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El mundo de la coctelería es todo un clásico. Al igual que el recetario tradicional, que tiene siglos de historia, estos combinados que fusionan destilados, licores o zumos, han dado mucho de qué hablar en las barras de los famosos bares americanos. Muchos de los cócteles clásicos que hoy se sirven en los bares y restaurantes, aunque cada vez menos debido a las propuestas creativas de los bartenders –definición que recibe la persona encargada de elaborar dichas sugerencias líquidas–, nacen durante la Ley Seca en Estados Unidos. Esta prohibición, que estuvo vigente desde 1920 hasta 1933, impedía la producción, importación, transporte y venta de alcohol.
Fue precisamente gracias a esta ley que surgieron un sinfín de cócteles y bebidas, diseñadas posiblemente para despistar a las autoridades. Un ejemplo es el 'scofflaw', una palabra que une 'scoff' (despreciar) y 'law' (ley), un apodo empleado para describir a los amantes de esos cócteles que, por embriaguez, burlaban las leyes de tráfico.
Retrocediendo en el tiempo, se cuenta que el término 'cocktail' apareció en 1798 en The Morning Post and Gazetteer de Londres. El Oxford English Dictionary lo menciona como una palabra de origen estadounidense con la primera referencia publicada en 'The Farmer's Cabinet' en abril de 1803. La cita decía: «Bebí un vaso de cóctel excelente para la cabeza…».
Los cócteles se preparan combinando dos o más bebidas, una de las cuales al menos contiene alcohol. El arte de preparar cócteles, o mixología, tiene su propio vocabulario. Por ejemplo, cuando un licor fuerte se mezcla con otro licor, se llama dúo, y si se le añade un refresco, se convierte en un trío. El término 'highball' o jaibol hace referencia a un cóctel compuesto por una bebida destilada y un refresco, como soda o algún zumo. También se refiere a un vaso largo, y de hecho, existen distintos tipos de vasos en los que se sirven ciertas bebidas. La variedad de cócteles es infinita, y la International Bartenders Association es un excelente punto de referencia en este ámbito.
Los bartenders dominan bien la teoría, pero también es esencial entender las técnicas correctas para enfriar, mezclar, verter y decorar las bebidas. Quienes recuerdan la famosa película del agente secreto que pide un Dry Martini también saben que hay cócteles como Pisco sour, Tom and Jerry, Cosmopolitan, Old Fashioned, Manhattan, Side Car, Dubonnet, Mojito, Cuba libre, Mai Tai, Tom Collins, Mimosa, Long Island, Woo Woo, Blue Lagoon, Daiquiri o Mint Julep, una mezcla de whisky Bourbon, jarabe de azúcar y hojas de hierbabuena.
Asimismo, existen cócteles para cada ocasión. Desde cócteles de aperitivo, para empezar la velada, hasta digestivos, refrescantes, reconstituyentes y estimulantes, como el Expresso Martini, que combina café y vodka. Sin embargo, más allá de estas mezclas tradicionales, los hábitos de consumo, como la tendencia hacia un estilo de vida más saludable, la adaptación al público más joven o el movimiento 'mindful drinking' –consumo consciente–, han impulsado la creación de nuevas propuestas sin alcohol, conocidas como 'mocktails'. Estos cócteles imitan a los clásicos, pero también incluyen nuevas combinaciones. La variedad es infinita. Estos tragos no solo están basados en una mezcla de zumos y siropes, sino que también incorporan destilados sin alcohol, como ginebra o ron, o incluso, vinos fortificados y macerados con diferentes hierbas, especias y botánicos, como los vermuts, tanto dulces como secos.
Hoy en día, algunos restaurantes ofrecen menú degustación armonizado, en vez de vinos, con coctelería de autor, ya sea con o sin alcohol. Si quieren ser unos expertos bartenders, tomen nota, existen al menos cuatro tipos de cócteles: shakeados, que se preparan agitando enérgicamente los ingredientes en una coctelera con hielo; refrescados, donde los ingredientes se mezclan en un vaso mezclador con una cuchara larga y se sirven en la copa; directos, cuando los ingredientes se mezclan en la copa; y 'frozen', que se preparan de forma similar a un cóctel tradicional pero con una abundante cantidad de hielo picado.
Mientras, les proponemos algunas sugerencias para disfrutar en casa o en la coctelería. Andrea Salviche, Edriane de Oliveira Coelho, Colo Linari, Mariano Bidart y Salva Sánchez nos comparten una selección de cócteles sin alcohol para brindar, y refrescarse, incluso en invierno.
Ingredientes:
40 ml. de Tanqueray 0.0%
50 g. de piña natural
3 ml. de crema de coco Monin
10 ml. de sirope de jengibre casero
1 lima kéfir
Piña deshidratada
Hojas de hierbabuena
Coco deshidratado
Jengibre fresco
Preparación
Para elaborar el sirope de jengibre casero, pelar y cortar el jengibre (100 g.) en rodajas finas. Colocar el jengibre, el azúcar (200 g.) y el agua (200 ml.) en una cacerola pequeña. Cocinar a fuego medio hasta que el azúcar se disuelva por completo. Bajar el fuego y dejar hervir suavemente durante 15 minutos. Dejar enfriar, colar el sirope y guardarlo en un frasco hermético en la nevera.
Para preparar el 'mocktail', en una licuadora, colocar el Tanqueray 0.0%, la piña natural, la crema de coco, el sirope de jengibre, el zumo de lima kéfir y las hojas de hierbabuena. Batir todo hasta obtener una mezcla homogénea.
Verter la mezcla en un vaso alto con hielo fresco y decorar con la piña deshidratada, un manojito sacudido para liberar su aroma de hierbabuena, láminas de coco deshidratado y un toque de ralladura de jengibre fresco.
Ingredientes:
50 ml. de oleo saccharum
20 ml. zumo de limón
Top de soda
Para el oleo saccharum:
125 g. de frambuesa
125 g. de mora
250 g. de fresa
250 g. de piel de piña
250 g. de piña en trozos
750 g. de azúcar blanca
Preparación
Para el oleo saccharum de piña y frutos rojos, disponer todos los ingredientes en una bolsa de vacío. Sellar y dejar reposar entre 12-24 horas en frío. Luego, cocinar al baño maría durante 90 minutos a 90 grados de temperatura. Finalmente, enfriar, colar y embotellar. En un vaso bajo o similar, añadir el hielo, la elaboración antes detallada y el zumo de limón. Mezclar y terminar con un top de soda.
Ingredientes:
75 ml. de Martini Vibrante
25 ml. de licor de jengibre Giffard sin alcohol
100 ml. de tónica Schweppes Selection de pomelo
1 gajo de pomelo fresco
Hielo
Preparación
En un vaso amplio y elegante, añadir generosamente hielo para garantizar que la bebida se mantenga bien fría desde el primer hasta el último sorbo. Verter cuidadosamente el Martini Vibrante, dejando que sus notas botánicas llenen el vaso.
Agregar el licor de jengibre, que aporta un sutil toque especiado que se integra perfectamente con los sabores botánicos. A continuación, completar la mezcla con la tónica de pomelo, vertiéndola lentamente para conservar sus finas burbujas. Mezclar suavemente con una cuchara larga, asegurándose de incorporar todos los ingredientes sin romper las burbujas de la tónica.
Como toque final, decorar con un gajo de pomelo fresco, que no solo añade un destello de color, sino que también realza los aromas cítricos de la bebida.
Ingredientes:
45 ml. de cordial de rosas
15 ml. de puré de fresas
75 ml. de mosto blanco
10 ml. de emulsionante vegetal
Mix de flores deshidratadas
Preparación
Seleccionar una copa 'coupe' y refrescamos con hielo. Paralelamente, colocar todos los ingredientes en una coctelera. El emulsionante vegetal se puede sustituir por clara de huevo.
Agitar durante cuatro segundos para emulsionar. Posteriormente, agregar el hielo y volver a 'shakear' por unos ocho segundos más.
Luego, realizar un doble colado con un colador de malla fina. Por último, decorar con las flores deshidratadas y a disfrutar de un cóctel fresco, dulce y sofisticado.
Ingredientes:
60 ml. de licor de flor de saúco Giffard sin alcohol
30 ml. de Mantini Floreale
5 gotas de solución salina (80% de agua y 20% de sal)
5-10 hojas de hierbabuena
Soda
Preparación
En una copa de vino, añadir 2-3 cubitos de hielo. Remover con ayuda de un 'barspoon', cuchara mezcladora, y descartar el agua sobrante.
Colocar las hojas de hierbabuena dentro de la copa ya fría y añadir el licor de saúco, el Martini y las gotas de solución salina.
Remover gentilmente durante diez segundos para que se mezcle todo y las hojas de hierbabuena aporten sabor sin llegar a romperse.
A continuación, añadir un top de soda. Remover para ayudar a que se mezcle la soda con el resto del cóctel y decorar con un brote de hierbabuena fresco y bien verde.
Solo queda disfrutar de este refrescante aperitivo sin alcohol. ¡Salud!
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