Oficios al sur: La poda veraniega
Repartidas a lo largo de la Costa del Sol existen cientos de urbanizaciones cuyos jardines han de estar puestos a punto para la temporada estival
alejandro díaz
Lunes, 29 de julio 2019, 00:35
Con la llegada del verano, crece el número de turistas residenciales que tienen su segunda vivienda en algunas de las urbanizaciones repartidas por toda la Costa del Sol. En ellas también viven miles de malagueños todo el año. Uno de los bienes más preciados son el césped y los jardines de las zonas de esparcimiento de estos complejos:más allá de ser un puro ornamento, hacen que durante el verano estos espacios sean lugares más refrescantes. La sombra y la humedad que proporcionan las plantas contribuyen a paliar los efectos de los terrales y las olas de calor.
Para que todo ello sea posible, es necesario un trabajo constante que dura todo el año: también en los días fríos del invierno cuando la población de estas urbanizaciones queda mermada ante la ausencia de los turistas. La figura del jardinero es esencial para el mantenimiento de una flora variada que requiere de cuidados particulares.
Isidoro Blanco Peralta lleva más de treinta años dedicados al oficio de la jardinería en una de estas urbanizaciones;concretamente, en la de Olimar, ubicada en la localidad de Fuengirola. En ella, es posible ver desde olivos a vides, pasando por todo tipo de florales, como los jazmines o las damas de noche. Pero eso no es todo: ciruelos, nísperos, buganvillas, almendros, higueras, perales... A ello hay que sumarle el césped, que es prominente en gran parte del complejo, especialmente, en la zona de la piscina.
Cuenta Blanco que él comenzó como albañil, pero que a finales de los ochenta le propusieron ser jardinero de la urbanización a la que hoy sigue visitando, pues no son pocos los amigos que allí tiene, aunque eso sí, en calidad de prejubilado. «Llevaba años como albañil, pero me ofrecieron quedarme aquí como jardinero y desarrollando tareas de mantenimiento. No sabía mucho entonces de la jardinería, pero me dije:voy a probar. Y no me arrepiento, aquí sigo viniendo todavía», explica Blanco.
Para que en estos días todas las plantas luzcan su mejor cara, es imprescindible el trabajo que se realiza también en invierno. «Aquí hay trabajo para todo el año. En invierno tenemos que podar y en la urbanización hay mucho verde, por lo que el esfuerzo se multiplica», señala Blanco, quien asegura que dicho periodo de poda se prolonga durante tres largos meses hasta que llega la primavera y, con ella, nuevas dinámicas para mantener toda la vegetación en un estado óptimo.
La dureza del periodo de poda no está reñida con la de la época veraniega. En este caso, a consecuencia del calor. «Son muchas horas en las que estás expuesto al sol, además realizando una tarea física, por lo que hay que ir bien protegido y permanecer hidratado adecuadamente», aconseja Blanco, quien aprovecha este periodo de prejubilación para ir enseñando el oficio a su sucesor, así como él también tuvo sus maestros que le ayudaron a dar el salto al oficio.
Durante el verano, hay que tener cuidado con plantas como la buganvilla
Para Blanco, una de las claves de la jardinería es conocer las necesidades de cada planta de acorde a cada estación. «Sobre todo, con el tema del regadío. Hay que piensa que cuanta más agua, mejor. Y eso no es así con todas las plantas. Muchas pueden pudrirse por exceso de riego. Hay que conocerlas y encontrar el punto exacto de riego para cada una de ellas», subraya este aficionado al Málaga y a las viñetas de Pachi Idígoras, y que tiene previsto abrir un museo del maquetas del equipo de fútbol de su vida.
Existe multitud de vegetación, pero Blanco identifica, en el argot de jardinero, a las que denomina las plantas 'de batalla', como ciprés y el olivo, que son rudas y no requieren de tantos cuidados. Al menos a priori. Porque después, la lantana, la hiedra, el bambú o los nísperos crecen de forma exponencial y van tapando el pasillo que conecta las diferentes villas, por lo que hay que estar muy pendiente de la poda todo el año.
Saber distinguir
Otra de las fases importantes para mantener la flora de una urbanización con tanta diversidad de especies es la de echar el abono, algo que se realiza dos veces al año: una, después del verano, y otra, en primavera. Después, ya entrados en la época veraniega, hay que tener especial cuidado con algunas plantas, como la buganvilla, ya que su crecimiento se acelera a la par de la necesidad de estar bien hidratada. «No es lo mismo regar el césped, por ejemplo, que lo necesita a diario, que lo que hablábamos antes del olivar, que es más de secano», comenta Blanco. Enamorado de su profesión, concluye que esta hay que aprenderla «poco a poco» y que de esta forma le está enseñando a su sucesor. Mientras, el tiempo libre que le queda por la prejubilación no duda en invertirlo en su futuro museo malaguista, que tiene previsto poder inaugurarlo en otoño. Y, por supuesto, en tomar una cerveza bien fría con los amigos de la urbanización.
Cuidado con los insectos
A la hora de planificar un jardín, especialmente, para la época estival, hay que tener especial cuidado con algunas plantas que, si bien son muy atractivas a la vista, como la flor de seda o la amapola, los son también para los mosquitos y los pulgones que pueden llegar a poner en riesgo el ecosistema de las zonas ajardinadas. Por contra, plantas como el jazmín, el tomillo o el romero serán grandes aliados naturales para combatir a los insectos.
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