesia del Sagrario, es que nunca llevó nazarenos en su cortejo.

A medida que los años fueron discurriendo, la hermandad se fue haciendo con un notable patrimonio y contó con un trono muy llamativo, de dos cuerpos, hecho con materiales como el ébano de Mazagán. En las esquinas figuraban unos motivos decorativos dorados en oro. El Crucificado representa a un Cristo muerto que cae inerte por su peso. Detrás del crecimiento que consiguió la cofradía estuvo la figura del que fue su hermano mayor perpetuo, José Salcedo Sánchez, que también fue presidente de la Agrupación de Cofradías entre el 5 de noviembre de 1969 y el 15 de septiembre de 1971.

Mutilados vestidos de uniforme.

El trono de Adrián Risueño fue restaurado y mejorado en 1955 por el tallista malagueño Andrés Cabello Requena. Al año siguiente, el trono empezó a ser llevado por soldados que hacían el servicio militar en Málaga. Una de las notas características que aportaron los militares fue el levantamiento del trono a pulso.

El trono del Cristo Mutilado fue llevado por soldados del Campamento Benítez desde mediados de los años 50 del siglo pasado

La Cofradía del Mutilado estuvo muy ligada al régimen franquista y al ejército. Su última salida procesional se produjo el Jueves Santo de 1976. El cambio que hubo en España tras la muerte de Franco y los nuevos aires políticos que trajo la Transición guardaron relación con el hecho de que el Cristo Mutilado se quedase en su templo y no recorriese las calles en Semana Santa. La cofradía explicó que la decisión de no procesionar a la imagen se tomó por recomendación del entonces obispo de Málaga, Ramón Buxarrais.

Después de un tiempo de poca presencia en la vida cofrade, la Cofradía del Mutilado se reorganizó y aprobó sus nuevos estatutos a principios de la década de los años 90. Seguidamente, solicitó al Obispado retomar su salida procesional, puesto que la hermandad seguía perteneciendo a la Agrupación de Cofradías. Esa petición coincidió con el nombramiento del arzobispo Fernando Sebastián como administrador apostólico de Málaga tras la renuncia de Ramón Buxarrais como obispo de la diócesis. Monseñor Sebastián no autorizó la salida del Mutilado y le indicó a la cofradía que celebrase un vía crucis con su Crucificado por el interior de la parroquia de los Mártires, donde se encontraba de forma provisional mientras se restauraba la iglesia del Sagrario.

En la cuaresma de 1992, en la consulta del médico y cofrade malagueño José Atencia García, hubo varias reuniones entre mutilados del bando de Franco y del republicano, lideradas por el hermano mayor del Mutilado, José Salcedo, y por el presidente de honor de la Liga Andaluza de Mutilados e Inválidos de la Guerra Civil, Guillermo Rodríguez. La finalidad era llegar a un punto de encuentro entre ambas partes y lograr la reconciliación. Aunque hubo un principio de acercamiento, y tanto Salcedo como Rodríguez se pidieron disculpas mutuamente, las negociaciones no fructificaron. La discrepancia fue que los cofrades del Mutilado no aceptaron la petición de Guillermo Rodríguez de restaurar al Cristo y colocarle las piernas.

La cofradía, que fue desagrupada en 1995, quiere volver a salir en procesión y hacerlo con nazarenos

En la Semana Santa de 1992, el Cristo recorrió el interior de la iglesia de los Mártires en vía crucis. Al año siguiente, el vía crucis se hizo por las calles de la feligresía de los Mártires. En 1994, el obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, rechazó la solicitud de la cofradía de salir en procesión y suspendió su culto externo.

Otro escollo al que tuvo que hacer frente la Cofradía del Mutilado fue que la Agrupación de Cofradías la desagrupó en 1995, en aplicación del artículo 18.c de los estatutos agrupacionales, según el cual «una hermandad quedará desagrupada si lleva cinco años si salir en procesión sin que haya una causa justificada». La medida fue tomada por unanimidad por la junta de gobierno de la Agrupación, circunstancia cuestionada por la Cofradía del Mutilado por entender que la decisión debería haberse adoptado en la asamblea de la Agrupación. Los dirigentes del Mutilado argumentaron que si no salían en procesión era porque el Obispado no se lo permitía y que, por tanto, sí había una causa justificada. El recurso que presentó la cofradía no prosperó. En estos momentos, sigue desagrupada.

Con el fin de poder volver salir en procesión y superar los obstáculos que lo impiden, la cofradía acordó una serie de cuestiones. Así, en 2016 aprobó la incorporación de María Santísima de la Divina Providencia como cotitular (la hermandad nunca había contado una imagen mariana) y en 2018 decidió que el imaginero Juan Manuel Miñarro repusiera las piernas al Cristo Mutilado.

El trono del Mutilado fue portado por soldados.

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