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Sebastián Arteaga
Domingo, 31 de enero 2016, 12:33
Antes de que la nave nodriza aterrizara, los seguidores del Mesías no dudaron en rendirle culto demostrando sus habilidades mentales aprendidas en El Cortex, competición en la que el MC Michael Luna salió merecidamente victorioso y galardonado con jugosos regalos reptilianos.
Tras el ritual de advenimiento, el general de la armada Serokah deleitó tanto a devotos como a neófitos con un rayo láser musical incomparable. Sonidos de ayer y hoy aderezados del amplísimo espectro electrónico, con ritmos que inexorablemente invitaron al baile, a la bebida y al goce en general. El señor de BSN Posse sabe dominar las masas como nadie y hacer que éstas disfruten de lo lindo. Si a esto le sumamos la unión de Sceno, Spok y sus sicarios, la destrucción terrícola queda asegurada.
De lo humano a lo divino, del sufrimiento a la alegría, de la esclavitud a la libertad.
Payos, gitanos, bienvenidos al concierto de Foyone. Y La Trinchera se cae. Y lo entendemos. Porque Foyone, aunque bajo la piel escamada se oculte Pedro, es el MC que transmuta el plomo en oro. Presidido por tres sonorizadas jaulas de oro y el brillante Sceno, El Faraón no perdió ni un segundo de su tiempo en dejar a la audiencia congelada durante tres minutos rapeando La paradoja del enjaulado. El carrusel extrasensorial comenzó con ese primer track del disco, un lúcido diagnóstico sobre la alienación contemporánea.
Huelga decir que el público rapeaba con tesón cada palabra escupida al micrófono por Foyone (los temas Negro luto, Creo en ti y Ciudad del vicio fueron sencillamente asombrosos). Pedro, con la mente clara y la sangre fría, despachó el lugar con La Jaula de Oro rapeada casi en su totalidad, más los clásicos y obligatorios rap-sin-cortes, además de otros temas. Y es que el hola humano, estás hablando con reptilianos ya se ha convertido en todo un himno del underground local, así como la conocida marca de nachos, que incluso tuvo su aparición en la psicodélica y surrealista proyección dispuesta en el escenario. Crítica social y existencial dotada de hipérbole y sentido del humor. Foyone, Sceno, Manu Beats y Gharuda tienen mucho de neodadá.
El Patio de Foyone es particular
Tanto que hoy en día suele ser extraño (alien) observar ciertas actitudes que el público agradece sobremanera: acabar una canción en freestyle, llamar de forma improvisada a tu amigo para compartir escenario (la oscuridad de DNC quedó patente con Stampida), cantarle Cumpleaños feliz a tu DJ o pedirle directamente a los espectadores que elijan un tema favorito que deseen escuchar. Ese tipo de situaciones sólo se da cuando el MC está bien a gusto y se encuentra en un ambiente familiar, como en un antiguo y tradicional patio de vecinos. Es lo que tiene el hip-hop. Y el flamenco. Y ser libre.
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