Trucos para recalentar las sobras en el microondas y que sigan perfectas
El listado de errores comunes al usar este pequeño electrodoméstico es largo y esas equivocaciones acaban afectando al resultado final y al sabor de los platos. ¡Toma nota!
Almudena Nogués
Sábado, 14 de enero 2017, 23:06
El microondas es el gran aliado de muchas familias. Este electrodoméstico juega un papel fundamental cada vez en más hogares, en los que el ritmo de vida frenético y las jornadas maratonianas de trabajo impiden meterse entre fogones a diario. ¿Una de las alternativas más socorridas? Recurrir a recalentar las sobras de otros días, ese 'tupper' que nos ha dejado nuestra madre o simplemente el plato que hemos guisado el día anterior para tener la comida lista al llegar a casa. El problema llega a la hora de calentar la ración. A simple vista parece un gesto sencillo, sin demasiada ciencia. Introducir el plato y elegir los minutos y la temperatura. Sin embargo, el listado de errores comunes es largo y esas equivocaciones acaban afectando al resultado final y al sabor de dicho plato.
Por ejemplo, ¿quién no ha guardado las sobras de pizza alguna vez con ánimo de consumirlas al día siguiente? ¿Y a quién no le han entrado ganas de tirar las porciones al sacarlas del microondas y comprobar que se han quedado 'chiclosas'? Pues bien, existe un truco para recalentarlas y que sigan quedando crujientes y en su punto sin tener que encender el horno. Para evitar que la masa se ablande y los ingredientes de encima se resequen -un error habitual- basta con introducir también en el electrodoméstico a la vez que la pizza una taza o un vaso con agua, sin llenar hasta el borde para evitar que ésta se salga. De este modo, la humedad del agua evita que el relleno se reseque. También podemos, además, poner sobre el plato papel absorbente de cocina y las porciones de pizza encima, así, el papel absorbe humedad y la masa no queda tan blanda, pero ¡ojo! el papel solo puede estar dentro durante unos segundos.
Otro consejo muy útil válido para todas las comidas que vayamos a calentar: mejor porciones pequeñas para que se reparta el calor adecuadamente y en caso de que haya algunas más grandes, ubicarlas en el exterior del plato. Con ello evitaremos que las primeras se resequen y que las segundas queden demasiado blandas. ¿Un truco que funciona? Siempre que se pueda -con los guisos es imposible- dejar un hueco en el centro del plato, y repartir las obras que vayamos a calentar en torno a él. Ello contribuirá a que el calor se concentre de forma uniforme.
Una recomendación más: colocar un pequeño cuenco (de salsa, por ejemplo) boca abajo en el centro y poner el plato encima de éste. Así, el calor llegará también mejor a todas las partes. La explicación es simple: el cuenco elevará el otro recipiente en el que se encuentra la comida, dejándolo en el aire y haciendo que a los alimentos les llegue prácticamente el mismo calor por todas las zonas, incluida la de debajo.
Dejar el alimento en reposo cuando suene la alarma de finalización del ciclo del microondas es otro consejo a seguir. Concluido el proceso conviene esperar unos segundos antes de abrir la puerta ya que así el calor se extenderá por igual en el plato.
¿Te ha sobrado tortilla de patatas? Pues un minuto de microondas a una potencia de 800º le devolverá jugosidad. Si de lo que se trata es de recalentar pasta o albóndigas, por ejemplo, añade un pequeño chorro de tomate frito por la parte superior y así recuperará también esa jugosidad. En otros casos ayuda a tal fin un chorro de aceite de oliva o de leche -para salsas con nata.
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