Dunas de Artola: el fenómeno geológico que rompe moldes en las playas de la Costa
No es habitual encontrar en territorio malagueño sistemas dunares. Y menos con las características que tienen los de esta playa de Cabopino. Por ése y otros motivos, el enclave de las Dunas de Artola está protegido hoy como monumento natural de Andalucía, lo que le da un valor añadido a esta cala, que tiene poco más de un kilómetro de longitud.
Este espacio natural, con una superficie de una veintena de hectáreas, es una de las excepciones geológicas de la costa mediterránea, ya que conserva un conjunto de dunas móviles y fósiles que recuerdan ineludiblemente a las que se pueden disfrutar en el litoral atlántico andaluz.
Para disfrutarlo se puede hacer allí un breve recorrido sobre pasarelas y puentes de madera que es un regalo para los sentidos. Lo idóneo es hacerlo a primera hora de la mañana o dejarlo para última hora de la tarde en verano para evitar las horas de mayor incidencia solar. Eso sí, buena parte del camino se hace bajo un denso pinar.
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Qué visitar: Senda: Hay un recorrido de pasarelas de madera que permite andar por encima de estas dunas. Torre de los Ladrones: Atalaya que tiene catorce metros de altura, que fue usada por los árabes e incluso es probable que tenga un origen romano. Playa de Cabopino: Cala de arenas finas y doradas, en las que hay parte reservada para la práctica del nudismo. Puerto deportivo: A tan sólo unos metros, además de este complejo náutico, hay restaurantes y tiendas.
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Cómo llegar: Acceso:.Por la A-7, tras pasar Calahonda (desde Málaga), hay que salir por la indicación de Cabopino. Hay un amplio llano para aparcar el vehículo.
Esta senda circular está bien señalizado para evitar que el caminante se extravíe. De hecho, habrá que seguir el camino trazado para evitar perjudicar este valioso ecosistema de esta singular formación geológica.
Aunque se considera circular, el itinerario hace hasta tres idas y vueltas en el trazado para permitir a los visitantes tener bonitas vistas panorámicas del litoral o incluso del propio complejo dunar. Además, quienes deseen acortar el itinerario cuentan también con la posibilidad de hacerlo a través de los distintos tramos habilitados para ese fin.
En este recorrido circular, se podrán ver hasta tres tipos de dunas. En una primera línea costera están las que tienen cierta movilidad, que se distinguen fácilmente por tener unas rizaduras (ripples) muy características. Avanzando hacia el interior, están las móviles inactivas, que están en su mayoría cubiertas de vegetación. Por último, hay una tercera franja más alejada del mar, que son las dunas fósiles inmóviles, que se encuentran bajo un pinar carrasco.
En el recorrido, se pasa junto a uno de los monumentos históricos de Marbella, la Torre de los Ladrones, que se construyó en época andalusí para la vigilancia de esta franja mediterránea. Llaman la atención sus dimensiones, con catorce metros de altura. Por su importancia histórica y arquitectónica, está declarada como Bien de Interés Cultural.
Desde el punto de vista biológico, en las Dunas de Artola hay presencia de especies botánicas tan singulares como el cardo marítimo (también conocido como barrón), el gamón, el lirio enano, el tártago o el narciso de mar, que se pueden apreciar desde alguno de los senderos habilitados en este enclave. La especie que predomina es el pino carrasco, que proporciona sombra en algunos puntos del itinerario.
Por otro lado, a unos metros de este complejo dunar aguarda la playa de Cabopino, que cautiva a los bañistas con sus arenas finas y doradas. A tan sólo unos metros se puede visitar el puerto deportivo del mismo nombre. Aunque es pequeño, ofrece alternativas de ocio, compras o una oferta de restauración muy cosmopolita.
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