Dos jóvenes rondeñas con traje goyesco. V. M.

¿Qué me pongo en Ronda Romántica?

La organización de la recreación histórica del siglo XIX aconseja cómo vestirse para no desvirtuar la indumentaria popular de la época

Domingo, 1 de marzo 2020, 00:11

Mayo se acerca y con él Ronda 'regresa' al siglo XIX de la mano de la recreación histórica Ronda Romántica, que celebrará su octava edición el último fin de semana de ese mes. Hay que buscar en el armario, darle a la aguja y al dedal o pasar por caja para decidir qué ponerse, pero antes hay que bucear entre las fuentes que nos pintan aquella época, que va desde el final de la Guerra de la Independencia hasta el último tercio del siglo XIX

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Desde la organización del evento, que está declarado Fiesta de Interés Turístico Provincial por la Diputación de Málaga, se han programado este mes de marzo una serie de talleres, coordinados por la diseñadora Ana Gómez quien, acompañada por varios modistas rondeños, en los que se asesorará qué llevar en tan señalada celebración. Además, se presentará una publicación y se celebrarán dos pasarelas, según adelanta Faustino Peralta, coordinador del evento que desarrolla el Ayuntamiento de Ronda.

Gran parte del éxito de esta fiesta radica en la implicación de los rondeños y los serranos. Hay muchos aciertos, pero también patadas a la historia. «No debe usarse toda aquella vestimenta que no corresponda a esta época, como es el caso de las correspondientes a la moda neoclásica o de la Ilustración del siglo XVIII, y la moda del estilo imperio procedente de Francia de principios del siglo XIX que no llegó a España», enfatiza Peralta.

¿Y qué sería lo correcto? Para la mujer, el traje de goyesca del siglo XVIII, que se componía de una basquiña o falda y un monillo o chaquetilla afracada, acompañada en el pelo por una caramba de cintas de seda o cofia y redecilla o madroñera para sujetarlo. «Este traje es el que adoptó Ronda como típico a partir del año 1954, con la celebración de la Corrida Goyesca y la Feria y Fiestas de Pedro Romero en septiembre», recuerda el también cronista oficial de Ronda.

En el caso del hombre, el traje estaba compuesto por jaqueta o chupetín, también el marsellés, el calzón, las medias de seda, zapatos de hebilla grande y cofia o madroñera en el pelo. «A mediados del siglo XVIII, Francia impulsa la moda en toda Europa, pero el pueblo llano español continuó usando las prendas de siempre, rechazando la moda del país vecino. En España hubo un sentimiento de rebeldía ante la invasión cultural, económica y, más tarde, política y militar con la Guerra de la Independencia, que hizo que la propia nobleza comenzara a cambiar su forma de vestir adoptando el majismo o moda goyesca», rememora Peralta.

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Hacia 1820, la cintura se acentúa para la mujer, vuelve el corsé, los hombros y escotes más bajos, las faldas con forma de campana y hasta el tobillo, las mangas abullonadas y el canesú y los complementos como el parasol o sombrilla, la mantilla, los guantes y las joyas, entre otros. Para el hombre, traje pantalón con la chaqueta corta por delante con largos faldones atrás, de colores azul, negro, gris oscuro o café, sombrero de copa alta y ala ancha y patillas largas.

Acudir a Ronda Romántica vestido de bandolero es otra opción. Para ello bastará con portar el trabuco o la navaja, ya que, al contrario de como se cree, «el traje rondeño no es el de bandolero». «Vestían como los rondeños y serranos de la época, lo único que los distinguía de los autóctonos podría ser la escopeta o trabuco y la faca o navaja, por lo que el traje de rondeño es el traje de majo románticos del XIX», indica Peralta.

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En cuanto a la caracterización militar, el especialista explica: «Lo más habitual es la tropa napoleónica, pero se puede participar de Milicias Nacionales, Guardia Civil, Milicias Provinciales y Escopeteros de Andalucía, los populares migueletes». También vestir como viajeros románticos sería más que correcto. Además, las obras de estos extranjeros de visita en Ronda y la comarca han ayudado a rescatar la memoria de la época.

También está la opción del dandy, respondiendo al fenómeno del dandismo originario de Inglaterra. «Es un personaje del romanticismo individualista, irracional y atrevido, se rebela contra la sociedad y el mundo entero», comentan desde la organización de Ronda Romántica. Este personaje solía vestir abrigo y/o chaqueta, pantalón, pañuelo, camisa, chaleco y botas de caña y sombrero, guantes y bastón.

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Pero la ropa más habitual era la que revelaba el oficio. En este terreno, la gama de prendas y complementos es muy variada para convertirse en burgueses, artesanos, arrieros, comerciantes, hilanderas, barberos, lecheros, afiladores, tratantes, buhoneros... «Hay mujeres y hombres que se visten de un modo sencillo, con elementos que combinan adecuadamente, sin un gran gasto», recuerda Peralta.

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