Análisis del agua del grifo en Málaga: estos son los mejores y peores municipios
SUR compara las analíticas de laboratorio de las 16 localidades más grandes, con muchas diferencias entre algunas con calidad casi mineral y otras muy pobres, aunque todas aptas para el consumo. En general, son aguas con bastante cal y moderada sal. La sequía ha empeorado los recursos y obliga a mucha mezcla
Conseguir agua apta para el consumo humano implica una verdadera colección de procedimientos desde el origen hasta que sale por los grifos. Aguas de poca calidad en bruto pueden transformarse en casi embotelladas tras decenas de pasos complejos físicos, químicos, de transporte… Cada uno hace lo que puede con sus medios porque no es lo mismo contar con una potente desalobradora, como tiene Málaga capital, a apañarse con los procedimientos tradicionales, como en municipios más pequeños.
Por si fuera poco, la sequía termina de complicar este pequeño milagro de cotidiano que mana de nuestros grifos, pues el agua de pozos muchas veces presenta altísimos niveles de sal y cal e incluso algunos restos químicos.
SUR ha analizado los datos del agua que sale por los grifos de los 16 municipios más poblados de la provincia a partir de las analíticas actualizadas a 23 de mayo en el Sinac, Sistema Nacional de Aguas de Consumo (Ministerio de Sanidad). Además, en el caso de múltiples redes de suministro, se han tomado las más centrales o de mayor cobertura de población. En general, son aguas bastante duras (cal) y con altos niveles de conductividad (sal), pero todas están claramente en los parámetros sanitarios. Las analíticas son las últimas disponibles en Estepona, Marbella, Mijas, Fuengirola, Benalmádena, Torremolinos, Málaga, Rincón de la Victoria, Vélez, Nerja, Antequera, Ronda, Cártama, Alhaurín El Grande, Alhaurín de la Torre. Los municipios no reseñados expresamente en el texto presentan valores intermedios y bastante homogéneos en general.
La importancia de la desalobradora
En términos generales, se puede concluir que el agua de la capital es la mejor, con apenas 88 de dureza y unos moderados 579 de conductividad. Le seguiría Vélez Málaga, aunque sus 128 de dureza del último análisis publicado probablemente habrán aumentado porque la analítica es del momento en el que la Axarquía recibía 270 litros por segundo de Málaga capital. Este hecho, por ejemplo, quedó constatado en Rincón, que ahora ha pasado a unos niveles más normalizados de dureza tras el cese de estas transferencias. Otra agua de calidad reseñable es la de Antequera, semiblanda (160) y de largo la menos salina (265) en la provincia. A la vista de los datos, probablemente se trate de una de las mejores, si no la mejor, en origen (Torcal).
En el polo opuesto, se encuentran las aguas que salen por los grifos de Cártama, con una gran salinidad (2.220) y dureza (505) y Mijas (852 y 679). En días anteriores, Fuengirola ofrecía unas analíticas de muy baja calidad y llegó a 1.072 de salinidad, probablemente por la mezcla de agua de pozos. La situación está revertida en el último análisis, con 550 de sal.
En el caso de Cártama, y es algo de lo que se queja habitualmente su alcalde, Jorge Gallardo, el municipio atiende a una población de 30.000 habitantes sin inversiones autonómicas recientes, más allá de que ahora se va a garantizar una transferencia de 100 litros por segundo desde los pozos de Aljaima, gestionados por Emasa. Los acuíferos de esa zona y los del Grande están bajando de calidad por la sequía y esto explicaría los datos. Una solución para este caso y para otros es la conexión a la red de Málaga, como va a pasar con Alhaurín de la Torre, y la futura conversión de la planta potabilizadora de Pilones en desalobradora, similar al Atabal, lo que garantizaría buena agua por los grifos con mala calidad en origen.
El caso de Mijas, con datos de su red más importante, en Las Lagunas, puede deberse a la mezcla del agua servida en alta por Acosol en origen con otros recursos de pozos e, incluso, apuntan fuentes técnicas consultadas por SUR, a fenómenos de intrusión marina.
Los espectaculares datos de Málaga avalan la solvencia de El Atabal, que además ha sido recientemente ampliada en su capacidad y va a añadir potencia de tratamiento con ozono. Ha sido una garantía para hacer frente a la sequía y esta preparada para tratar aguas brutas muy pobres como las del Bajo Guadalhorce. Esto ha roto el mito tradicional de que en Málaga no se podía beber agua del grifo por su dureza, cuestión que aún sigue inexplicablemente implantada en amplios sectores.
Dureza, los problemas
La dureza o cal es un problema en grandes cantidades y si concurren otros fenómenos como alta temperatura y alto PH. Produce precipitaciones de sales en las tuberías e incrustaciones que nos recuerdan a los clásicos anuncios de detergentes y electrodomésticos. En teoría, cuanta más cal también es peor para la cocción de alimentos, la sequedad de la piel y más cantidad de productos hay que usar para lavar la ropa. Una cal alta también puede perjudicar a las personas con tendencia a formar cálculos renales.
El Atabal ha roto el mito tradicional de que en Málaga no se podía beber agua del grifo por su dureza
Altos niveles de cal redundan en el sabor. Podríamos considerar blanda el agua por debajo de 150, semiblanda hasta 200, duras hasta 400 y a partir de ahí muy duras hasta 550. A partir de ahí son valores extremos.
La dureza total o cal, popularmente hablando, determina la cantidad de iones de calcio y magnesio disueltos en el agua, expresada normalmente como mg/l de carbonato cálcico (también se puede medir en grados franceses o alemanes).
Conductividad o sal
Sobre la conductividad o sal no hay un parámetro de calidad, pero fuentes consultadas advierten de que a partir de 800 ó 1.000 ya se empieza a notar francamente en el sabor. Es un parámetro que se mide en µS/cm y está limitado a 2.500. «Valores bajos de conductividad indican buena calidad del agua, ya que presentará niveles bajos de sales disueltas como cloruros, sulfatos, sodio, calcio, potasio y magnesio», consta en la web de Emasa, que cuelga a diario los resultados de sus analíticas.
Otro factor que condiciona el sabor del agua es el del mejor higienizante posible, el cloro, aspecto obligatorio por normativa sanitaria. Tiene que estar entre 0,2 y 1 por lo que lo ideal, según otras fuentes, son los valores intermedios. En este campo, los límites los marcan Rincón de la Victoria y Fuengirola, con 0,2 mg/l de cloro libre, y Cártama, Alhaurín de la Torre y Torremolinos, con 0,8.
Turbidez, olor y sabor
Si miramos lo turbia que sale el agua por los grifos los mejores indicadores los tienen Estepona, Rincón, Cártama, Torremolinos, Vélez, Ronda, Nerja y Marbella, con 0. En el lado opuesto, Fuengirola (1).
Otros indicadores recogidos en las analíticas consultadas atañen al olor y al sabor. En este sentido, no todas las empresas de agua usan los mismos ajustes. Para algunas la base es 1 y para otras, 0, por lo que ninguna de las aguas de la provincia presenta problemas según estos parámetros.
Todos estos últimos datos, los no relativos a cal y sal, están cerrados a 17 de mayo.
El agua que viene de los pantanos tiene calidades también variables. Es sabido que el Guadalhorce está salinizado por mor del manantial de Meliones, que vierte a sus aguas. Antiguamente había que mezclar el agua hasta tener niveles aceptables, pero tras el Atabal se acabaron los problemas.
Respecto a la cal, el agua de La Viñuela ronda en origen los 220 y la de La Concepción, 270, respectivamente. En el caso de Acosol, además, cuenta con una gran aliada para afinar la calidad del agua, que es la desaladora de Marbella, que ahora está siendo ampliada en dos fases.
Municipios como Marbella y Alhaurín El Grande ofrecen valores de aguas semiblandas. El resto de la provincia arroja niveles altos, con Ronda como tercer municipio con mayor cal en el agua del grifo.
En cuanto al PH, las aguas más alcalinas son Antequera, Rincón, Mijas y Fuengirola (por encima de 8). Las más neutras, ya que ácidas no hay, son Cártama, Coín, Marbella y Ronda (en torno al 7,5).
Diferencias dentro del municipio
En el estudio se han tomado las redes principales, pero incluso dentro de un término municipal hay diferencias abismales. Por ejemplo, en Alhaurín el Grande la red principal da un excelente nivel de cal, pero esta sube a 340 en la Red Ardalejos.
En Cártama por ejemplo hay mucho mejores indicadores (659 de conductividad y 357 de dureza en Gibralgalia). Caso especial es Mijas, municipio muy diverso en cuanto a su entramado de abastecimiento, con más de 30 puntos de medición. En el Pueblo se miden 274 de cal y 469 de sal. En Calahonda, 174 y 517 respectivamente.
Andalucía: Granada gana en poca sal y Almería, con su desaladora, en menos cal
Los tratamientos de desalación logran tan buenos resultados que normalmente hay que después volver a remineralizar el agua porque nuestro organismo rechaza un agua casi destilada. El análisis de los datos del SINAC, el Sistema Nacional de Aguas de Consumo del Ministerio de Sanidad, señala a Almería como la capital andaluza con mejores datos de dureza (45). Le siguen Huelva (63) y Málaga (88), también con desalobradora en este caso.
En el caso de la calidad del agua en origen, se hace bueno el mito de las fuentes granadinas. La capital de la Alhambra ofrece un líquido por sus grifos con 88 apenas de dureza y una bajísima conductividad o sal (160), la más baja de largo de Andalucía. En Córdoba (269) los niveles de sal son muy correctos. Por contra, las aguas con más sal que salen por los grifos de la región, nada preocupantes por cierto, son las Jaén (599), Málaga (579) y Cádiz (456).
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