Por consejo de un famoso publicista –y cliente fiel–, el producto estrella de la histórica venta ya no aparece en la carta como 'bocadillo de lomo', sino como 'bocadillo Butibamba'. «Nos recomendó cambiarle el nombre porque bocadillos de lomo hay muchos, pero como el nuestro, ninguno», explica Francisco Javier Sepúlveda, que reta a cualquiera a una cata ciega. «Te vendo los ojos y te doy a probar cincuenta bocadillos: sabrás cuál es el nuestro», asegura. Suponiendo que alguien sobreviviera a semejante prueba, seguramente concluiría que la diferencia reside en la ternura de la carne.
Publicidad
Noticia Relacionada
La clave del asunto, según explica el hostelero, está en la forma de cocinar la carne, sin prisa (se condimenta durante veinticuatro horas con pimentón dulce, orégano, ajos, vinagre, sal y manteca blanca y después se fríe durante dos horas o hasta que pase la 'prueba del tenedor'), pero también en un ingrediente secreto. Porque el legendario lomo de La Butibamba no iba a ser menos que la Coca-Cola.
«Sí, hay un ingrediente 'X' que no sabe nadie. Nació de un accidente; es algo muy tonto pero altera totalmente el resultado, para bien. Es lo que hace que la carne esté tan tierna», apunta el empresario sin querer dar más pistas. «Solamente lo conoce la familia y un cocinero que lleva treinta años con nosotros», añade.
De esa inconfundible materia prima nacen los platos estrella de la carta, que lucen en un 'collage' de fotos con ecos setenteros: el bocadillo Butibamba (que se prepara insertando varios trozos de lomo bien regados de grasa en una barra entera), el lomo con patatas, huevo y demás aditamentos... Los trozos sobrantes de carne se aprovechan para elaborar zurrapa y manteca colorá para los desayunos, que también se vende en tarrinas a modo de hipercalórico 'souvenir'. «Mi hijo tiene la idea de venderlas en tiendas delicatessen' en un futuro», revela el gerente.
Claro que no todo va a ser lomo: hay una amplia variedad de bocadillos, incluso con opciones para veganos. Eso sí, con el tamaño XXL como denominador común. «Recomendamos pedir medio bocadillo a no ser que seas de mucho comer», apunta Sepúlveda.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.