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La rosada es un pescado foráneo habitual en los mercados malagueños desde hace años.
La rosada de Málaga viene de Argentina, Namibia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Chile

La rosada de Málaga viene de Argentina, Namibia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Chile

Es unos de los pescados más populares y consumidos en la provincia, aunque llega congelado desde caladeros lejanos

Agustín Peláez

Domingo, 5 de febrero 2017, 01:37

La rosada es un pescado habitual en las cartas de muchos restaurantes y chiringuitos de la Costa del Sol, en los que se ofrece tanto a la plancha como frito. Además, su presencia es habitual también en las líneas de frío de las diferentes cadenas de supermercados, tiendas de productos congelados e incluso en los mostradores de los establecimientos de pescado fresco desde hace décadas. Suele formar parte de la alimentación de muchas familias malagueñas, que lo utilizan incluso para elaborar el típico emblanco. Y aunque no es un pescado de nuestro litoral y por tanto no forma parte de la lista de especies que se capturan en los caladeros de la provincia por parte de la flota pesquera que faena en los puertos de Estepona, Marbella, Fuengirola, Málaga y Caleta de Vélez, los malagueños han terminado por hacerlo suyo.

Sin embargo, la rosada que se consume en la provincia para nada se cría en las aguas de la Costa del Sol; procede de las antípodas (Nueva Zelanda), entre otros lugares tan lejanos como Namibia, Sudáfrica, Argentina o Chile. Se da la circunstancia además de que es un pescado absolutamente desconocido fuera de Málaga y de la provincia de Cádiz. Aunque de un tiempo a esta parte comienza a comercializarse también en Sevilla y Huelva, preguntar por la rosada fuera de Andalucía es como hablar en chino.

Una especie que vive en las profundidades

  • La rosada es un pescado que vive cerca de los fondos marinos, a unos 300 metros de profundidad e incluso más. Tiene hábitos nocturnos y suele esconderse entre las rocas (cuevas) durante el día. Su aspecto recuerda al del congrio y dependiendo de que sea hembra o macho puede alcanzar un peso de cuatro kilos y una longitud de un metro. El tamaño puede oscilar desde los 300 gramos a más de seis kilos. Pertenece al grupo de los pescados blancos.

  • Su consumo en Málaga no deja de crecer. Según la empresa Sanamar, especializada en la elaboración y venta al por mayor de congelados, la venta de rosada está experimentando un incremento en torno al 10 por ciento durante los últimos años a nivel global.

  • La firma malagueña ha aumentado su capacidad productiva más de un 45% con respecto a 2015 para poder satisfacer la creciente demanda de rosada elaborada. «Lo realmente malagueño de este producto es su elaboración, ya que a la mayoría de los clientes le interesa recibir el pescado libre de espinas y piel», señala el jefe de Marca de Sanamar, José Manuel Lanza, para quien la rosada ha llegado a Málaga para quedarse por mucho tiempo.

Se trata en realidad de más de una especie. La rosada capturada en las aguas de Namibia y Sudáfrica es Genypterus capensis, es conocida como Rosada de El Cabo o incluso como Rosada Nacional. La de Argentina y Chile es Genypterus blacodes.

La empresa líder en la comercialización de rosada en Málaga es Sanamar (antes congelados Machuca-Gutiérrez). Comenzó su actividad en 1979 y apostó por la introducción del pescado congelado desde ese mismo año en un mercado habituado a consumir pescado fresco del litoral, siendo pionera en ofrecer la rosada congelada.

Según el jefe de Marca de la empresa malagueña, José Manuel Lanza, al ser entonces un pescado desconocido en Málaga fue necesario «descubrírselo» al sector de la hostelería. Hoy en día se ha convertido en un artículo de referencia en la provincia que piden incluso los turistas.

Para Lanza, se trata de un producto «fácil de cocinar, sin apenas espinas, sabroso y con altísimas propiedades nutritivas».  

La rosada que llega a Málaga lo hace congelada en los propios barcos de pesca, sin cabeza, sin cola y sin tripas. En el caso de Sanamar, el pescado, que es uno de sus productos «estrella», es transformado en filetes o lomos. «Le quitamos la piel y lo transformamos para facilitar aún más su preparación final, aunque también la vendemos entera», explica Lanza, que apunta además que los gustos del consumidor malagueño varían sobre este pescado según la época del año. «En invierno, la prefieren comer a la plancha, normalmente con ajo y perejil picado. En verano, en cambio, es frita como más se consume: con alioli, adobada y al limón son las formas más habituales de consumo», señala. Aunque la mayor parte del producto se comercializa congelado, son muchas las pescaderías que la ofrecen «fresqueada», esto es descongelada, lo que lleva a pensar a muchos clientes que se trata de un producto fresco capturado en aguas cercanas, sin serlo.

Según Lanza, se suele denominar Rosada Nacional a la procedente de Namibia y Sudáfrica, pero no porque sea de aguas españolas, sino porque es de mayor calidad y porque en muchos casos son capturadas por barcos con bandera española. «Aunque el sabor es parecido en todos los casos, la nacional es una rosada algo más blanca y con mejor aspecto».

Para el directivo de Sanamar, la rosada goza de una aceptación espectacular por parte del consumidor malagueño, entre otras razones porque su carne es sabrosa, tersa, con la particularidad de no tener casi espinas, lo que hace que sea ideal también para los niños; muy versátil en la cocina y con un precio medio de unos 10 euros el kilo durante todo el año.

Empresas como Sanamar están trabajando con el objetivo de ampliar su variedad y gama de productos además de expandirla por todo el territorio nacional, donde sigue siendo muy desconocida.

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