
Félix Lorenzo
Jueves, 4 de noviembre 2021, 20:56
El periodista malagueño José Luis Arranz Ramos falleció el pasado miércoles en nuestra ciudad, lo que ha causado un fuerte impacto en Marbella, Melilla y Málaga, donde desarrolló su actividad profesional, que fue muy fecunda.
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Inició sus trabajos periodísticos en Radio Marbella siendo muy joven, para incorporarse pronto a la Redacción de 'El Sol de España', donde trabajó hasta el cierre de la cabecera. Posteriormente fue designado director del rotativo 'Melilla Hoy', donde comandó con éxito una profunda renovación tanto a nivel de Redacción como de Talleres. Tras su etapa en la ciudad melillense, donde dejó grandes amigos, Arranz, como era conocido por todos, cumplió su sueño de trabajar en SUR, periódico al que siempre se sintió muy ligado por distintos motivos. En SUR realizó una gran labor en la Redacción hasta su jubilación, en lo que se suele llamar en la profesión 'parte oculta', que es la del cierre y la coordinación final de las páginas, que en su tiempo eran muy distintas a las de hoy, pues el proceso era mucho más artesanal. Como redactor de cierre de SUR, Arranz demostró que en el periodismo se puede brillar de muchas maneras, y él lo hizo sin estar en la calle, sin ser periodista del día a día, sino entre páginas, galeradas y crónicas de última hora de otros compañeros.
Pero si José Luis Arranz fue un excelente periodista, aún fue mejor persona. Entregado a su familia en cuerpo y alma, siempre colaboró con los servicios informativos del Obispado de Málaga, y mucho más activamente a raíz de su jubilación, siendo parte importante de la revista 'Diócesis' como colaborador habitual. Hombre de mente generosa y de convicciones religiosas profundas, pero nunca excluyentes, formó parte de la Adoración Nocturna de Málaga, «lo único por lo que cambio una noche de emociones, adrenalina y nervios que provocan al mismo tiempo el trabajo de cierre de la Redacción de un periódico», como solía decir.
Arranz Ramos forma parte de la historia de SUR por su buen hacer profesional, su compañerismo y su humildad. Siempre estuvo cuando se le necesitaba. Ayer jueves recibió el último adiós de sus familiares y amigos en el Parque Cementerio de San Gabriel. Ahora está en los cielos, en los mismos en los que creyó siempre con fuerza y convicción.
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