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David, que sigue hospitalizado, muestra las heridas que sufrió.
«Me han dado tres puñaladas por ayudar a un amigo, y ahora está muerto»

«Me han dado tres puñaladas por ayudar a un amigo, y ahora está muerto»

David Guillén resultó herido al tratar de socorrer a Karim, el joven de 18 años que falleció ayer en el hospital por el navajazo que recibió en el cuello

Juan Cano

Miércoles, 4 de junio 2014, 01:32

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La pelea no iba con él. Ni siquiera sabía por qué se había originado. Pero se llevó tres puñaladas que pudieron costarle la vida. Su amigo Karim tuvo peor suerte. El joven de 18 años, que recibió un navajazo en el cuello en la puerta de una discoteca de Benalmádena, falleció ayer en el Hospital Clínico, donde permanecía ingresado desde el sábado, sumido en un coma profundo.

David Guillén, 25 años, vecino de la localidad, tiene el costado derecho marcado por las cuchilladas: una en el brazo, otra en la cadera las menos graves y la tercera en el abdomen. Esa fue la que le alcanzó el hígado. «He vuelto a nacer», confiesa desde la cama del hospital, donde se recupera de las lesiones, horas después de salir de la UCI que compartió durante tres días con su amigo.

Esa noche, la del viernes al sábado, no había salido con Karim. Acompañó a unas chicas a Puerto Marina y, cuando volvía a casa con su hermano menor, decidió hacer una parada en la plaza Solymar para ver a sus amigos. «Vete tú, yo iré en un rato», cuenta que le dijo al despedirse.

Eran las seis y media de la mañana. Según relata David, vio salir de la discoteca Kiu a Karim, y se saludaron; se conocían desde el instituto y eran colegas del barrio. «Un chaval salió detrás de él y le dio dos puñetazos», afirma el agredido. «Vi que eran demasiados y cogí por el cuello a Karim para echarlo hacia atrás y llevármelo de la pelea».

Mientras lo sujetaba, rodeándolo con el brazo, notó el primer navajazo. Un joven que se le acercó por la espalda y que, dice, no era el que dio los puñetazos, le asestó tres puñaladas. «No sentí dolor, sólo calor, y vi que empezaba a sangrar». Cuando soltó a su amigo, supuestamente el mismo individuo se fue hacia Karim y le dio una cuchillada en la parte posterior del cuello. «No llegué a ver que lo apuñalaban. Me fui corriendo hacia el aparcamiento para pedir ayuda», añade.

Uno de los empleados de seguridad de la discoteca lo asistió mientras llegaba la ambulancia que, sostiene, tardó más de media hora. David recuerda esos instantes: «El vigilante me taponó la herida con sus propias manos. Yo le pedía que las quitara porque me estaba haciendo daño, y él me decía que no le importaba, que no iba a dejar que sangrara más. Ese hombre me salvó la vida. Quiero darle las gracias». El navajazo le había alcanzado el hígado, «y la hemorragia no fue a más por él».

Dos policías locales que patrullaban por la zona se encontraron con los instantes posteriores a la pelea. Vieron a un chico que intentaba escapar de otro, que gritaba: «Te tengo que matar». La escena resultaba confusa. Más tarde, los agentes descubrirían que el joven que huía era el presunto autor del doble apuñalamiento, ahora en prisión, y el que lo perseguía, un amigo de las víctimas, que fue detenido por amenazas.

Traslado en el coche patrulla

Ante la gravedad de la herida que sufría Karim, los policías no esperaron a la ambulancia y lo subieron en un coche patrulla para evacuarlo al Hospital de Alta Resolución (antiguo Chare) de Benalmádena. Su estado era crítico. El joven sufrió varias paradas cardiacas, aunque los médicos consiguieron estabilizarlo tras practicarle maniobras de reanimación durante 40 minutos.

Karim fue trasladado al Clínico. David se enteró allí, en la UCI, de que su amigo también había sido apuñalado, y que su estado era crítico. «Un policía me dijo que yo saldría de ésta, pero él... Tenía muy pocas posibilidades». Desde que ayer por la mañana le dieron la noticia de que había fallecido, en su cabeza se repite una y otra vez lo que sucedió esa noche. «Me han dado tres puñaladas por ayudar a un amigo, y ahora está muerto», se lamenta el joven, que cree que necesitará asistencia psicológica para recuperarse.

Y todo, aparentemente, por una cuestión trivial, la típica pelea de discoteca, que esta vez ha tenido el desenlace más trágico. «No tengo ni idea de lo que pasó dentro, todo lo que sé es de oídas, pero por lo que me han dicho comenzaron a discutir por una chica», apunta David. La policía, no obstante, sigue investigando el móvil de la agresión.

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