La cantera de Nagüeles destaca por su acústica, potenciada por su sistema de sonido. Josele

Jamie Cullum abre hoy una nueva edición de Starlite, que dobla el tamaño de su escenario

Para toda edad o gusto, arranca un festival que marca las noches del verano de la Costa del Sol y las convierte en toda una experiencia

David Lerma

Marbella

Viernes, 14 de junio 2024, 00:03

Ir a Starlite es una sola experiencia. Es ir, estar y volver. Su logística es matemática. Luego viene la música, al gusto de cada cual. ... Hoy lo inaugura Jamie Cullum; mañana le seguirá Van Morrison, el León de Belfast, antipático y genial. Otra vuelta al ciclo de la vida, pero con cambios. El escenario ha doblado sus dimensiones este año. Hay más restaurantes y la retórica promocional no escala en humildad. Todo es por todo lo alto. «Los artistas pasan, pero Starlite queda», decía ayer Sandra García-Sanjuán, empresaria y mistagoga en la doctrina de un macroevento que ofrecerá más de 60 conciertos este año. Tras doce ediciones y una extraordinaria expansión comercial, hoy se inaugura su décimo tercera iteración.

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La modela Valeria Mazza y Ángeles Muñoz, alcaldesa de Marbella, estuvieron ayer en la presentación en la cantera de Nagüeles. Antes de acoger el festival, era el lugar donde muchos jóvenes marbelleros aprendían a conducir. A un día de su primer concierto, ayer aún se notaba el tráfago de la última hora. Aquí llevaban tiestos de plantas; allá cajas cargadas de artefactos. Sin embargo, hoy estará todo a punto de revista y lucirá como de costumbre: diferente.

Garantizado el show hasta 2027 por la Junta de Andalucía, el «festival boutique» ofrece este año un cartel extraño con artistas que oscilan entre el viejunismo y la nueva ola juvenil, pero sobre todo ese gusto general medio que prefiere el ser al estar. Este no es nuevo, pero el tiempo pasa. La chicaña que hace dos años adoraba a Aitana, este verano preferirá ir al concierto de Myke Towers. Ya veinteañera, es probable que acuda al ensalmo de la esteponera Ana Mena o al estajanovista del festival, Juan Magán. Hay llenos garantizados en los tres días de Luis Miguel. Al galés Tom Jones hay que verlo, siquiera por la posibilidad de que aparezca bailando Carlton, el primo de Will Smith. No hay lógica en la programación. Nunca la hubo.

Entre Las Vegas y Woodstock costasoleño, a Marbella le gusta la indeterminación pero también lo seguro. Taburete, La Oreja de Van Gogh y Los Secretos, actuarán en agosto para los madriles. The Corrs, Carlos Vives, Sheryl Crow, Keane o Take That, estarán en la retaguardia nostálgica. Brillará Diana Krall, como siempre hace. Muchos padres primerizos serán derrotados por la troupe de Cantajuegos. Vendrán los Gipsy Kings, pero solo uno de ellos. Estarán, entre otros, Maldita Nerea, Take That, Ricky Martin, Camilo y el hijo de Bob Marley, fáctotum instrumental del grandioso disco 'The miseducation of Layryn Hill', publicado en 1998. El sonido, aún más este año, será excepcional y la iluminación, a cargo de Ximenez Group. que ilumina Vigo en su larga Navidad, dejará a más de uno con los ojos como faros. Es Starlite, y hay que sentirlo con la espina dorsal.

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