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Ángel Escalera
Jueves, 7 de julio 2016, 01:30
Miguel Ángel Arráez ha sido nombrado presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía. Entre sus objetivos está que se modifiquen algunos aspectos del decreto de troncalidad para la formación de médicos residentes en neurocirugía. El doctor Arráez, que es jefe del servicio de esa especialidad en el Hospital Carlos Haya, espera que el Ministerio de Sanidad atiendan las peticiones de la sociedad que él preside.
¿Qué objetivos se ha marcado tras ser nombrado presidente?
Tanto mi junta directiva como yo queremos reforzar los planes de formación de los médicos residentes en España. Esa labor la haremos de forma conjunta con la comisión nacional de nuestra especialidad, de la que voy a entrar a formar parte. Lo que pedimos es que se modifiquen los criterios de acreditación de las unidades docentes para que, dicho de forma coloquial, se suba el listón y se homologuen a los existentes en Europa y Estados Unidos. También tenemos una patata caliente con el tema de la troncalidad, ya que el nuevo sistema, en determinadas especialidades, supone un retroceso.
¿Ypor qué la troncalidad es un paso atrás en neurocirugía?
Ahora el periodo de formación de nuestra especialidad es de cinco años. Lo que defendemos es que, tras los cambios fijados por el Ministerio de Sanidad, haya un primer año troncal, en vez dos, y cinco específicos de neurocirugía, en vez de tres. Es decir, que haya seis años en total. Creemos que dos años comunes son excesivos para un neurocirujano y que, en cambio, tres específicos son insuficientes. Eso ha sido un despropósito absoluto del Ministerio de Sanidad.
¿Cuándo se empezarán a aplicar esos cambios?
De momento, seguimos con la normativa antigua. La troncalidad no se implantará antes de 2017. Seguramente, no se aplicará hasta 2018.
¿Se ha marcado que la Sociedad Española de Neurocirugía se abra más al exterior?
Nuestra idea es amplificar la presencia de la neurocirugía española en el panorama neuroquirúrgico internacional. Así, vamos a tener en Barcelona una reunión conjunta con la Sociedad Británica de Neurocirugía y con una de las dos sociedades norteamericanas de nuestra especialidad. Además, contamos con un programa apretado de participación en foros y congresos internacionales para potenciar nuestra presencia en ellos. Asimismo, seguimos implementando un plan estratégico que se aprobó cuando yo era secretario de la Sociedad Española de Neurocirugía.
¿Cuántos neurocirujanos ejercen en la sanidad española?
Aproximadamente, somos 500. En Málaga hay unos 16 entre la sanidad pública y la privada
¿Esa cifra es suficiente para atender las necesidades de la población?
La situación actual tiende a la plétora de neurocirujanos. Yo he participado en la comisión nacional de nuestra especialidad y hemos criticado la actitud del Ministerio de Sanidad en el sentido de dejarse de llevar por el momento en vez de planificar cara al futuro. El número de plazas de residentes de neurocirugía convocadas cada año no se ha correspondido nunca con una planificación adecuada. Eso es proverbial y supone una queja continua. Con los 500 neurocirujanos que hay ahora en España nos acercamos bastante a la cifra de un neurocirujano por cada 100.000 habitantes, que es la cifra que se establece como saludable.
¿Hay paro en su especialidad?
La crisis, indiscutiblemente, no ha favorecido la contratación suficiente de neurocirujanos para absorber a todos los que se han especializado.
El que usted sea el nuevo presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía ¿puede beneficiar a sanidad malagueña, que es la que ejerce su profesión?
En las responsabilidades que he ostentado siempre he hecho todo lo que he podido para potenciar la neurocirugía de Málaga tanto en el ámbito público, desde mi cargo de jefe de servicio en Carlos Haya, como en el privado, en el que lidero un grupo de trabajo. Lo que quiero es que la neurocirugía malagueña sea de una gran altura independientemente de donde se practique.
¿Qué reivindicaciones maneja la sociedad que usted preside?
Queremos que haya una buena formación de especialistas. Muy directamente unido a esto, defendemos que se modifique el decreto de la troncalidad, ya que es muy perjudicial tanto para los neurocirujanos del presente como para los del futuro.
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