Costas prohíbe acercarse a la Torre del Cable por el riesgo de desprendimientos

Peligro. Zona con desprendimientos. Se prohíben actividades en el entorno de la torre bajo responsabilidad del infractor. Zona de seguridad a 50 metros de distancia. Así reza el cartel que acaba de colocar Costas en la Torre del Cable, después de que varios ciudadanos hayan advertido de la caída de cascotes. El Ministerio de Medio Ambiente quiere así garantizar la seguridad cuidadana impidiendo no solo la pesca en los alrededores del antiguo cargadero, sino la práctica de actividades recreativas.

Esta zona del litoral marbellí se caracteriza por contar con un ecosistema de inestimable riqueza desde hace más de 50 años. De hecho, surgió al calor de la instalación de este artilugio para transportar el mineral hasta los barcos, y actualmente es uno de los lugares más codiciados para la práctica deportiva del submarinismo, que también se verá afectada.

Todo ello ocurre mientras se está a la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la empresa Tragsa, acometa la obra de rehabilitación de la torre anunciada hace sólo dos meses por la alcaldesa de Marbella Ángeles Muñoz y valorada en 76.000 euros. El proyecto pasa por una puesta a punto de la torre con el saneamiento completo de la plataforma, así como la demolición de elementos sueltos en la propia estructura. Además, se va a proceder a la retirada del cableado y la cerrajería que esté suelta para posteriormente realizar la señalización marítima y el balizamiento de la zona. Según anunció la regidora, las obras comenzarán en otoño.

La caída de cascotes en los últimos días, de la que han alertado algunos pescadores, y de la que se ha hecho eco el grupo municipal de IU no ha pasado desapercibida por la administración competente, aunque de momento la única acción realizada ha sido la colocación del cartel.

No es la primera vez que el mal estado del antiguo cargadero obliga a adoptar medidas preventivas. Ya en el año 2008 el Ayuntamiento tuvo que retirar una escalera por la que los niños accedían a la parte más alta de la estructura para lanzarse al agua. La Demarcación de Costas tuvo igualmente que eliminar uno de los brazos de la estructura por su mal estado de conservación.

Cesión a la ciudad

Pese a que desde el Ejecutivo central se llegó a plantear en su momento la eliminación del cargadero por su delicado estado de mantenimiento, el equipo de gobierno local ha apostado por la conservación de este vestigio histórico y por ello, una vez que esté rehabilitado, la intención es asumir la titularidad del mismo. A partir de ahí, se estudiará cuál va a ser el valor turístico y el atractivo que puede añadir a lo que ofrece la ciudad. Así lo señala el concejal de Playas, Antonio Espada, quien incide en que, «tal y como se anunció en su día, las obras para recuperar este emblema de la ciudad arrancarán una vez que termine el verano». Sobre el aviso colocado en la estructura afirma: «se ha puesto el letrero advirtiendo del riesgo de desprendimientos precisamente porque los hay, de ahí que se haya adoptado esta medida para proteger a las personas».

El poste, que se alza imponente frente a la playa a la que da nombre, formaba parte de un sistema de tranvía aéreo construido en 1957 que, a través de torretas y un monocable, traía el hierro desde la mina del Peñoncillo, pasando por encima de la N-340, para que los barcos que no podían entrar en el puerto pesquero por sus dimensiones lo cargaran en sus bodegas.