RECUERDOS DE OTRA FERIA
El pregón pertenecía a José Manuel Vallés, pero de leerlo se encargó José Luis Arranz. Ignoro por qué se realizó así. De cualquier forma fue muy aplaudido
FRANCISCO MOYANO
Martes, 7 de junio 2016, 10:04
TAMBIÉN este año cada ciudadano de Marbella contará la feria según le vaya; puede que no falten quienes ignoren el acontecimiento como si no existiera, ... pero serán los menos. Al igual que es frecuente contar los años de vida como sucesión de primaveras, podría hacerse como acumulación de ferias vividas. Sin duda cada festejo ha tenido sus características, más o menos significativas según cada persona. Recordaré la feria de Marbella de 1969 y el criterio seguido para evocar esta y no otra ha sido un acontecimiento que tuvo lugar hace dos domingos con la entrega de los premios de la cultura: fue reconocida, a título póstumo, la figura del maestro, poeta y político José Manuel Vallés Fernández. Vallés también pregonó la feria de San Bernabé y lo hizo en 1969, con una singularidad que se unió a otras que poseyó aquella feria de finales de los sesenta. Pero reconstruyamos la crónica del momento. Los festejos duraron desde el domingo ocho de junio al domingo quince, aunque el punto de arranque tuvo lugar el sábado, día siete, con la coronación de las reinas infantil y juvenil y la lectura del pregón en una tribuna que se instaló en los jardines del Paseo de la Alameda, con el concurso de la Banda Municipal de Música. De presentar el acto se encargó el periodista y locutor de Radio Marbella (Emisora Sindical Costa del Sol, C.E.S. 15), José Luis Arranz. Subió al estrado para ser coronada, la reina infantil, Fabiola Carvajal, acompañada por Angelo Madroñal Folpini y a continuación la reina juvenil, Anabel García Ramírez, del brazo del alcalde de la ciudad, Francisco Cantos Gallardo. Siguió la velada con la lectura del pregón y ahí llegó la singularidad: su autoría pertenecía a José Manuel Vallés, pero de leerlo se encargó José Luis Arranz. Ignoro por qué se realizó así. De cualquier forma fue muy aplaudido y entre las palabras pronunciadas, para finalizar la disertación expresó: «Y arriba, las estrellas, luciérnagas de la noche marbellí que se vuelcan sobre sus picos de plata para querer caer en las fiestas de la gran ciudad. ¡qué difícil es escribir belleza donde tanta hay!». Aquel año la junta de festejos estaba presidida por Francisco Palma; vicepresidente, Francisco Lorenzo Cuevas; secretario, Gaspar Fernández; tesorero, Enrique Nieto Cantos y los vocales Carmita Romero Conde, Eduardo Gaviño, Manuel García Santiago y Francisco Cantos Liébana. No faltó, el domingo día nueve, en la plaza de toros que cumplía cinco años desde su inauguración, la corrida de feria con la intervención del rejoneador Fermín Bohórquez y los espadas José Martínez Limeño (ganador de la oreja de oro), Miguel Márquez ('el ciclón de la Costa del Sol') y Pepe Luis Román ('el torero del arte'). Los marbelleros de entonces no solamente se limitarían a la feria; seguramente frecuentarían algunos de los locales del momento: la cafetería Alfil y el Club Tu-Tu, ambos en el edificio Alfil de Ricardo Soriano; la terraza-restaurante y la sala de fiestas 'Pata Pata'; el 'Piper's Club', de la calle Fernando el Católico (actual calle Málaga) o el tablao flamenco 'La Pagoda Gitana', con las figuras del flamenco El 'Güito', La Tomata y Roque Montoya 'Jarrito', que era el empresario del local. Puede que algunos aprovechasen la semana de feria para ver alguna película en los cines del momento: el Rodeo (fundado por Ricardo Soriano) ofrecía 'El paseíllo', una cinta taurina dirigida por Ana Mariscal; el Alfil '500 millas', con Paul Newman; el Lope de Mena de San Pedro, había programado 'Relaciones casi públicas', de José Luis Sáenz de Heredia, con Conchita Velasco y Manolo Escobar, y el Cine Imperial, también de San Pedro, '¡cómo está el servicio!', de Mariano Ozores, con Gracita Morales y López Vázquez. Otra de las singularidades de aquellos festejos del 69 fue la celebración de una Feria de muestras, que sería antecedente de la que llegaría en los ochenta. Se situó al final del paseo marítimo, en unos terrenos allí existentes. Se presentó un disco del cantante David Alexandre Winter que contenía una canción dedicada a la ciudad: 'Hasta Marbella fui'. Las atracciones infantiles costaban cinco pesetas.
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