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EL MIRADOR

¡Sí, el final de la corrupción!

Y estas medidas prueban que están decididos a actuar de forma drástica, pero que muy drástica

Teodoro León Gross

Viernes, 19 de diciembre 2014, 12:39

El Gobierno está decidido a que no le tiemble el pulso con la corrupción. Sin llegar al exilio o al suicidio como en la vieja Roma, sus medidas prueban que están decididos a actuar de forma drástica, pero que muy drástica:

Plan 1.- Apartar a los jueces empecinados en investigar la corrupción. Esto sin duda contribuirá a que haya menos escándalos. Brillante. De hecho, el caso Gürtel se ha cobrado la cabeza de Garzón, expulsado; Carmona, bien dirigido para sacarlo de España; después Pedreira y Bermúdez, al que le quitaron la querella por reparto natural, y Ruz, al que le dan unos meses pero ya amortizado. Si tienes líos en un juzgado, eliminar al juez es lo mejor. También ayuda, claro, un magistrado con carnet del partido al frente del Poder Judicial. Puede considerarse que la fase 1 es un éxito.

Plan 2.- Cambiar de policías, también. Hay comisarios que, en un exceso de celo, han considerado que su deber era investigar la financiación ilegal del PP y el sistema de comisiones de Gürtel. Ese error se subsana con el relevo de semejantes mandos. Ya van media docena de cambios en la cúpula. Vázquez, Gudiña, Losada, en quien tanto confiaban, Ulla . ahora colocan a García Catalán, la nueva esperanza blanca. Es de una lógica impecable esperar que un comisario afín, sin buena formación en delitos económicos, contribuya a rebajar esos escándalos. La fase 2 parece encauzada.

Plan 3.- El Gobierno, a pesar de todo, había detectado una debilidad en su lucha particular contra la corrupción: el Fiscal General actuaba con cierta independencia. En algún momento podría llegar a actuar con criterio propio, y facilitar imputaciones a altos cargos del PP. Eso se saldría del guión. Por el contrario, un fiscal sumiso siempre es útil para evitar que aumente la corrupción; mamporreros fiables como 'el pollo del pinar' o el 'beato cardenal'. Este problema también ha quedado resuelto. Bravo.

Plan 4.- El Gobierno, con todo, parece tener claro que no basta con manejar jueces, fiscales y policías, y ha entendido que también hay que apretar a los medios. El Informe anual de la APM constata que «aumentan las presiones que reciben los periodistas»: 4 de cada 5. Hay tutela en las tertulias; y en TVE española se ha colocado al comisario de Telemadrid como presidente, y para informativos, un fichaje de La Razón. Si hay que tapar los escándalos, eso parece muy inteligente.

Después de esto, nadie podrá sostener que el Gobierno no se enfrenta al problema de la corrupción. En fin, el plan quizá no consista en eliminarla sino ocultarla, pero eso ya son matices menores. Lo que importa es que la corrupción se va a reducir, ¡se ve que saben cómo hacerlo! Y ojos que no ven, nariz que no huele. Así que el presidente pronto podrá decir que, como la crisis, la corrupción ya es historia. ¿No es maravilloso?

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