Alejandro Cerezo: «No veo el recorrido oficial de la Semana Santa; el de la magna podría ser un mal menor, incluso»
El hermano mayor de la Archicofradía de los Dolores de San Juan se lamenta del nuevo itinerario oficial estrenado en 2019 y pone el dedo en la llaga en relación a la participación del cofrade: «La crisis no está en los hombres de trono, como se dice, sino en los cuerpos de nazareno»
RAFAEL RODRÍGUEZ
Málaga
Miércoles, 3 de noviembre 2021, 00:03
Celebrada la procesión magna por el centenario de la Agrupación de Cofradías, SUR.es ha charlado con Alejandro Cerezo Ortigosa (Málaga, 1983), hermano mayor de ... la Archicofradía de los Dolores de San Juan, una de las corporaciones participantes en este evento de primera magnitud.
Cerezo ha hablado sin tapujos, como siempre lo hace, de la propia magna, de su hermandad, de la Agrupación de Cofradías, de la Semana Santa de Málaga y, cómo no, de la música cofrade. Porque el máximo dirigente de la archicofradía del Viernes Santo desde finales de julio, «criado en la calle San Juan y hermano de los Dolores desde los 13 años», como le gusta recordar, es, sin duda, un gran conocedor de todo lo que rodea al mundo cofrade, de ahí su asidua presencia en los medios de comunicación –ha colaborado en radio, televisión y prensa escrita, y es cofundador de la web El Cabildo– y sus intervenciones, desde un atril, como pregonero de la Pura y Limpia Concepción de María o de la Juventud Cofrade, entre otras citas literarias.
-Málaga vivió el pasado sábado un gran acontecimiento cofrade, como fue la magna procesión por el centenario de la Agrupación de Cofradías. ¿Qué balance hace de este evento?
-Solo han pasado unos días de su celebración y haría falta tener más información, pero lo que sí puedo decir es que el ritmo que se impuso en el recorrido oficial fue excesivamente lento. Eso, sin ninguna duda.
-El ritmo lento, quizá, fue provocado por el accidente que se produjo en las inmediaciones de la plaza de la Aduana, cuando pasaba por allí la Sentencia y una persona del público tropezó con una valla de tráfico, lo que provocó que la procesión se detuviera hasta que éste fue atendido por Protección Civil, que lo retiró en una camilla.
-No sé qué accidente hubo. He escuchado que se produjeron varios accidentes. Nosotros tuvimos un desvanecimiento en nuestro cortejo. De inmediato, se atendió a esa persona y el cortejo siguió su ritmo. Independientemente de lo que ocurriera, el tiempo de desplazamiento, como se le llama ahora, me pareció excesivamente lento. Insisto, creo que las hermandades tenían que haber ido un poco más ligeras.
-¿Qué retraso tuvo la archicofradía?
-La archicofradía entró en la Alameda Principal unos veinte minutos más tarde de lo previsto y reducimos al Descendimiento unos nueve minutos.
-El tiempo de paso es algo que siempre se pone encima de la mesa cada Semana Santa. Por lo que dice, las cofradías malagueñas andan demasiado despacio.
-Pues sí, las hermandades tienen que empezar a pensar no solo en el espectador. Me preocupa el espectador, pero más me preocupa el participante, porque el espectador, al fin y al cabo, 'consume' una obra teatral o un espectáculo que lo forman integrantes. Últimamente, se habla mucho de crisis de los hombres de trono y no sé si la habrá, pero la que sí hay es de participantes y nadie habla de eso. Hay una crisis seria de hermanos con vela, y la hay, entre otras cosas, porque las procesiones en Málaga son insufribles para un hermano con vela. Es insoportable andar al ritmo que van marcando los tronos. A veces, hay que sacrificar el lucimiento de los tronos en virtud de que los hermanos puedan participar en todos los puestos.
-¿Qué ha supuesto la procesión magna para la archicofradía? Háganos un balance en particular.
-Los hermanos están bastante satisfechos. La hermandad rindió muy bien. Todas las novedades que se salían de la rutina del Viernes Santo, creo que se llevaron a cabo con solvencia, tanto el cambio del exorno floral, como el arreglo de la Virgen, para variar su presencia más austera que tiene el Viernes Santo, y el acompañamiento de banda de música. En todos los casos, el balance es, en general, positivo.
-La inclusión de la banda de música tras la Virgen de los Dolores ha sido un tema muy comentado y aplaudido por los cofrades.
-Estamos un satisfecho con el resultado. Era una banda sensacional. Íbamos a buscar eso. Sabíamos que íbamos a encontrarnos, en algunos determinados momentos del recorrido, un festival de cruces de sonidos, así que nos liamos la manta a la cabeza y decidimos que nosotros teníamos que centrarnos nada más en la música que queríamos para la Virgen y qué queríamos. Que no nos distrajera nada que tuviéramos alrededor. Y queríamos melodía, calidad musical, queríamos excelencia en la interpretación y un repertorio exquisito. Pues bien, el Liceo de Moguer lo hizo todo.

-¿Ve a Dolores de San Juan con banda de música el Viernes Santo?
-No, en absoluto. Ni yo ni un grueso de los hermanos y, curiosamente, las nuevas generaciones aún menos. Las nuevas generaciones de hermanos son, especialmente, radicales en el espíritu de silencio de la archicofradía. Nosotros somos los Dolores de San Juan y aportamos a la ciudad, en tanto que somos una cofradía de silencio. Virgen con banda de música hay otras 38.
-Pero no me negará que la Virgen ha gustado mucho con banda de música.
-Lo sé, y a nosotros también nos ha gustado. Si la hermandad se hubiera encontrado en otra etapa de su historia reciente, años 80 ó 90, por ejemplo, en el que se pudo valorar ese debate, a lo mejor no se hubiera atrevido a traer una banda de música. Es decir, la Virgen de los Dolores llevó banda de música en la magna, porque la convicción interna es tan clara que no va haber ninguna duda en mantener el estilo del Viernes Santo. Nos pudimos permitir el lujo de apostar claramente por una banda de música en esta procesión, porque no se va a resquebrajar el estilo del Viernes Santo. Seguimos siendo una hermandad de silencio.
-Por cierto, hay quien ha destacado el recorrido oficial de la magna. Incluso, se ha hablado estos días de ejemplo como escenario para la Semana Santa. ¿Qué opinión le merece al respecto?
-El recorrido oficial que se cogió para la magna me parece consecuencia de la fecha que se eligió. Por tanto, no hay mucho más que decir. Si se hace un recorrido para una fecha en la que, todavía, las circunstancias de seguridad no recomiendan la elección de calles estrechas para evitar aglomeraciones, era de cajón que en Málaga se tenía a utilizar la Alameda, la plaza de la Marina y el Parque. Si no nos gusta esto, pues se podría haber retrasado y, seguro que se podría haber cogido otras calles. Es algo que yo ya llevaba llorado. Si aprobamos que la magna se celebre en octubre, yo ya contaba con que íbamos a utilizar calles inhóspitas y abiertas. De todas maneras, el recorrido de la magna no sé si es mejor o peor que el actual recorrido de la Semana Santa, pero es igual en frialdad y en belleza, aunque creo que es más práctico para que las hermandades vayan y vuelvan a sus templos.
-Vamos, que no lo ve para la Semana Santa.
-El que no veo es el actual. Incluso, este de la magna podría ser un mal menor.

-Era importante que los cofrades se echaran ya a la calle después de dos años sin procesiones, ¿verdad?
-Sin duda. Creo que lo necesitábamos y, además, emocionalmente. Todavía tenemos que darnos cuenta de lo que ha pasado. Vi, por ejemplo, salir a la Cena de Santo Domingo, que se sumó a la imagen histórica que ya de por sí tiene peso, y era realmente extrañísimo. Después de tanto tiempo, que parece que han sido 20 años y han sido dos sin Semana Santa, ver salir un trono de un templo todavía hay que acostumbrarse. Lo necesitábamos muchísimo.
-Volviendo a la archicofradía. ¿Qué objetivos se marca para su mandato?
-El objetivo principal es ampliar el espacio de la casa hermandad, que es necesario para albergar las piezas de patrimonio que tenemos desperdigadas por locales, como el trono del Cristo, por ejemplo, y para facilitar la vida de hermandad.

-¿Casa hermandad en nueva ubicación o ampliación de la actual?
-Estamos trabajando en las dos opciones, si permite ampliación el actual edificio o requiere una nueva búsqueda. Todavía tenemos que sentarnos para tratar este asunto.
- ¿Y a nivel patrimonial?
-Tenemos claro que queremos poner en marcha dos diseños, uno para la carroza del Corpus, para hacer una definitiva, y otro, para el palio de la Virgen de los Dolores, que significaría la finalización del conjunto del trono. Hablo de diseño, no de ejecución. Además, llevaremos a cabo actuaciones en las capillas, en San Juan, para mejorarlas, especialmente el retablo de la Virgen, que está un poquito deteriorado. De hecho, ya estamos trabajando en él.
-El diseñador está claro quién será.
-Sí. La archicofradía no va a tener que hacer ningún concurso, porque el diseñador de la hermandad es Fernando Prini, hermano y consejero.
-¿Qué actuación harán en las dos capillas?
-En la de la Virgen, restauraremos su retablo, su dorado y la recomposición de piezas perdidas. Y en el del Cristo de la Redención, le daremos una vuelta para ver cómo podemos terminar de rematar la capilla sacramental, sobre todo, a la hora de ornamentación, mesa de altar y otras piezas.

-Usted ya fue hermano mayor de una hermandad de gloria, Los Remedios, y ahora, de los Dolores de San Juan, de carácter penitencial. ¿Se siente a gusto en este cargo?
-En Dolores de San Juan me presenté animado. Puedo decir, sin ningún tapujo, que no tengo ningún interés ni aspiración en ser hermano mayor. Lo que ocurre es que era necesario. Los Dolores es una hermandad que no tiene conflicto interno, pero sí tiene un problema generacional. Era necesario, por tanto, establecer un puente para integrar a hermanos jóvenes y hermanos no tan jóvenes, pero con poca experiencia en la archicofradía, para que se fueran acostumbrando a las tareas de responsabilidad de la corporación, que la llevan haciendo los mismos hermanos durante muchísimos años, y, así, establecer un relevo tranquilo para que, también, estos hermanos que llevan muchísimos años en tareas de responsabilidad, transmitan sus conocimientos a los jóvenes. Y parece, tanto por parte y parte, que yo representaba un inteligente puente entre estas dos generaciones.
-Ahora que lo dice, supongo que no le digo nada nuevo si le advierto que, desde fuera, da la sensación de que, en la Archicofradía de los Dolores de San Juan, siempre son los mismos.
-Los Dolores siempre ha tenido el sambenito de que es una hermandad muy cerrada o que siempre son los mismos, pero lo que pienso es que es una hermandad minoritaria y no pasa nada. Nuestra hermandad, por su estilo y carisma, no está llamada a ser mayoritaria, pero, lo que sí se puede decir es que es muy estable. Es decir, la mayoría de las personas que se integran a ella, difícilmente la abandonan hasta que, desgraciadamente, se van al cielo. Son personas muy fieles, que no se desentienden de la cofradía, no dejan de asistir a los cultos, de participar en ella... En resumen, es una hermandad minoritaria, pero muy estable en su vida. Entonces, la gente que va entrando, se va incorporando a rueda y, además, es una hermandad con unas ideas tan claras que ningún interés reformista de ninguna persona la hace golosa para que pueda entrar a revolucionarla.
- ¿Y cuál es la fórmula para obtener esa estabilidad que no siempre consiguen las cofradías?
-Pienso que la fórmula es tenerlo claro en la filosofía y eso, cuanto más radical sea la filosofía, tanto para la cofradía de silencio riguroso, como es el caso de los Dolores, como cofradías con un espíritu muy concreto, como se han podido ver en la magna, ya sea por acompañamiento militares o por su forma de procesionar, esas hermandades es más fácil que se mantengan, que tengan esa estabilidad. Las cofradías que cada diez años tienen una tendencia distinta, es más fácil que tengan inestabilidad.
-Hágame una confesión. ¿No le gustaría ver a la Virgen de los Dolores con las manos juntas y dedos entrelazados, como en su origen?
-Como verla, claro que sí. De hecho, a mí me gusta con las manos juntas, pero ahora mismo no es un debate que exista en la archicofradía. Es un debate que, en los años 80, generó cierta polémica y la realidad es que, hoy día, al margen de que existen gustos para todo, no hay un debate formado en la hermandad y, ni tan siquiera, está la hermandad dividida en esos gustos. Reconocemos, ahora mismo, a la Virgen de los Dolores con sus manos abierta con independencia de que cada uno la prefiera con las manos cerradas o abiertas.
-¿En qué estado se encuentra la Semana Santa malagueña?
-Es muy difícil hacer un análisis general. La Semana Santa de Málaga está viviendo un grandísimo momento de reputación, de seguimiento, de interés, de redescubrimiento en el entorno andaluz y, sin embargo, tenemos un serio problema a nivel interno, pienso. Y es que las hermandades cada vez tienen menos músculo interno. Cuando hablo de músculo interno, no me refiero a llevar tronos, sino a otras cosas, como la asistencia a los cultos, a la participación de los hermanos en las cosas de las hermandades, al sentimiento de pertenencia y, sobre todo, a los cuerpos de nazareno. Insisto y subrayo: la crisis no está en los hombres de trono, sino en los cuerpos de nazareno. El problema de los hombres de trono es más de tamaño que de hombre de trono. Los problemas que han podido tener algunas hermandades en la magna no es tanto por eso, sino por la gran cantidad de personas que se ha exigido, una cantidad absolutamente desproporcional para el número de cofrades que tiene la ciudad. No hay tanta gente para eso. Pero sí hay crisis de participación. No voy a citar hermandades, pero sí la mía. Dolores de San Juan, por ejemplo, tiene 730 hermanos y hemos sacado unas 60 velas. Pues yo creo que tendrían que haber salido más.
-¿Y qué hay que hacer para que salgan más, al margen de que las cofradías agilicen su paso, tal y como ha dicho anteriormente?
-Es un trabajo y una responsabilidad de los que gobiernan las cofradías. Hay que cuidar al hermano, es fundamental. Hay que hacerlos partícipes y hay que pensar que vivimos en un mundo que nada tiene que ver con el que había en la década de los 90. Ahora hay muchos sistemas de distracción para las personas, es un mundo cada vez menos religioso o la espiritualidad está puesta en un segundo plano o se busca por otros caminos... y, por tanto, las hermandades tienen que ser más originales en la búsqueda de vocaciones cofrades. O eso o asumir que no tenemos que convocar a miles y miles de personas, como nos ha pasado a las hermandades pequeñas y tampoco pasa nada. Ha habido siglos en los que las cofradías tenían 85 nazarenos y los tronos eran llevamos por 40 personas y, a veces, hasta los nazarenos iban pagados, y el mundo de las cofradías ha seguido funcionando. Todas no tienen que tener 6.000 hermanos.
-¿Málaga es cofrade?
-Málaga es profundamente 'semanasantera' y a unos niveles altísimos, de lo que los cofrades tenemos que enorgullecernos y agradecer, porque a un cofrade malagueño que se queja de que la ciudad no es cofrade, le invitaría yo a que participara en alguna ciudad que no es 'semanasantera', si quiera. Málaga acoge con calor todas las cosas que ocurren alrededor de su Semana Santa, incluidos los grandes eventos, como la magna del pasado sábado. Ahí quedó la demostración. Ahora bien, cofrade, que es ir al quinario de tu Cristo, no es.
-Usted, como pregonero de la Juventud Cofrade que ha sido, ¿qué le preocupa de los jóvenes de hoy en el mundo de las hermandades?
-Me preocupa un poco el perfil de cofrade que consume cofradías. Es decir, que su afición es asistir a las procesiones, incluso, a participar en ellas, pero, después, no tiene una hermandad, aunque sea una cofradía de referencia. Del ejercicio de ver procesiones, yo soy el primero que lo hace y lo disfruto, pero me pregunto si ese perfil nuevo luego participa en los cultos de su hermandad o está para lo que hace falta en su cofradía.

-Apenas lleva unos meses en la Agrupación. La está conociendo de cerca. ¿Es como se la esperaba?
-Sí, es como me la esperaba. La Agrupación de Cofradías tiene un funcionamiento muy bueno. Lo subrayo. La idea de que las 41 hermandades participen del futuro del colectivo, me parece lo más inteligente. Yo niego la mayor el funcionamiento de otros consejos que tienen una serie de cofrades jubilados o desvinculados de cofradías y deciden lo que tienen que hacer las hermandades en Semana Santa. A mí eso me parece mal. Me parece muy bien que las cofradías protagonistas marquen el rumbo. Ese modelo me parece estupendo. ¿Qué problema tiene? Que es muy complicado o imposible pedir fidelidad institucional. ¿Por qué? Porque cada hermandad es de su padre y de su madre y, por tanto, es muy difícil hacer piña, porque cada uno va a imponer sus puntos de vistas en función de los beneficios de su cofradía. Eso es lo que genera, muchas veces, guerras un poco encarnizada sobre determinados debates o cuando hay dos candidaturas a la presidencia. En este sentido, los debates son ciertamente duros y, quizá, un poco violento, pero creo que es un peaje que merece la pena en virtud del funcionamiento de la Agrupación.
-Usted también es un erudito en música cofrade. ¿Cómo ve el panorama de formaciones musicales malagueñas?
-El nivel de bandas es muy bueno. En el año 2000 había bandas que eran malas. Hoy no se puede decir que ninguna banda sea mala. Ahora suenan muy bien y la calidad musical es tremenda. En cambio, en cuanto al gusto por la música, es desigual. Hay demasiado uso y abuso de determinadas piezas de moda y, sobre todo, hay mucha palabrería en torno a los patrimonios propios, pero luego apenas se usan en algunos casos. En cornetas y tambores pasa lo mismo. Las bandas son muy buenas, pero suelen tener los repertorios demasiado sometido a los gustos de las bandas de cornetas, pero no ocurre solo en Málaga. Las bandas de música suelen ser más versátiles; es decir, pueden tener marchas de Font, de Abel Moreno..., marchas más alegres, marchas más cortas... y las bandas de cornetas se suelen plegar a un estilo, que pueden ser Cigarreras o Tres Caídas, pero esto no ayuda a la variedad de los repertorios y, generalmente, cuando una imagen lleva una banda determinada, la imagen que sale al día siguiente con esa banda lleva, más o menos, el mismo repertorio, pero con las marchas cambiadas de sitio.
-¿Y el nivel compositivo?
-Bueno, hay muy buenas firmas en la ciudad. No quiero dar nombres, porque seguro que se me olvidaría alguno. Málaga está aportando estilos de marchas que son muy ricos y están traspasando barreras. Voy a citar al único fallecido: Eloy García. Sus marchas tienen una propuesta absolutamente novedosa y, al final, han mutado y, sin quererlo, se han convertido en embajadoras de Málaga.
-Por último, ¿en qué otros campos está aportando Málaga al resto de Semana Santa?
-Sin duda, en buena parte de la creación artística. Málaga es una ciudad poco acomplejada. Estamos muy orgullosos de nuestra forma de ser, que es caleidoscópica. Hemos aprendido que cada cofradía tiene un estilo y que lo que tenemos que buscar es la calidad y la excelencia en la realización de piezas. Así, tenemos mantos grandes maravillosos y mantos pequeños maravillosos. Tenemos tronos grandes fantásticos y realizados con calidad y tronos pequeños hechos con calidad.
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