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Halloween vuelve a la calle en Málaga
Retornan los disfraces y las actividades de la noche más terrorífica, aunque algunas con limitaciones como en Churriana
cristina pinto y Claudia San Martín
Domingo, 31 de octubre 2021
Los puestos de castañas de la Alameda Principal crean una niebla espesa que con el anochecer prematuro de un cambio de hora se traduce en sensación invernal, aunque la tónica de vestuario bailara entre las mangas cortas y las rebecas finas. Eso sí, desentonaban los disfraces y 'looks' extravagantes en un Halloween diferente, caminando por las calles del Centro de Málaga con mucha diligencia y sin mayor pretensión que la de llamar la atención y pasarlo bien.
A primera hora de la tarde, ya cayendo las luces del anochecer aunque no eran ni las siete, extranjeros y foráneos convivían en calle Larios bajo las luces de Navidad con los disfraces clásicos y con aquellos que se han puesto de moda: mono rojo con capucha y máscara, cambiándola por la de 'El juego del calamar' o 'La casa de papel'; una combinación disparatada para dar un gran asalto al banco más cercano. Aunque seguía intacta esa extrañeza de los más pequeños, que analizaban cada rincón por si alguien les asustaba de repente portando una desagradable máscara.
Cuando ya caía la noche, las calles del Centro se animaban más y se llenaban de disfraces o grupos de gente que paseaban en busca de un sitio para cenar y tomar copas. Escenarios como la plaza de la Merced son de esos que no fallan en estas citas. Controlados por la Policía Local, grandes grupos se reunían allí para planear la velada más 'terrorífica' del año. «Uy, hay gente que sí que da mucho miedo, eh», comentaba una joven con sus amigas mientras pasaban por calle Álamos.
Otro de los puntos claves de la noche malagueña es Uncibay y calle Beatas. Y en esta ocasión no fueron menos. Gente de un lado a otro y algunos que ya tenían su mejor mesa para pasar la madrugada del domingo. Entre tanto ambiente paseaba un grupo de amigas que acababa de salir de una fiesta de Halloween en 'Gallery'. Ellas eran dos Paulas, Nazaret, y Martina, vestidas de negro y con aureola de ángel y cuernos de demonio. El básico disfraz que nunca falla. Estas amigas debatían qué hacer para culminar la fiesta: «Hay buen ambiente. Ahora vamos a la Merced a ver qué hay o bien subimos a Gibralfaro o vamos a un piso», explicaban las jóvenes. La noche siguió y los sustos fueron inevitables.
En la otra punta de la ciudad, Churriana, el distrito con la tradición más arraigada el 31 de octubre. Allí tuvieron que rendirse a las exigencias de la pandemia adaptando la pista de Las Pedrizas a varios 'stands' con pasaje de terror, 'scape room' o actividades para los niños. El concejal del distrito, José del Río, reconocía que la misma mañana de Halloween se habían repartido 650 entradas para acotar el aforo y, aunque esta es una medida excepcional, esperan en 2022 volver a organizar los pasacalles y que la alegría (y a la vez el terror) convierta a Churriana en el lugar de moda para este día. A pesar de ello, Jonatan, David, Toni y Pepa adaptaron el patio de su casa con decoración tenebrosa, música y luces para no perder una costumbre de la que hacen su profesión: «Hay gente de fuera que ha venido creyendo que esto era como otros años, pero no. Esperamos que el que viene podamos retomar el ritmo que teníamos», comenta David. Era otra forma de celebrar un Halloween, que no pierde su esencia.
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