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«Mi querida España...»

La rotonda ·

Sábado, 27 de julio 2019, 10:15

Dentro de la eterna relación de frases históricas, muchas de las cuales nunca se sabe si las pronunció la persona a quien se le atribuye, ... hay una que siempre me gustó y que pertenece, según el nada docto certificado de las redes sociales, al canciller alemán Otto Von Bismarck, y es esa que dice que «España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirse y no lo han conseguido. El día que dejen de intentarlo volverán a ser la vanguardia del mundo». Contaba el profesor Seco Serrano, uno de los grandes historiadores españoles de todos los tiempos (y sin duda quien mejor estudió al malagueño Cánovas del Castillo y su restauración), que a él no le constaba que el líder prusiano hubiese dicho tal cosa, pero a la vez se reafirmaba en que era «una verdad como un templo». A raíz de ello, de una forma magistral tan solo al alcance de quien dominaba las aulas casi tanto como la Historia de España, Seco Serrano relataba la de torpezas cometidas una tras otra en este país de nuestras almas sorprendidas entre el siglo XIX y el siglo XX. «Tenemos más presidentes asesinados que Estados Unidos, y en lo que se refiere a guerras civiles somos doctores honoris causa. En cuanto a reyes, nada más tenemos que mirar a Fernando VII, pero a la vez tenemos el ejemplo de nuestra grandeza como pueblo», y ponía como muestra la reacción a la invasión napoleónica o la supervivencia de los años 40 del pasado siglo. Me imagino que Seco Serrano, si levantara la cabeza, pediría 'asilo exprés' en cualquier otro país del mundo al ver, por ejemplo, lo que ocurre en Cataluña, o simplemente si hubiera sido testigo de las dos sesiones de investidura que este país bendito ha soportado esta semana, con discursos impropios y carentes de ninguna altura de quienes nos representan. España está en la inestabilidad desde hace meses, y así seguiremos. Loor y gloria a los mediocres que se han instalado en la Moncloa y en sus alrededores, porque ellos pueden llevarnos a la ruina más absoluta. Pero ni por esas lo consiguen. Seguro que Seco pondría de nuevo esta época como demostración de nuestra grandeza, como prueba fehaciente de que esta «España mía, esta España nuestra...» (como cantaba la inolvidable Cecilia) es capaz de aguantar todas las mediocridades, todas las putadas habidas y por haber...

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