Los trabajos que la pandemia ha parado en seco

Las pandemias ponen el mundo del revés y producen paradojas más allá de lo imaginable. Por ejemplo, resulta que mantenerse distante y aislado de otras personas es bueno para la salud. También está el sometimiento a que terceros decidan en gran parte cómo debe organizarse la vida hasta que se dé por controlada la situación sanitaria. Ello conlleva, inevitablemente, a la anulación de muchos de los valores imprescindibles en la construcción de las sociedades. Entre ellos, uno de los más fundamentales, el derecho al trabajo. Hace un año que el coronavirus atracó al mundo. En el inicio de la pandemia, el confinamiento estricto de la población fue la única salida. Cerrar todo y esperar a que la peste pasara pronto. Miles de personas en la provincia de Málaga pasaron de tener un trabajo al limbo de los ERTE, y eso en el mejor de los casos.

Hoy, la guerra contra la muerte se sigue librando en los hospitales y ya se solapa con una tremenda crisis social. Al margen de los números dramáticos que va dejando el mercado laboral, ¿qué se siente si se tiene una agencia de viajes y no se puede viajar, se es artista sin público o se conduce un taxi en una ciudad sin clientes? Aquí, las historias de los afectados.