España regresa al medallero en el Mundial pero el oro se quedó en Moscú
Glory Alozie y Ruth Beitia lograron las medallas españolas en la cita mundialista bajo techo
EFE | MOSCÚ
Lunes, 13 de marzo 2006, 01:00
El atletismo español, calificado con un 8 por su presidente, José María Odriozola, regresó al medallero de unos Mundiales en pista cubierta, del que se vio apeado en la edición anterior, pero el oro, nunca tan accesible y cercano como ahora, se quedó en Moscú.
Glory Alozie, olvidando dos años de adversidades, tuvo el título de 60 metros vallas a dos centésimas; Ruth Beitia, que sigue creciendo como atleta, el de altura a cuatro centímetros. Las dos pertenecen al club Valencia Terra i Mar, que tendrá en 2008 un papel relevante en los Mundiales bajo techo de la ciudad del Turia.
Algunos de los ausentes españoles en los Mundiales moscovitas tal vez estén lamentando ahora su renuncia porque las oportunidades, como afirmó una exultante Ruth Beitia tras conseguir su medalla de bronce, "no hay que dejarlas pasar jamás".
España llevó a Moscú a un equipo reducido de 20 miembros (en Budapest 2004 fueron 32 y en Birmingham, un año antes, 27), pero ofreció, con pocas excepciones, la imagen aguerrida que hizo famosos a los "mosqueteros rojos" hace pocos años.
La clasificación por puntos, que mide el verdadero nivel de un país en atletismo, situó a España en el sexto lugar del mundo, por detrás de Rusia, Estados Unidos, Alemania, Polonia y Jamaica, y por delante de potencias como Cuba, Kenia, Ucrania, Suecia, Francia o Etiopía.
Una medalla de plata, otra de bronce, el cuarto de Concha Montaner, los quintos de Sergio Gallardo (1.500) y Juande Jurado (800) y los sextos del capitán, Manuel Martínez (peso), y de Naroa Agirre (pértiga) resumen una actuación notable que devuelve la moral a una selección a punto de sumirse en una crisis de confianza.
Gran papel de las saltadoras
España basó en Moscú sus mejores éxitos en el magnífico momento por el que atraviesa el sector femenino de saltos con el póker formado por Beitia, Montaner, Agirre y Carlota Castrejana. Esta última se quedó a un centímetro de la final, pero todas ellas están convocadas a la lucha por las medallas en los Europeos al aire libre de Gotemburgo, en agosto.
La ciudad sueca aguarda a un equipo español que deslumbró, con quince medallas, en la anterior edición de los campeonatos continentales (Múnich 2002) y que necesita refrendar su condición de potencia europea.
Los Mundiales en pista cubierta, aun cuando Moscú vio competir a un puñado de los grandes (Kenenisa Bekele, María Mutola, Yuri Borzakovskiy, Eliud Kipchoge, Meseret Defar), son el escaparate ideal para atletas que desean dar el salto a la escena internacional y además retribuyen en metálico todos los puestos del primero al sexto.
Antonio Reina, Mayte Martínez, Reyes Estévez, Natalia Rodríguez Alberto García y Joan Lino Martínez, entre otros, han preferido jugarse la temporada a una carta, cediendo a la tentación de buscar en los Europeos un éxito teóricamente más fácil sin la molesta presencia africana.
Para la Federación Española la pista cubierta no es de participación obligatoria ni siquiera para los atletas que cobran sus becas de la propia Federación o del ADO, pero Odriozola ha mandado un mensaje claro: "cuando pasa el tren hay que cogerlo".
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