'TOSCA' LLENÓ EL CERVANTES
MANUEL DEL CAMPO
Martes, 28 de febrero 2017, 11:02
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MANUEL DEL CAMPO
Martes, 28 de febrero 2017, 11:02
Representaciones de dos óperas, una Antología de la Zarzuela y un recital lírico con Ainhoa Arteta y José Bros conforman la XXVIII Temporada Lírica del Teatro Cervantes, que el sábado y el domingo ponía en escena 'Tosca', ópera en tres actos, libro de Giacosa e Illica, con música de Puccini. Este compositor, junto a Mascagni y Leoncavallo son los tres pilares del 'verismo', movimiento nacido en Italia hacia 1890 que preconiza el realismo en la ópera. Nada de héroes, divinidades ni figuras sobrehumanas, se trata de reproducir fielmente la vida del hombre con todas sus pasiones. Y esto es 'Tosca', puro verismo italiano, con un libreto plagado de situaciones violentas que Puccini surte de melodías y armonías de alto estilo lírico-dramático y dota de una excelente orquestación. Se expone un sangriento asunto, hasta se engrandece, por obra de la partitura.
Producción Ópera 2001 aporta una amplia nómina de solistas para las representaciones de 'Tosca' y las referencias nuestras, como es lógico, van para los que intervinieron en la función del sábado 25, que además contó con el concurso de la malagueña Escolanía Santa María de la Victoria amén del Coro y Orquesta 2001 en el foso.
Los tres principales personajes de esta ópera requieren no solo cantantes de primer nivel, sino que posean también dotes dramáticas para incorporar al pintor Mario Cavaradossi (el tenor David Baños), al jefe de policía Barón Scarpia (el barítono Paolo Ruggiero) y la bella cantante FloriaTosca (Melanie Naussay). Para nosotros, el más completo el barítono Ruggiero que compuso un gran personaje brillando a notable altura por voz y escena en el segundo acto. David Baños, que posee muy estimables agudos, creció con el transcurso de la representación. Más preocupado de entrada con el 'Recóndita armonía' y con la intensidad dada en escena por el bajo Giancarlo Tosi (Sacristán), vibrante en el 'Vittoria' y con un buen 'Adiós a la vida'. En cuanto a Melanie Maussay, nos pareció más soprano lírica que dramática su tesitura, en correcta interpretación de su rol, en especial el 'Vissi d'arte'. Cumplió el resto del reparto con August Metodiev (Angelotti), Nicolai Nachev (Soiarrone) y Dimiter Dimitrov (Spoletta). Un mayor número de voces haría más brillante al Coro de Ópera 2001 y excelente trabajo cantando y 'moviéndose' la Escolanía Santa María de la Victoria, muy reconocida al saludar tras el primer acto con su director Narciso Pérez del Campo. Elogiable la conjuntada orquesta -también aportada por Ópera 2001- con calidad, destacables solistas de viento madera; sería deseable más profesores en las cuerdas, con un estupendo trabajo, seguro y dúctil, del maestro eslovaco Martin Mazik, director musical, como en la escena el de la italiana Roberta Martelli. El montaje de la ópera se adecúa con las indispensables variaciones en los decorados para la iglesia de Sant'Andrea della Valle, el Palacio Farnesio y la terraza del Castillo de Sant'Angelo (aquí apenas audible el canto del pastorcillo y oscuro todo el amanecer). El público, que llenaba el Teatro Cervantes -la respuesta a lo conocido es evidente- no fue parco en aplausos en algunos momentos de la representación y sobre todo al final, saludan repetidamente los intérpretes y directores de esta 'Tosca'.
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