Una madre halla a su hijo de 3 años a 500 metros del campamento de verano al que iba a recogerlo

Circulaba en su coche por la avenida de San Isidro cuando vio a un niño de corta edad caminando por la acera con su gorra, la raqueta de tenis y una pequeña mochila al hombro. Lo reconoció al instante. Era su hijo. «Es una escena que no te imaginas en tu vida. Vas a recogerlo al campamento de verano y te lo encuentras solo por la calle», confiesa su madre. El pequeño, de tres años y siete meses, había conseguido salir del recinto y anduvo unos 500 metros, calcula ella. «Estaba a sólo dos minutos del cruce de la autovía... Y menos incluso, si llega a echar a correr».

Eran las 15.10 del viernes, unos veinte minutos antes del horario de salida del campamento de verano que se imparte en el Club de Tenis Málaga, en Pinares de San Antón, al que estaba inscrito el menor. Al aproximarse, la madre observó que había un vehículo parado junto a él. «Veo que hay una mujer fuera del automóvil y que le está preguntando algo al niño. En ese momento, lo único que piensas es que lo van a meter en el coche. No se me va de la cabeza...».

La progenitora, que prefiere mantenerse en el anonimato para salvaguardar a su hijo, frenó en seco y comenzó a tocar el claxon. «La mujer me vio y me preguntó: ¿Es su hijo? He visto que estaba solo y me he parado», cuenta la afectada, que se tranquilizó al darse cuenta de que en el otro vehículo viajaba una familia que sólo quería ayudar al pequeño, y que ahora trataban de calmarla a ella. «Cuando se subió continúa le pregunté por qué se había ido solo y me contestó que, como yo no venía a recogerlo, se fue a casa». De hecho, el crío siguió por la calle el mismo camino que utilizan sus padres cuando van a llevarlo. Pero nadie sabe con certeza por dónde y cómo se escapó.

Ya con su hijo a salvo, condujo hasta el campamento para pedir explicaciones a los responsables. «Estaba muy nerviosa, le iba contando lo que me había pasado a cada padre con el que me encontraba. Cuando llegué, los monitores estaban con los niños en el jardín. Al ver a mi hijo, uno de ellos preguntó: ¿Dónde estabas? No es un descuido, porque ni siquiera lo habían echado de menos hasta ese momento», sostiene la madre. Su versión difiere de la de los responsables del club, quienes afirman que un encargado y tres monitores ya lo estaban buscando en esos momentos.

La mujer acudió a la comisaría de la Policía Nacional en el distrito Este para denunciar la «grave falta de atención hacia su hijo». Los agentes abrieron una investigación y, tras tomar declaración a los responsables del campamento, han remitido a la autoridad judicial un atestado sobre el caso.

Por su parte, el gerente del Club de Tenis Málaga, José Luis Cóndor, reconoce lo sucedido: «No hay excusa, sólo podemos pedir perdón a la madre y a la familia». No obstante, se muestra sorprendido de que algo así haya podido ocurrir porque, asegura, tienen un número de monitores superior a las necesidades reales del campamento, donde los menores asisten, de 9.30 a 15.30, a un amplio abanico de actividades, como tenis, pádel, fútbol, natación, taekwondo y talleres diversos. «Ahora tenemos 10 para un total de 90 niños. Incluso habíamos reforzado el comedor (hay cuatro monitores para un veintena de menores), que es de donde se escapó el crío, para que estén mejor atendidos durante el almuerzo», detalla.

Cóndor explica que llevan 12 años organizando campamentos de verano con hasta 400 niños. «Nunca hemos tenido el más mínimo problema», reitera el gerente del club. «Siempre hemos entendido que las medidas de seguridad que tomábamos eran suficientes, pero después de esto concluye las reforzaremos cuanto sea necesario».