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Vista del acceso al pasaje Obispo González.

El pasaje Obispo González pide un repaso

El pasadizo que lleva el nombre del fundador del Seminario se encuentra muy abandonado

José Manuel Alday

Miércoles, 9 de marzo 2016, 13:15

El pasaje Obispo González se encuentra en la falda del Seminario, en el barrio de la Victoria. Un rincón tranquilo, del que hemos hablado en alguna otra ocasión, que parte de la calle Obispo González. Ambos lugares llevan el nombre del que fuera titular de la diócesis de Málaga desde 1920 a 1935, y que además fue quien ordenó precisamente la creación del Seminario. Pues bien, en estos días en los que el Obispo González está siendo noticia por su canonización, la situación de este enclave también es noticia, pero en este caso por el estado de abandono que presenta el pasaje, con unos parterres deteriorados, bloques de obra del muro sueltos, además de que la escalera de acceso está en mal estado. Los vecinos del lugar se han quejado además en más de una ocasión de los problemas que tienen en sus viviendas debido a la proximidad de los eucaliptos del Seminario, pues sus raíces afloran por el subsuelo y atoran las conducciones de las viviendas allí ubicadas. Algo que provoca frecuentes averías de fontanería en las casas, que además de costosas resultan laboriosas de arreglar pues las raíces de los árboles se introducen por las tuberías y causan frecuentes daños.

Justo a la entrada del pasaje se encuentra una vivienda que cuenta con una extraña decoración que la hace inconfundible y que ha merecido incluso la atención de algún canal de televisión, según comentan unos muchachos que se dan cita en este recóndito y apartado lugar, donde a buen seguro pasan más que desapercibidos. Saliendo del pasaje, ya en la calle Obispo González, se echa en falta el nombre de la calle en un rótulo allí existente, mientras que unos metros más arriba se encuentra un descampado con restos evidentes de ser utilizado para que los perros hagan allí sus necesidades.

Calle Keromnes: impacto visual de una obra

Salvador Cortés escribe a la cuenta de facebook de esta sección para comentar que entre las obras de reforma del Hotel Miramar hay algunos añadidos o anexos, como el que asegura existe en la esquina de calle Keromnes con el Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso, de lo que afirma parece ser la estructura que sobresale de un subterráneo, lo que resta visibilidad a algunos vecinos de la zona. «El caso es que esta construcción tiene un impacto visual daino y perjudica a algunos vecinos que no tienen las mismas vistas, no pueden ver el paseo marítimo, ni pueden disfrutar viendo a los demás paseando o montando en bicicleta o... lo que sea que hagan», señala. «Imagínense, es como si se hubiera comprado un televisor que no puede usar porque un vecino desalmado, invisible, y por tanto desconocido, le sabotea las secretas conexiones para que emerjan las imágenes de él, ¡qué dao!, para echarse a llorar, tantos meses de sacrificios, de ahorro, para comprarse un buen aparato y no poder disfrutarlo por causas sobrevenidas, tantos euros, tanto esfuerzo, a la basura..». «Seguramente los permisos, los papeles, estén en regla y todas esas cosas; no obstante, podrían mirar un poco por todo, y digo todo, el vecindario», concluye.

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