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El alcalde de Istán, José Miguel Marín (IU), atiende a SUR desde su despacho en el Ayuntamiento. La Casa Consistorial de este pueblo de 1.400 habitantes situado en las estribaciones de Sierra de las Nieves y a espaldas de Marbella está en estos días con servicios mínimos. «La presencia se ha reducido al mínimo», señala. El alcalde, sin embargo, ha decidido acudir todos los días a su despacho, donde apenas tiene contacto con nadie. «El encierro lo hago en mi despacho, que es como mi casa, aprovecho que el teléfono no suena todo el día para sacar adelante expedientes», afirma.
Marín está muy satisfecho por la responsabilidad con la que sus paisanos han asumido las medidas de aislamiento a las que obliga la crisis sanitaria. «Los primeros días fueron más complicados, costó un poco que la gente se quedaraen casa, pero ya lo han asumido», explica.
Istán cuenta con una plantilla de cuatro agentes en su Policía Local, que en estos días recorren las calles del pueblo por si algún despistado se salta el encierro. «No han tenido que poner multas, la gente lo ha entendido», asegura el alcalde.
Tampoco ha habido problemas con los bares y cafeterías del centro, cerradas desde el pasado fin de semana. «La mayoría cerró incluso antes de que se decretara el estado de alarma por propia iniciativa», sostiene.
Con un pueblo cuyos vecinos viven mayoritariamente de trabajos relacionados con el turismo, la preocupación económica es incluso tan alta como la sanitaria, pero aún así se muestra confiado con el futuro. «Estoy seguro de que saldremos reforzados de esta crisis -sostiene-, podemos volver a generar confianza porque somos un destino muy sólido con una calidad de servicios y un marco únicos».
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