Trece escapadas para disfrutar intensamente del otoño en Málaga (uno por semana)

Javier Almellones

Málaga

Lunes, 23 de septiembre 2024, 00:41

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Desde el veranillo de San Miguel a la antesala de la Navidad. El otoño es una estación especialmente variopinta en la provincia de Málaga, tanto en su climatología como en sus paisajes. Esto abre un amplio abanico de posibilidades para hacer escapadas de un día o un fin de semana.

Así se pueden hacer excursiones para disfrutar de fenómenos como el Bosque de Cobre, rutas de senderismo, itinerarios gastronómicos o incluso disfrutar del sonido de la naturaleza, como ocurre con la berrea.

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La última semana de septiembre suele ser una extensión de la época estival. De hecho, en el calendario popular se conoce a estos días como el veranillo del membrillo o de San Miguel. Esto último se debe a que cada 29 de septiembre se celebra el día de este arcángel, que resulta ser patrón de varios municpios de la provincia de Málaga. Así, para despedir septiembre en estos días se pueden hacer escapadas a algunas de las localidades que celebran ferias en honor de San Miguel, como es el caso de Torremolinos o Vélez-Málaga. A ellas hay que unir otros pueblos con menos habitantes, pero con fiestas muy populares, como son Benarrabá o Istán. Alfarnatejo también aprovecha estos últimos días de septiembre para la fiesta en la que San Miguel es protagonista junto al Santo Cristo de la Cabrilla.

Los últimos días de septiembre y los primeros de octubre son idóneos para disfrutar de los sonidos del celo de algunos de los mamíferos de mayor tamaño que hay en la provincia. Es el caso de la berrea del ciervo en los últimos días del noveno mes y la ronca del gamo, a continuación. Hoy hay empresas de turismo activo homologadas que ofrece visitas guiadas a enclaves de la Serranía de Ronda para disfrutar de esos llamativos sonidos. Así, RF Natura organiza un fin de semana para la berrea del ciervo en las cabañas de La Sauceda, en territorio de Cortes de la Frontera y el parque natural de los Alcornocales, y una velada en el pinsapar de la Nava, el parque nacional de la Sierra de las Nieves.

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Salvo excepciones muy contadas la primera quincena de octubre suele tener temperaturas muy suaves, que puden ser idóneas para hacer visitas a algunos de los cascos antiguos con más encanto de la Costa del Sol Occidental. Tanto en primera como en segunda línea de playa, hay un recorrido de muchos kilómetros que va desde Benalmádena a Casares. Estos dos últimos están en segunda línea de playa, al igual que otros como Mijas, Benahavís o Istán, pero también están los que están en el corazón de las ciudades de Marbella y Estepona. Son calles llenas de coloridas macetas que resultan idóneas para hacer a pie.

Cuando las temperaturas veraniegas se disipan, se abre un buen momento para hacer rutas de senderismo o excursiones a algunos de los complejos geológicos más espectaculares de la provincia, como son los denominados 'karsts'. El más famoso en cuanto a tamaño y a accesibilidad es el Torcal de Antequera, declarado como paraje natural de Andalucía. Cuenta con varios itinerarios homologados, un centro de visitantes y muchas visitas organizadas para conocer algunos de sus secretos. Pero, no hay que olvidar que hay otros complejos similares, aunque más pequeños, en otros puntos de la provincia. Entre ellos están el Torcal del Charcón (Valle de Abdalajís), los Riscos (entre Cartajima y Júzcar) o el Canuto de la Utrera (Casares).

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Su denominación no es la más exacta desde el punto de vista histórico. Quizás sea más recomendable aludir a la existencia de alminares y otros vestigios andalusíes para ser más estricto. Se trata de un grupo de pueblos de la Axarquía que tienen en común la conservación de muchos elementos de su pasado medieval. Así, los más conocidos de este recorrido son Salares, Árchez, Canillas de Aceituno, Sedella y Canillas de Albaida. A ellos hay que unir las aldeas de Corumbela (Sayalonga) y Daimalos (Arenas). Son localidades muy pequeñas, muchas de ellas cercanas entre sí, donde además de alminares, puentes medievales, aljibes o restos de mezquitas hay otros atractivos turísticos o gastronómicos. Desde bodegas a restaurantes especializados en el chivo lechal malagueño al horno.

Es tiempo de disfrutar de la tradición gastronómica más arraigada del otoño. Entre los últimos días de octubre y los primeros de noviembre se celebran en la provincia varias fiestas que giran en torno a la castaña. En algunos pueblos de la Serranía de Ronda se hacen los tradicionales tostones. También en municipios de la Costa del Sol se hacen salidas al campo para asar castañas y otros productos de temporada. A ello hay que unir las grandes citas en torno a esta costumbre, como la Fiesta de la Castaña de Pujerra, el Tostón Popular de Ojén, la Fiesta de la Castaña de Alcaucín o Maroween, en la aldea de Maro, donde se une la tradición de las castañas y las batatas asadas con Halloween.

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En el triángulo que conforman los municipios de Ardales, Cañete la Real y Teba se concentran hasta media docena de castillos, torres alquerías u otros restos de bastiones defensivos. Es una zona que hoy está dedicada tranquila sobre todo a los cereales y al olivar, pero que fue especialmente convulsa en la época medieval. Por eso, allí se pueden encontrar varias fortalezas de importancia, que, en la mayoría de los casos, son visitables. Las más famosas son las de Hins Cannit (Cañete la Real), La Estrella (Teba) o La Peña (Ardales). Las tres cuenta con sus respectivos centros de interpretación que sirven para poner en valor todo lo que se ve, pero también lo que no. A estos tres castillos hay que sumar los vestigios de Bobastro, el bastión donde Omar Ben Hafsun lideró la gran rebelión dentro de Al-Ándalaus, los restos del castillo del Turón y la torre alquería de Ortegícar. Los dos primeros están en Ardales y son visitables, mientras que el segundo está en territorio cañetero y, pese a ser Bien de Interés Cultural, está dentro de una propiedad privada.

En la primera quincena de noviembre aguarda la cita con la estampa otoñal más conocida de la provincia, el conocido como Bosque de Cobre. El ocaso de las hojas de los castaños convierte a buena parte del Valle del Genal y algunos puntos de la Sierra de las Nieves en la estampa más espectacular de esta estación en la provincia. Son días de mucha afluencia a pueblos como Parauta, Pujerra, Igualeja, Cartajima, Parauta, Jubrique, Genalguacil o Faraján. También se pueden encontrar algunos castañares en Yunquera o Istán. Además de estos árboles, no hay que olvidar que en muchas riberas también se puede ver este fenómeno de las hojas secas de los árboles caducos, como ocurre con el álamo blanco o chopo.

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Dentro del rico capítulo patrimonial de la provincia, habría que hacer hincapié en el que aguarda en sus ciudades monumentales, más allá de la ciudad de Málaga o de otros municipios de la Costa del Sol Occidental. Así, hay un póker muy interesante para visitar estos días entre Ronda, Anteqeura, Archidona y Vélez-Málaga. Esta última pertenece a un término que tiene costa, aunque la realidad es que el casco antiguo está en una clara segunda línea de playa. Mucho más adentro están las otras tres. Cada una de esas localidades necesitan más de un fin de semana para poder conocerse en profundidad. Entre los monumentos más sobresalientes de estas ciudades están la Plaza Ochavada de Archidona, el Puente Nuevo sobre el Tajo de Ronda, los Dólmenes de Antequera y la Fortaleza de Vélez-Málaga.

No es el más abundante. Tampoco el más rentable para la agricultura. Sin embargo, el pinsapo es uno de los más populares de la provincia de Málaga. Se trata de un tipo de abeto que es autóctono de una zona muy determinada de Andalucía, entre las sierras de Málaga y de Cádiz. La mayoría de ellos están en espacios protegidos que son visitables gracias a rutas de senderismo homologadas. En el caso de Málaga, hay que ir al parque natural y nacional de la Sierra de las Nieves o el paraje de los Reales de Sierra Bermeja para verlos. Hay itinerarios especialmente recomendados para pasar junto a estos árboles tan singulares, como la ruta de la Cueva del Agua (Yunquera) o el Paseo de los Pinsapos (Estepona).

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Cuando llega el puente de diciembre a Málaga, la provincia brinda una buena ocasión para llenar la despensa de cara a Navidad con productos de la tierra. Es en este fin de semana cuando se celebra la Gran Feria Sabor a Málaga en el Paseo del Parque, en el corazón de la capital. Pero, también en estos días hay otras citas importantes como la Fiesta del Mosto y la Chacina (Colmenar), la Feria de Artesanía (Benalauría), la Fiesta de la Chacina (Benaoján) o Saborea Manilva. A ello hay que unir las distintas posibilidades que hay de comprar en distintos pueblos que tienen tradición con productos derivados del cerdo, como Ardales o Arriate, entre otros, o de repostería tradicional, como Antequera, Ronda, Archidona o Coín.

El otoño acaba en la antesala de la Nochebuena. Lo hará justo el 22 de diciembre, cuando se celebre el día de la Lotería de Navidad, pero tanto ese día como en los anteriores, se vivirá de forma muy intensa en muchos municipios que celebran citas relacionadas con estas fechas tan entrañables. Así, a lo largo de la penúltima semana de diciembre e incluso algunos días antes habrá belenes vivientes, zambombadas y concursos de pastorales. A ello hay que unir la curiosa tradición de las Mañanitas de Algatocín.

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En estos últimos días del otoño, los romanos tenían por costumbre celebrar los Saturnales, una fiestas que mutó siglos después con la Navidad. La primera era una fiesta pagana que solía celebrarse a partir del 17 de diciembre. Esto es un buen pretexto para recorrer las muchas villas romanas que hoy son visitables en la provincia de Málaga. Entre ellas, las últimas en incorporarse al patrimonio provincial, como es el caso de Villa Antiopa (Torre de Benagalbón, Rincón de la Victoria), la de la Estación (Antequera) o Cartima (en el centro de Cártama Pueblo). A ello hay que unir otros vestigios romanos importantes, como Las Bóvedas y Vega del Mar (Marbella), Cortijo Robledo (Antequera), Acinipo (Ronda) o Caviclum (Torrox).