Alba sufre el vitíligo desde los tres años. "En el colegio, algunos insultos: vaca, dálmata". Un sufrimiento que también afecta a la familia. Las manchas tienen consecuencias emocionales en el 99 por ciento de los pacientes. "Te sientes rechazado, marginado", afirma Luis Ponce, presidente de ASPAVIT.Pero con los tratamientos se puede mejorar. Las asociaciones reivindican productos de tratamiento más accesibles. "Los hay más caros de 40 euros incluso con receta", afirma el presidente de ASPAVIT. Y que se socialice la patología para ayudar a vivir felices en esa piel diferente.
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