Los ojos que vigilan el campo de Málaga
Los agentes del equipo Roca-Guadalhorce abren las puertas de un día de trabajo a SUR: vigilancia, control de caminos e incautación de producto
Frente al cuartel hay dos coches todoterreno. Uno está rotulado y pintado con los colores de la Guardia Civil;el otro no tiene pintura adicional, para que pase desapercibido. Los dos están puestos a punto para meterse en el monte en cualquier momento. Los agentes que van en su interior conocen los caminos de su entorno, las veredas más difíciles de transitar y los puntos en los que se encuentran las producciones agrícolas más 'golosas'. Son los efectivos del equipo Roca –Lucha contra los Robos en el Campo–, y componen una de las unidades con mayor tasa de detenciones de la Guardia Civil, especializada en un constante juego del gato y el ratón entre fincas y caminos.
En Málaga hay tres de estos equipos. Antequera y Valle del Guadalhorce se crearon en el año 2013, y el último se constituyó el año pasado en la Axarquía ante el creciente número de robos de subtropicales. Antes de la llegada de estos efectivos especializados, el robo de productos agrícolas era sangrante, una lacra que afectaba sobremanera a la mayoría de las explotaciones y, lo peor, es que no había forma de perseguir a los ladrones. De hecho, generalmente ni siquiera denunciaban y asumían resignados las pérdidas como parte de los costes anuales. Ahora, tal y como ha informado la Subdelegación del Gobierno en numerosas ocasiones, los datos han ido descendiendo gracias a la presencia especializada de la Benemérita en el campo malagueño.
La presencia de las tres unidades de la Guardia Civil en la provincia ha disminuido el número de robos pero ha aumentado la especialización de las bandas organizadas
Los compañeros del Roca-Guadalhorce abren a SUR las puertas de su trabajo, un día a día marcado por el contacto continúo con los agricultores, los delincuentes y las redes de distribución de los productos robados. Cinco de estos agentes se reúnen en el cuartel de Alhaurín de la Torre, donde el equipo tiene su sede, perteneciente a la Compañía de Coín. Algunos llevan uniforme, otros no, algo que varía en función del trabajo de cada día. Uno de los que va de paisano es el cabo al mando de la unidad, Del Río, que explica sus procedimientos. «Nuestro día a día empieza con una pequeña reunión para ver si hay alguna denuncia nueva, también se plantea la parte operativa sobre las actuaciones que llevamos habitualmente, se refuerza la vigilancia en los puntos que, por nuestra experiencia, sabemos que pueden ser calientes por la época del año».
Roca en Málaga
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Guadalhorce y Antequera. Cuando el Ministerio del Interior creó los equipos Roca, en Málaga nacieron casi de forma simultánea el del Guadalhorce y el de Antequera, en el año 2013, una acción muy aplaudida en el sector.
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Axarquía. En 2018 nació el Roca-Axarquía para luchar contra los robos en los subtropicales, unos frutos con un gran valor de mercado, especialmente rentables para las redes organizadas dedicadas a desvalijar fincas.
Para perseguir los robos en el campo hay que tener un gran conocimiento agrónomo:en función del mes en el que se desarrollan los operativos, algunos municipios tienen más posibilidades de sufrir un robo. «Sobre eso nos distribuimos», explica Del Río. Durante el día suelen ir de uniforme porque «la labor preventiva hace mucho», pero también se ha demostrado que ir de paisano «es muy efectivo», sobre todo cuando los delincuentes no conocen todavía en persona a los agentes.
Los resultados
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42,55% Reducción de la criminalidad en el campo en Málaga entre el año 2013 y el 2017.
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1,5% Porcentaje que suponían en 2018 los robos en el campo con respecto a todos los ilícitos penales perpetrados en la provincia de Málaga, según datos oficiales
Mientras que algunos compañeros se quedan en el cuartel practicando diligencias y labores de investigación, el resto sale al monte. La presencia es una parte fundamental para haber conseguido el importante descenso. «Hacemos puntos de verificación para ver quién se mueve por nuestra demarcación, controlar y comprobar furgonetas que puedan transportar mercancías y tomarle el pulso al terreno», explica el cabo al mando.
«Algunos de los grupos organizados nos hacen contravigilancia», explica el cabo al mando
Los propietarios de las fincas son «los ojos» de los agentes para prevenir los robos
Esta rutina solo se cumple cuando no hay ninguna operación en marcha. Si es así, el día a día de los agentes cambia:«Hay que volcarse totalmente en el operativo, acostumbrarse a otro tipo de horarios... trabajas cuando trabajan los malos, pero tiene su parte emocionante, crea una adrenalina especial y por lo general las operaciones son muy satisfactorias».
Del Río y sus compañeros coinciden en que los propietarios de los cultivos son sus «ojos en el campo». La relación con ellos se ha ido fraguando a lo largo de cinco años, «poco a poco». «Al principio era un vínculo muy dificultosa, el concepto de la gente del campo sobre la Guardia Civil suponía un rechazo importante, decían... '¡mira, ahí vienen los guardias!', y se pensaban que lo que queríamos era multarles pese a que estábamos allí por ellos». Al principio muchos no sabían de los equipos Roca, fuimos presentándonos pero al principio había «resquemor y frialdad». Desde la Comandancia se han hecho «reuniones» con las asociaciones agrícolas que han ayudado «bastante» para que el camino se abriese y la relación sea la actual. Actualmente «llaman» cuando ven algo sospechoso y están «siempre en contacto» con los agentes.
Denunciar tiene premio
El guardia Montiel añade que las empresas de la zona les avisan del principio y del final de la campaña y que su labor preventiva ha hecho que en algunos casos se cierran los ejercicios «prácticamente sin pérdidas». «Ellos mismos nos lo transmiten porque antes lo tenían asumido». Su compañero José Luis añade:«Hemos conseguido que los propietarios de las fincas, gracias a nuestros resultados, vean que su labor de denunciar y comunicarse con nosotros tiene un premio, que es recuperar la mercancía sustraída».
Pero, ¿cómo se combaten los robos en el campo, teniendo en cuenta las grandes extensiones que deben vigilar? «Tenemos diversas fórmulas, pero siempre depende de la primera información que nos den, de si hay una matrícula, un vehículo... la mayoría de las veces, el primer cerco que hacemos está en los controles preventivos». Por la experiencia que han acumulado, Del Río explica que casi todas las personas que van a ir a robar, «por la mañana o por la tarde de ese mismo día pasan cerca del lugar de los hechos». «Hacen una visual de si hay algunos orificios ya practicados en el perímetro para evitar la figura delictiva más grave, comprueban los caminos, los accesos y los puntos de escape», añade el cabo.
Esta actitud tan premeditada y cauta es «fruto del trabajo que se ha hecho hasta ahora». La presencia de los equipo Roca va dejando fuera del juego a los 'cacos' más amateur y deja sobre el tablero a los grupos organizados, coordinados y con medios a su disposición para efectuar los golpes –que generalmente vienen encomendados por algún comprador–. «Cuando empezamos a trabajar no eran tan meticulosos, llegaban, dejaban el coche en la finca, rompían y se iban a plena luz del día;hemos notado que su propia seguridad y eficacia se la garantizan mucho más». La presencia de los Roca ha disminuido la acción delictiva, pero ha especializado mucho a los ladrones. «Nos hacen contravigilancia, hay veces que es un pilla pilla constante». El agente Lucena añade:«Nosotros los conocemos a ellos y ellos nos conocen a nosotros».
Cuando los agentes se remangaron y comenzaron a trabajar en el campo pensaban que los delincuentes atacaban al azar y al día siguiente iban al mercadillo a ver cuánto sacaban. Pero en muchos casos –los que han perdurado tras sus detenciones reiteradas y su prevención–, detrás de cada robo hay «un encargo», y la labor de la Guardia Civil en este apartado es igual de importante. «Hay muchos puestos en mercados, fruterías de buenas zonas de Málaga y distintos establecimientos que trabajan con productos robados, funcionan por encargo», explican los agentes.
El trabajo del equipo Roca está basado en el terreno, en la investigación y en alguna que otra persecución entre olivares. Los resultados se van viendo, y en su zona son los héroes de lo cotidiano, pero queda mucho por hacer. «Mientras se produzcan robos en el campo estaremos aquí», coinciden todos.
'Operación limonada', un golpe histórico con 7.500 kilos de producto recuperado
Fue la gran incursión de los equipos Roca de Málaga en la sociedad:una intervención sin precedentes con 7.500 kilos de producto recuperado por parte de la Guardia Civil. En la famosa 'Operación limonada', los agentes detuvieron a 26 personas y actuaron contra 23 más por asaltar fincas en n Alhaurín de la Torre, Coín, Cártama, Pizarra, Vélez y Algarrobo.
La investigación comenzó en verano del pasado 2018 y se hizo pública en noviembre. Los frutos sustraídos eran de gran variedad, como limones, aguacates, naranjas o mangos; productos que se encontraban en plena recolección y cuyo valor de mercado era alto, según indicaron en aquel momento los responsables de la actuación. Tras una intensa investigación, fueron localizadas tres cuadrillas que supuestamente se dedicaban a robar o hurtar los frutos del campo principalmente por encargo. Al parecer, estos individuos acudían de noche a la finca que habían elegido previamente, cometían el robo y llevaban la mercancía robada hasta los establecimientos que les habían solicitado los productos. Los propietarios de estos establecimientos contactaban con el líder de la cuadrilla telefónicamente para solicitarle la cantidad y el producto que necesitaba el cual era entregado al día siguiente de la comisión del delito. La mercancía era comprada a un precio muy inferior al de mercado, lo que permitía a las redes de distribución obtener «importantes beneficios», apuntaron entonces al dar a conocer la relevante operación.
Según explican los agentes del Roca-Guadalhorce, fue a raíz de esta operación cuando la Guardia Civil se dio cuenta de que se trataban de grandes grupos organizados que eran conscientes de la presencia de los agentes y que destinaban grandes recursos a ser cautos.
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