El Málaga acusa las rotaciones, empata y frena su escalada (1-1)

Aguantó bien en la primera parte a nivel defensivo, sin darle demasiadas opciones al rival, pero en la segunda bajó el rendimiento y apareció el sufrimiento y el gol del rival. Los cambios permitieron que mejorara el Málaga, pero no fue suficiente en esta ocasión. Lo intentó en los minutos finales, pero apenas pudo acercarse a la portería rival. Se podría decir, incluso, que el Málaga salvó un punto tras acusar las numerosas novedades en el once, plagado de jugadores con menos ritmo de juego que aquellos que están siendo titulares.

Pellicer cumplió con las previsiones y apostó por las rotaciones en una semana con dos partidos. Cambió a más de medio equipo, a seis futbolistas, en relación al anterior partido y mantuvo una fórmula de juego parecida, pero con retoques. Muchos reservas tuvieron su oportunidad de sumar minutos también desde el once titular. Además, el técnico sustituyó de nuevo al portero, lo que deja entrever que disputará un partido cada uno. Y el arranque fue como en anteriores encuentros, con mucho orden en todas las líneas, con un juego muy táctico y constantes acciones a balón parado ensayadas.

Faltaba por saber si los nuevos titulares ofrecían el mismo rendimiento, si el equipo iba a resentirse. De entrada existió un cierto equilibrio, pero con un Málaga con más mordiente y con mejores aproximaciones. Y muy pronto, poco después del primer cuarto de hora, llegaría el gol malaguista en un contragolpe conducido por Matos, que centró atrás después de una gran golopada para que Jozabed mostrara su calidad con un golpeo magistral que entró en la meta rival. Intervino el VAR ante el posible fuera de juego del lateral, pero su posición era claramente correcta y el Málaga cobraba ventaja otra vez.

El tanto provocó, sin embargo, que el dominio pasara a ser visitante, que controló el juego y el partido, metiendo al Málaga en su campo y aprovechando bien los espacios, pero sin gran precisión ni tampoco oportunidades claras para empatar. Pero Pellicer estaba obligado a hacer algún retoque en el descanso para quitarse de encima esa presión del rival. La defensa solidaria y eficaz en todo el campo estaba funcionando, pero el equipo blanquiazul necesitaba alejar al rival de su área y fortalecer el centro del campo.

El control del Mirandés aumentó en la reanudación, embotellando al Málaga y disfrutando de aproximaciones muy peligrosas hasta que llegó el empate en un pase en profundidad a la espalda de los centrales que permitió a Jirka llegar al balón y batir a Soriano con cierta facilidad por el primer palo. Era un golpe duro para el Málaga, que estaba a merced del rival en algunas fases del choque. El equipo de Pellicer intentó rehacerse, pero era imposible. No podía con un rival crecido y convencido.

Reaccionó el técnico malaguista, que hizo cuatro cambios en pocos minutos, variando el centro del campo y de la defensa. Intentó frenar la hemorragia que estaba sufriendo su equipo. Pero al equipo le costaba reaccionar ante un contrario lanzado. Aunque al final se hizo con el control para buscar en la fase final del choque el triunfo. Buscó la meta contraria, pero el Mirandés apenas dejó huecos y el Málaga tuvo que conformarse con el empate, lo que frena su espectacular escalada clasificatoria, si bien se mantiene en la zona alta.