Un año en blanco para cinco tesoros de Málaga en peligro

'Cinco tesoros de Málaga en peligro'. Es el titular del reportaje que SUR publicó hace justo un año para hacer ver el mal estado de conservación de algunos de los principales monumentos de la capital, sumidos en un bucle de estudios y trámites administrativos que les impiden avanzar hacia una efectiva reparación y puesta en valor. Un año después de ese reportaje, todavía no ha comenzado ni una sola obra o trabajo para evitar que sigan las grietas, humedades y desprendimientos en la Catedral, la iglesia del Sagrario, la Alcazaba, el castillo de Gibralfaro y la cripta barroca del santuario de la Victoria. Un año en blanco en el que, si bien es cierto que se han dado algunos pasos para alcanzar la restauración de estos tesoros patrimoniales, como el permiso de la Consejería de Cultura al proyecto de un tejado para la Catedral, no ha arrancado tarea alguna para su rehabilitación.

¿Hasta cuándo hay que esperar? Es lo que se preguntan muchos malagueños tras comprobar que dos de estas joyas patrimoniales han sido incluidas en este último año en la 'Lista Roja' de la Asociación Hispania Nostra para la defensa del patrimonio español, a petición de la Asociación Ciudadana Málaga por su Catedral. En concreto, son la iglesia del Sagrario y la cripta de la Victoria, que se encuentran clausuradas desde hace más de dos años sin que se haya concretado todavía una solución definitiva para su reparación. Su inclusión en la lista que desde 2007 alerta sobre los monumentos y espacios históricos españoles que merecen una urgente restauración, para evitar su desaparición o grave deterioro, es una prueba más de la necesidad de actuar sobre ellos sin esperar mucho más tiempo.

SUR ha vuelto a hacer repaso de la situación por la que atraviesan actualmente cada uno de estos tesoros del patrimonio malagueño. Un año después, se han dado algunos avances administrativos en algunos casos, pero pocas señales de que los trabajos para su definitiva restauración puedan estar cerca. La situación de alarma continúa en rojo.

En este último año se ha producido todo un hito en la historia de la Catedral de Málaga. Tras más de una década de reivindicación por parte de los responsables del Obispado, la Consejería de Cultura ha dado luz verde al proyecto elaborado por los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto para construir un tejado inspirado en los planos que dejó trazados Ventura Rodríguez en 1764, veinte años antes de que las obras del templo quedaran paralizadas por la falta de recursos económicos. Esta aprobación de la Junta, que fue avanzada por este periódico (ver SUR 17-5-2022), ha dado vía libre al Cabildo de la Catedral para iniciar los primeros contactos con el Ayuntamiento cara a recabar la licencia de obras para un proyecto valorado en unos diez millones de euros que el Obispado pretende financiar en buena parte con ayudas de las administraciones públicas.

No obstante, todavía resta tiempo para que puedan dar comienzo las obras para hacerle el tejado a la Catedral, una intervención que durará unos dos años y que requerirá un sofisticado proceso técnico de construcción para hacerlo con sumo cuidado, sin tener que cerrar el templo al culto. La idea es ir retirando el actual recubrimiento del exterior de las bóvedas con una 'piel' de losetas, que presenta cada vez más grietas, a medida que se va colocando el nuevo tejado, que podrá ser visitado por dentro y por fuera una vez que esté realizado.

Desde el Obispado están convencidos de que la nueva cubierta será la solución definitiva para acabar con el problema de goteras y humedades de la Catedral, en cuyo interior persisten unas mallas para recoger los trozos del techo que caen de forma constante. La reconstrucción y consolidación de esa decoración desprendida es otra de las asignaturas pendientes para procurar la correcta conservación del edificio, una vez que esté hecho el tejado.

En el caso de la iglesia del Sagrario, el Obispado ha realizado varios estudios técnicos y catas arqueológicas para averiguar el origen de las patologías que presenta el edificio y definir una solución técnica. Esos análisis, coordinados por los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto, determinaron la necesidad de llevar a cabo un refuerzo de la cimentación que aún no ha sido autorizado por la Consejería de Cultura.

El último capítulo en esta sucesión de análisis e informes solicitados por la Junta, que hasta ahora no ha quedado conforme con las propuestas de solución planteadas desde la diócesis para afectar lo menos posible a los restos arqueológicos que se encontraron bajo este templo del siglo XVIII, lo han protagonizado las 15 perforaciones que el Obispado realizó a principios de este año a petición de Cultura. El objetivo de esa labor fue completar la información geotécnica obtenida en los sondeos realizados previamente por el Obispado, comprobando las cotas del nivel geológico y los posibles niveles arqueológicos de la zona afectada.

A raíz del resultado de estas prospecciones, la Iglesia ya tiene elaborada una propuesta técnica de intervención que va a presentar y analizar con los técnicos de Cultura. Todo ello con el fin de que se pueda autorizar la solución propuesta por el Obispado para reforzar la cimentación del templo, mediante inyecciones a baja presión, y frenar el movimiento de la fisura que lo parte en dos. Esta fractura está causada por una diferente consistencia del subsuelo en uno y otro extremo de esta construcción de una sola nave. Sus efectos ya se están dejando notar en el deterioro de algunas de las columnas de la galería que une el Sagrario con la Catedral.

Tres años después de que se encendieran las alarmas sobre el estado de la cripta de los condes de Buenavista, en el santuario de la Victoria, todavía no ha sido reparada. El Obispado detectó que el origen de las humedades que llevaron a su cierre se encuentra en una fuga de unos aseos del clausurado Hospital Doctor Pascual que se encuentran sobre los nichos. Una vez cortada esa fuga, parece que el deterioro se ha detenido. Sin embargo, la Consejería de Cultura ha pedido que se investigue si hay otras causas que pudieran haber ocasionado también los desperfectos en la cripta, algo que se complica para el Obispado debido a la imposibilidad de acceder al citado centro sanitario en desuso, que la Junta quiere alquilar para ampliar la cobertura del Servicio Andaluz de Salud.

La Gerencia Municipal de Urbanismo está arbitrando los estudios para seguir ahondando en el origen del deterioro de este monumento único del barroco tétrico español. El Ayuntamiento solicitó un informe técnico sobre las causas de las humedades al Hospital Doctor Pascual y otro al Obispado. Este último fue pedido por Urbanismo al no quedar conformes los técnicos municipales con las conclusiones de la diócesis respecto al origen del problema. El estudio de la diócesis se ha encargado a un equipo de la Universidad de Alicante que trabaja para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y todavía no está finalizado. Así, aún no se ha resuelto el expediente para reparar una cripta en la que se ha retirado parte de la decoración barroca dañada para su reposición y restauración una vez que se apruebe el proyecto de rehabilitación.

El próximo mes de noviembre se cumplirán cuatro años desde que un tramo de la muralla norte del castillo de Gibralfaro se desmoronara de improviso. Transcurrido ese tiempo, esta zona de la fortaleza sigue todavía sostenida por andamios, a la espera de que comiencen las obras para su reparación. No fue hasta finales del año pasado cuando la delegación de la Consejería de Cultura autorizó el proyecto de restauración de esta parte de muralla, tras un ir y venir de informes y estudios entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. La Gerencia Municipal de Urbanismo pidió los primeros permisos para la reconstrucción del muro en abril de 2019, pero Cultura exigió que antes se llevaran a cabo una serie de análisis previos sobre la composición de la muralla.Finalmente, el permiso de la Junta llegó en diciembre de 2021 y, el pasado mes de abril, la Gerencia de Urbanismo aprobó una modificación presupuestaria para financiar el proyecto de reconstrucción del muro, valorado en 155.399 euros. Sin embargo, el Ayuntamiento no ha sacado a concurso todavía la contratación de esta obra para tapar una oquedad de casi 15 metros de largo por 7,3 de alto. Desde Urbanismo han informado que está «pendiente de licitarse».

La falta de acuerdo entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía también lastra la rehabilitación de la fortaleza de la Alcazaba, donde todavía persisten los puntales y tablones que sustentan a duras penas partes de sus murallas muy deterioradas. Así se aprecia en varios puntos del paseo de Don Juan Temboury. El Consistorio planificó años atrás varios paquetes de pequeñas reparaciones del monumento, por valor de 150.000 euros cada uno de ellos, que no llegaron a ser autorizados por la Consejería de Cultura, ya que sus técnicos exigieron la elaboración de un plan director u hoja de ruta global sobre todas las intervenciones que requiere la Alcazaba.

Para elaborar ese análisis, la Gerencia Municipal de Urbanismo encargó un escaneo de sus murallas, que acaba de finalizarse en una primera fase, de forma que se obtenga un diagnóstico de su estado en formato digital. Sin embargo, en la delegación de Cultura todavía están a la espera de que el Ayuntamiento les remita ese trabajo para pronunciarse al respecto. «Hasta que el Ayuntamiento presente un calendario y necesidades no se puede hacer nada, estamos a la espera», han señalado desde la delegación del Gobierno andaluz.

Por su parte, desde Urbanismo han informado de que «se está realizando un estudio diagnóstico de todo el monumento para plantear un plan de etapas de actuaciones». «Se ha presentado el avance y a final de año se presentará completo; es un documento extenso con memorias y planos en el que se definen todas las patologías y se valoran las obras para años sucesivos», han explicado.

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