Berebere, en Torre del Mar: cocina fresca y contundente

Para abrir boca, la oferta pasa por una selección de ibéricos de Joselito entre los que destaca la coppa, aunque esta es una opción fácil a la vez que sencilla de cara a atraer el paladar del cliente. Pero si nos detenemos más en esta sección llamada 'abacería', las gildas y unas anchoas en salazón compiten con ostras Ancelín o la terrina de caviar. Si por el contrario, lo que buscamos en este local a pie de playa es meternos entre pecho y espalda algunos platos más contundentes, entonces los que se encuentran en el apartado de 'fusión' y los 'canalla' son perfectos, en especial el mollete, ideal para compartir, de solomillo de atún con papada y moyo japo supera con creces el taco de rabo de toro o el pan bao de cordero con mayonesa de curry y lima.

Como todo buen restaurante de playa que se precie, el arroz suma más que resta a la hora de las comandas. En Berebere no hay muchos platos de arroz distintos, pero sí suficientes para hacernos una idea, ya que abarcan desde el típico arroz negro hasta el caldoso de bogavante, pasando por uno que considero el más auténtico e interesante, el de presa con alcachofas, en particular cuando es la temporada de esta planta del género cynara. ¡Cuidado! En esta casa, aunque pueda parecernos lo contrario, el pescado no es el eje de su cocina, son las carnes. El apartado de brasas sorprende por su variedad de cortes, razas y buen punto de fuego. Pollo coquelet al horno, hamburguesas, cerdo ibérico y unas chuletas que desde la cámara expositora nos están diciendo 'pruébame'. Vaca Frisona, Angus de Nebraska, Simmental, Rubia Gallega y algún que otro corte de vacuno de larga maduración. Para todos estos platos, unos vinos de corte actual, tanto en blancos como en tintos, no solo nacionales, también francesas e italianos. Y para rizar el rizo, un servicio rápido y profesional.