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José I. Navarro Ilustre, durante el proceso de E.Morales
Al pie del cañón

«Un mayor me dijo: ¿Sabrán los jóvenes valorar el pan ahora?»

Al pie del cañón ·

Los panaderos siguen en sus puestos amasando el pan que cada día demandan los malagueños, aunque su producción se ha resentido por el cierre de la hostelería

Emilio Morales

Málaga

Martes, 24 de marzo 2020, 02:28

El pan es un alimento indispensable en cualquier mesa española. Los artesanos que lo hacen, los panaderos, tienen grandes historias que contar durante esta cuarentena. Es el caso de José Ignacio Navarro Ilustre, que explica cómo se quedó con la frase de un mayor que entró a su negocio: «En cuanto a los clientes de nuestros despachos las opiniones son de lo más variopintas. Desde el positivismo a la negatividad. No obstante, me quedo con la visión de la gente mayor que sigue viniendo y nos dice: ¿esto os servirá a los jóvenes para crear consciencia y valorar las cosas como el pan?», se me quedó grabada, relata.

Cuenta que pese a que han cambiado cosas en la manera de trabajar, sobre todo por la higiene, en su caso no lo ve un problema: «Creíamos que en un primer momento los obstáculos serían la manera de trabajar. Pero para nada. Yo trabajo de hace años con mascarilla por mi problema del asma y para mí no ha sido complicado. Es verdad que el trabajar con guantes sí es más complicado porque hay masas que se te pegan mucho. En cuanto a la limpieza mantenemos el ritmo de todos los días después del trabajo se queda todo recogido y limpio. En especial el cuidado de las manos y la ropa para no llevarnos, ni traer el virus por el obrador».

No niega la incertidumbre, y sabe que la hostelería será una de las más afectadas: «Los clientes del sector de la hostelería estan muy asustados con la que se viene encima. Tener un negocio sin facturar y facturas por pagar. a esto hay que unir que la renta disponible de las familias no mejorará por la afección de los ERTE o ERE. Pero todos tenemos la esperanza de que aunque nos cueste saldremos adelante. El estado de emergencia nos ha hecho cambiar nuestro día a día a todos los miembros de nuestra empresa. Para empezar formamos el equipo 15 personas. A día de hoy solo trabajamos cinco. El resto está en casa guardando la cuarentena debido a la bajada de producción ya que nuestros clientes, hoteles y restaurantes, están cerrados».

Por otro lado, la Canasta de Fuente Olletas sigue su habitual ritmo y trasiego, en el que todos los clientes guardaban el metro de cola con cierta precaución. La imagen aún sorprende a muchos vecinos, que ven cómo las calles se llenan de clientes en fila separados por miedo y respeto al contagio. Hacen bien. Al otro lado de la ciudad, la Panadería Huertas sigue con sus envíos. Su repartidor, protegido con mascarilla en una mañana lluviosa e incómoda para los trayectos, posa para SUR justo antes de salir en ruta. La vida tiene que seguir, y como símbolo, el pan, que nunca falte.

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