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El láser reduce la tinta a partículas minúsculas que el cuerpo absorbe y elimina. En la imagen, el establecimiento que ha abierto Blou Tattoo Removal. Marilú Báez
¿Cuál es el precio de quitarse un tatuaje?

¿Cuál es el precio de quitarse un tatuaje?

Alguien se tatúa y se arrepiente: tiene solución, pero el coste se mide en dolor, un par de años de tiempo y cientos de euros

Domingo, 19 de enero 2025, 00:30

Algo pasa. En dos locales que distan entre sí unos pocos metros, en Cruz del Humilladero, en el entorno del paseo de los Tilos, han aflorado justo a la vez dos negocios de eliminación de tatuajes. Quizás es que después de la fiebre por pintarse el cuerpo ahora viene la moda de dejarse otra vez la piel impoluta. Porque eso prometen los dos: el proceso de borrado, aunque duele –más que tatuarse–, si está bien hecho, no debe dejar marca ni cicatriz. Pero ya llegaremos a eso.

Antes, hablemos de las dos empresas, porque Ray Studios, en la calle Horacio Lengo, y Blou Tatoo Removal, en el mismo paseo de los Tilos, han tenido una trayectoria similar. La primera, como explica Víctor de Quadras, su director general, nació en París hace tres años de fundador hispano-francés, David Rodríguez. Hace dos años abrieron sede en Barcelona, y tras crecer en Francia y Bélgica, apostaron más decididamente por España, así que en Madrid estrenaron local en mayo de 2024, y en los últimos días, además de en Málaga, también en Sevilla y en Valencia.

En el caso de Blou, los fundadores son dos hermanos de Sevilla, Aarón y Lara Gil: «Mi hermana tenía su empresa de depilación láser y yo trabajaba en tecnológicas, hablamos y decidimos poner en marcha el negocio», explica Aarón Gil. Primero trabajaron en Sevilla y abrieron franquicias en Madrid, Barcelona y ahora en Málaga.

Marilú Báez

¿Por qué esta ciudad figura entre las primeras para su expansión? A juicio de Víctor de Quadras, por su tamaño, la preocupación y el elevado gasto en estética de su población y por el alto porcentaje de malagueños tatuados. Y sobre su ubicación en Cruz del Humilladero, se debe a su cercanía a las estaciones de tren y autobús, dice De Quadras, mientras que Gil apunta que llevaban mucho tiempo trabajando para clientes de esta ciudad trayendo la maquinaria desde su centro de Sevilla, y que han querido un barrio transitado, no en pleno centro, pero sí con buenos accesos.

La técnica que se emplea es el láser de picosegundos: reduce el tamaño de la tinta a fragmentos minúsculos que absorbe la piel y el sistema linfático elimina

La técnica que emplean es el láser de picosegundos –llamado así por la velocidad a la que opera–. Y parece que hay una rivalidad sucinta y elegante entre los dos. Porque, por un lado, desde Ray Studios comentan que si bien ésa no se considera una actividad médica, presumen de que los profesionales que trabajan en su centro son sanitarios; mientras que en Blou destacan que para sus consultas buscan especialistas en el borrado de tatuajes y en su eficaz forma de hacer.

Trabajando con una paciente en Ray Studios, en el establecimiento abierto en Cruz del Humilladero. Marilú Báez

¿Por qué quitarse un 'tattoo'

¿Quién decide quitárselos y por qué? Según De Quadras, son más mujeres que hombres, sobre todo de entre 30 y 35 años que se tatuaron hace diez años y ya no les apetece tener un tatuaje o específicamente ese porque ya no encaja con su vida: «Una de las cosas que más vemos es que la gente cambia de opinión: te hiciste un tatuaje, ahora no te gusta o no te apetece llevarlo;por ejemplo, si es político».

Aunque también hay quien decide borrarse el 'tattoo' por trabajo, porque se presenta a las oposiciones a policía o porque quiere ser azafato o azafata en una línea aérea. Aarón Gil agrega: «La gente se los quita por estética, porque el tatuaje se ha podido pasar de moda, por cambios en la forma de pensar, por lo típico de que se haya tatuado el nombre de su expareja o porque se desean cambiar los dibujos que se tienen por otros nuevos, ya que ahora son de mucha calidad: si un artista quiere monetizar su trabajo, la vía más fácil es dedicarse al tatuaje».

¿Hay algunos en concreto que se hayan pasado de moda? Gil dice que las estrellas, las enredaderas, los duendes o los tribales más antiguos son las tipologías que más se borran. Y respecto a las zonas del cuerpo en las que más se eliminan, De Quadras señala que sobre todo de los lugares en los que la gente se tatúa más: los brazos y las piernas; «no tiene que ver con que estén en lugares más o menos visibles», aclara. E insiste: «No vemos a gente muy arrepentida, sólo que ha cambiado de opinión».

Coste de tiempo y económico

50 euros

A partir de esa cifra sale la sesión. Aunque el precio de eliminar un gran tatuaje que ocupe gran parte del cuerpo puede llegar hasta los 9.000 euros.

Pero no sale barato. Ni en tiempo ni en dinero. Se tarda alrededor de un año y medio, más que en ponérselo, porque normalmente se requieren ocho o diez sesiones –los más fáciles en cuatro sesiones se han podido haber ido– a razón de una sesión cada mes y medio o dos meses. «Pero qué son dos años en comparación con el resto de tu vida», ironiza Gil. Si el proceso se demora tanto no es porque sea agresivo, sino porque en virtud de la técnica empleada, que consiste en que el láser fragmenta la tinta hasta convertirla en fragmentos lo suficientemente pequeños como para que el sistema linfático los elimine, el ritmo de las sesiones es el que impone el cuerpo. «Al principio cuesta calcular cuántas sesiones van a ser necesarias para eliminar el tatuaje. Se va viendo según se va trabajando. También hay gente que se da la mitad de sesiones de las que se requerirían ya que no necesita borrarse entero el tatuaje porque va a hacerse otro encima», afirma Aarón Gil.

Los expertos precisan que la facilidad o la dificultad del borrado de un tatuaje depende de muchos factores: de su antigüedad, de la cantidad de tinta que lleve, de la profundidad, si en la realización del dibujo se han producido cicatrices, de la exposición al sol, de los colores y de si el paciente es deportista o sedentario, porque ello influirá en la rapidez o lentitud de su sistema linfático. Así, De Quadras ilustra: «El tatuaje taleguero es el más fácil de borrar».

En cuanto a los precios, De Quadras comenta que la mayoría de las eliminaciones oscilan entre los 700 y los 2.800 euros, aunque recuerda una que costó 9.000 euros, pero el tatuaje se extendía por el torso, un brazo y la pierna. En Blou dan precios por sesión, cuyo coste va de los 50 a los 300 euros, según la superficie que ocupe el 'tattoo'.

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