
Actúan como un agricultor cuando esparce sus semillas por la tierra labrada para, con el tiempo, recolectar los frutos de su trabajo. Sin embargo, su objetivo es bien diferente. Ellos son delincuentes y se dedican a robar casas. Grupos organizados cuya presencia se ha detectado en Málaga y que están especializados en lo que en el argot policial se conoce como el método de la siembra para marcar las viviendas que tienen pensado asaltar. En estas fechas, en las que las casas suelen estar más vacías, estos criminales aprovechan la situación para hacer su particular agosto.
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Raúl, uno de los responsables del equipo de Robos de la Policía Nacional en Málaga, explica que las organizaciones que se dedican al método de la siembra suelen ser de países del este y, sobre todo, de nacionalidad georgiana. Son bandas itinerantes, que recorren la geografía española para dar sus golpes y que en estas fechas han sido detectadas en Málaga, donde ya han cometido varios robos en zonas como La Malagueta y Carretera de Cádiz.
Los golpes los dan en edificios, los cuales eligen teniendo en cuenta varios aspectos. Uno de ellos es que no tengan cámaras de seguridad, para dificultar así la acción de los investigadores para esclarecer los hechos, y otro la edad de las personas que viven en el bloque. «Buscan que sean de mediana edad o ancianos, que son las personas que suelen tener oro en sus viviendas», según indica el oficial.
Su objetivo es el oro, el dinero y las joyas, ya que estos artículos tienen fácil salida en el mercado negro e, incluso, pueden enviarlo a su país. Desprecian la electrónica, ya que, según explica el policía nacional, es más fácil seguir su rastro y conseguir localizarles.
Una vez que tienen los pisos elegidos, los ladrones se introducen en los edificios para llevar a cabo la siembra y marcar las casas que son susceptibles de ser robadas. Entran en grupos de entre tres y cuatro personas, principalmente hombres.
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La hora elegida para la siembra suele ser por las mañanas, que es cuando los moradores están fuera realizando gestiones. Pero cuando es periodo vacacional, como estas fechas, los ladrones actúan por la tarde-noche.
Los miembros de estas bandas suben a la última planta del edificio y desde ahí van marcando los pisos que son susceptibles de ser asaltados. Para ello, colocan una serie de testigos que son casi imperceptibles. Unas pequeñas tiras de plástico transparente o, incluso, un finísimo hilo de pegamento, que suelen ponerse en la parte donde se encuentran las bisagras de una puerta, en la parte inferior de la misma.
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Cuando una persona entra en su casa, estas marcas caen al suelo o se rompe el hilo sin que su propietario se dé cuenta. Pasados tres o cuatro días, los ladrones vuelven al bloque para cometer los robos. Si el testigo no está, dejan de lado esas casas y, si sigue tal y como lo dejaron, saben que la vivienda no ha estado habitada esos días, por lo que entran en ella forzando la cerradura y trabajan con la tranquilidad de saber que sus dueños están fuera.
Suelen actuar en los pisos altos de los bloques, ya que en ellos el tránsito y el número de vecinos es menor. Además, eligen unos con unas cerraduras específicas, que son más antiguas y fáciles de abrir, por lo que el policía nacional recomienda una serie de bombines de mayor seguridad: «Da igual la puerta, lo importante es la cerradura que tengamos en casa».
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Una vez que estén dentro, los ladrones suelen irse directamente a por el oro, el dinero y las joyas. Por ello, el oficial recomienda que se guarden en lugares que no suelan ser comunes, para así dificultar el robo a los criminales: «Por ejemplo, se pueden ocultar en un bote en la cocina, que es un sitio en el que los ladrones no suelen mirar, ya que principalmente buscan en las habitaciones. Si no encuentran nada, nos hemos encontrado con pisos destrozados. Por ejemplo, si tenemos mucho dinero en casa, es recomendable dejar un cebo en un cajón de la cómoda con una cantidad menor y esconder la otra en un lugar poco sospechoso».
Vigilancia. Si se marchan unos días de casa, pedir al vecino que mire si se ha colocado esta marca en nuestra puerta.
Hallazgo. Si se localiza uno de estos testigos en una puerta, ponerse inmediatamente en contacto con la Sala del 091.
El portero electrónico. Es importante contestar a las llamadas, ya que los ladrones suelen llamar antes de robar para comprobar que no hay nadie en la casa.
Cerradura. Deben ser 'antibumping' o antifractura para ofrecer una mayor resistencia a la acción de los delincuentes.
Sensores. Existen unos sensores que se instalan en la puerta de casa y, al abrirse esta, comienzan a emitir un fuerte sonido que ahuyenta a los ladrones.
Cerradura invisible. Es otro artículo recomendado. Funciona con un mando a distancia y no tiene bombín, por lo que aumenta la seguridad de la vivienda.
Oro, dinero y joyas. Esconderlos en zonas de la casa donde no se suelan guardar, como en un bote en la cocina. También poner algún señuelo en el cajón de la cómoda.
Prevención. Cerrar bien puertas y ventanas, dejando alguna luz encendida o algún temporizador que realice esta función
También se recomienda a los ciudadanos avisar a los agentes en cuanto haya cualquier sospecha de que se pueda estar llevando a cabo un robo, mediante una llamada a la Sala del 091. El oficial asegura que los criminales dedicados a la siembra suelen seguir un patrón: son de países del este, delgados, con una riñonera o bolsita en la que llevan las herramientas que emplean para abrir las cerraduras y, al cruzarse con un vecino en el interior de un bloque, suelen volver la cara para que no se la vean y así dificultar su reconocimiento posterior.
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Pero los policías nacionales quieren tranquilizar a los vecinos: «Estos criminales no siguen a las víctimas para conocer sus costumbres, simplemente ponen una marca en sus casas, de forma aleatoria, para ver si están ocupadas».
Asimismo, insiste en que no son violentos ni peligrosos. Al respecto, asevera que suelen llamar al portero electrónico de las viviendas que van a asaltar antes de hacerlo, para asegurarse de que no hay nadie dentro. Ante la duda, dejan el robo y si escuchan cualquier ruido en el interior del domicilio también se marchan, ya que saben que, si se enfrentan al morador, pasaría a ser un robo con violencia por lo que la pena sería más elevada.
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