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ANTONIO MORENO
Domingo, 16 de abril 2017, 00:00
«Cuando hablamos de Resurrección hacemos hincapié en la salvación integral de la persona y, en especial, en la recuperación de nuestros propios cuerpos al final de la historia», sostiene Francisco Castro, profesor de Escatología.
Le presento como profesor de Escatología. Algún lector dirá ¿y eso qué es?
Escatología por su etimología griega significa «las cosas últimas». Es decir: ¿Qué nos cabe esperar en esta vida? Tanto sufrir, tanto alegrarnos, tanto trabajar, tanto vivir y tanto amar ¿Para qué? Pues ese «para qué» nos lo ha revelado Dios en su Hijo Jesucristo. Su proyecto es un proyecto de plenitud del mundo, de plenitud de la historia y de las vidas de cada uno. Lo que nos espera es compartir con Él su vida y su alegría para siempre.Por eso, hoy Domingo de Resurrección hay poco que explicar, lo que hay es que proclamar al mundo entero que Cristo ha resucitado. ¡Aleluya!
Este acontecimiento de hace 2.000 años, ¿qué consecuencias tiene para el hombre y la mujer de hoy?
En Jesucristo se ha dado un acontecimiento histórico, inédito, sorpresivo y que tiene consecuencias para la humanidad entera, de una vez por todas. Lo que parecía irremediable, el sufrimiento, las enfermedades, todo lo que no podemos controlar, ¡hasta la misma muerte!; sí que tienen un remedio, un destino, un sentido. Y, en Jesucristo, se nos ha revelado. Se llama salvación y, haciendo referencia a nuestra realidad corpórea y espiritual, se llama Resurrección.
Los cristianos creen en una resurrección que no es sólo espiritual, sino, como proclaman en el Credo, «de la carne»
Estamos hablando de la salvación integral de la persona. Y las personas somos una en cuerpo y alma. Desde el principio, esto la Iglesia lo ha subrayado muchísimo. Cuando hablamos de Resurrección hacemos hincapié en la salvación integral de la persona y, en especial, en la recuperación de nuestros propios cuerpos al final de la historia.
Pero aún siendo una doctrina tan básica algunos católicos no creen en la resurrección ¿Qué le parece?
-Me parece preocupante. Sin resurrección no puede haber fe cristiana. El inicio de la fe cristiana se da precisamente en la constatación de que Cristo vive. Ya decía San Pablo que si no hay resurrección de los muertos, si Cristo no ha resucitado, nuestra fe está vacía. ¿De qué nos sirve hacer las celebraciones tan hermosas que hemos hecho durante esta Semana Santa? ¿De qué nos sirve bautizar a nuestros niños, acudir a las Iglesias, hacer nuestras oraciones, si no creemos realmente que hemos sido salvados, que hay vida más allá de ese trance de morir que todos tenemos que afrontar? No se puede ser cristiano sin creer en la resurrección de Cristo y, por tanto, en la nuestra.
Sin embargo es fácil que muchos católicos crean en fantasmas, en horóscopos
El ser humano está diseñado por Dios para creer, para que depositemos nuestra vida, su seguridad y su sentido, en algo, en «Alguien», diríamos con mayúsculas. Cuando no confiamos en Aquel que nos ha hecho con amor y que nos llama cada día, nos disponemos a poner nuestra seguridad en cualquier cosa. De modo que en esta época nos encontramos con este fenómeno que señalas: gente que no quiere creer en lo que dice la Iglesia porque tienen que comprobarlo todo por ellos mismos, pero acaban creyendo en los fantasmas y en los horóscopos.
También han calado entre los bautizados conceptos ajenos a la fe católica como la reencarnación
Eso es no tomarse en serio, no ya la fe cristiana, sino a nosotros mismos. Es no creerse que esto que nosotros somos, este cuerpo que nosotros somos, sea efectivamente una dimensión de nuestra persona, la que nos permite expresar lo que somos a través de nuestro trabajo, del amor, del servicio... Este cuerpo que nosotros somos no es una cáscara. Hay un interés en ciertos sectores por extender este pensamiento dualista (cuerpo y alma como dos realidades independientes la una de la otra). No solo lo vemos en el tema de la reencarnación, sino también la ideología de género y tantos otros que se empeñan en decir que somos como una especie de cáscara fisiológica de algo que no sabe muy bien lo que es. La reencarnación es incompatible con la fe cristiana, es no tomarse en serio nuestra propia persona y Dios sí que nos ha tomado muy en serio.
Otra de esas costumbres adoptadas de otras concepciones de la vida después de la muerte es la de esparcir las cenizas
Lo de esparcir las cenizas es una costumbre que se han instaurado en católicos de buena fe, a lo mejor porque lo han visto hacer en películas Eso que, repito, muchas veces se hace con buena fe, sin conciencia, es algo que está desdiciendo de la fe en la Resurrección y de la dignidad de la persona. El cuerpo que forma parte de lo que nosotros somos, no es un envoltorio del que podamos prescindir. Nuestro destino es resucitar y eso es lo que nosotros esperamos, resucitar gracias a Cristo, con Él y como Él.
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