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José Vicente Astorga
Domingo, 6 de septiembre 2015, 00:10
La cuenta atrás ha empezado tras nueve años de planes y la crisis de por medio. El primer hospital en Andalucía de especialidades para atender patologías de perros, gatos y animales exóticos en Andalucía hay censadas más de dos millones de mascotas abrirá a finales de mes en Mijas. Los cuatro veterinarios embarcados en Animal Bluecare movilizarán dos millones de euros para un centro que aspira a ser referencia del turismo de salud de animales de compañía en España y entre clientes extranjeros.
¿Cómo se lanzan al proyecto?
En mi caso, llevo varios años ampliando mi clínica, pero aunque hayas llegado a 300 metros ves que hay una demanda que no puedes atender. La gente demanda cada vez más servicios y en una clínica en el casco urbano no es viable por limitación de espacio, de recursos, de especialistas, algo que resulta incomprensible para el dueño de una mascota. Que no puedas hacer un TAC por ejemplo a su perro, no lo entienden.
Pero esa será una sorpresa más extendida entre clientes extranjeros.
No crea. Españoles y extranjeros fifty-fifty. El español medio es muy solidario y concienciazado con el entorno, con las necesidades de las personas, del medio ambiente y es muy protector con los animales. El gran cambio de las personas respecto a los animales comienza cuando estos empiezan a vivir en casa. Se transforma de animales domésticos a animales de compañía, a ser un miembro más de la familia.
Algo bastante reciente entre nosotros.
Cierto. Pienso que es desde finales de los 70, con la llegada de la democracia más o menos. Nos empezamos a dar cuenta de que un perro sirve para algo más que para ladrar y avisarnos, sobre todo porque los animales nos dan compañía, y eso es mucho. Hoy lo que el ser humano busca es compañía no interesada. Los animales nos la dan para siempre y sin nada a cambio en un momento en que las cosas se hacen para que tengan una vida útil y con plazo fijo. Hasta algunos matrimonios. Un animal no te abandona y no pide nada a cambio, y eso no tiene precio. En las relaciones interpersonales es algo que se ha perdido.
Pero conduce a la melancolía pensar sólo lo dan los perros para eso.
Bueno, no en el único sitio. Nuestra profesión en el fondo es de relaciones humanas, y atendemos personas cuyo motivante en relación a nuestro trabajo es el animal. El primero con quien tratamos es el propietario.
¿Les enseñan eso en la Facultad?
No, y se debería. Los veterinarios tenemos que tener grandes dotes de psicología. Los primeros que debemos entender la relación de una persona concreta con el animal somos nosotros, algo muy importante porque así podemos saber hasta donde está dispuesto a llegar el propietario.
Los españoles no estamos entonces tan lejos de Europa en la relación con las mascotas.
El fenómeno ha sido como una mancha de aceite. Empezó por las grandes urbes, luego paso a zonas más desarrolladas del litoral y va extendiéndose por el interior. La gente no aprecia cualidades del animal de compañía hasta que lo tiene, algunos por regalo o por obligación. Le transforma la vida. Un animal produce ternura, llanto, ansiedad...
Pero también están la compra por capricho, el abandono, el maltrato...el lado oscuro español que no se da entre nuestros vecinos.
No se da entre ellos, y aquí tenemos la paradoja de cómo enarbolar la condición de proteccionistas al mismo tiempo que hacemos una fiesta como los toros.
Homologada por veterinarios.
Así es, pero resulta difícil ver todo esto con distancia fuera de nuestras fronteras. Obviamente un toro no es un animal de compañía, y cada animal está destinado a unos fines. Yo intento ser neutral en este asunto, pero alguien como yo que ha hecho prácticas en mataderos industriales, si fuera toro, preferiría que me mataran en la plaza. Protestamos contra el toro pero nos tomamos un doble burguer conqueso. Resulta hipócrita, como también llevar zapatos de cuero. Lo mismo que no llevamos a un perro al matadero no llevamos un toro al salón. ¿O es que podemos equiparar el papel del hombre y del de la jirafa?
¿Va a los toros?
Me gusta el arte, y si se hace con 500 kilos pasando a dos centírmetros del cuerpo se me eriza el pelo, lo mismo que cuando se hace mal, el sufrimiento me produce rechazo. Me he levantado indignado y también de emoción y me hubiera quedado dos horas más.
¿Quiénes están en el proyecto?
Somos varios. Está mi mujer, veternario como yo. En 2006 nos ponemos en serio y vemos que la zona de la Costa del Sol es ideal, aunque hay otras en España con gran desarrollo y cultura del animal de compañía, como Madrid, Barcelona, además de otras zonas costeras. Soy fuengiroleño, y sé que ésta es una zona propicia. No hay nada más frustrante en esta profesión que ofrecer servicios y que caigan en terreno yermo, aunque rara vez los propietarios los rechazan. El planteamiento es poder pagarlos y afortundamente hay seguros y los bancos financian tratamientos.
¿Desde cuándo?
Hará par de años. Eso ayuda al propietario. En nuestra profesión vemos cómo se mueve el mercado y el sector en otros países. En Alemania, Francia o Inglaterra ves la evolución. Los compañeros más veteranos de allí te hablan del pasado de su actividad y dibujan el panorama que ahora tenemos en España. Su pasado es nuestro presente. La gente ya no pide el veterinario de antes, con bata y fonendo, que lo mismo ve un problema de piel que de ojos. Estamos en la especialización del sector, al igual que en la salud humana y hay quien se especializa en neurología o en odontología. Ese futuro lo queremos hacer presente y ese es el detonante de la idea.
De la que usted es el ideólogo.
Sí, a lo largo de estos nueve años la cuento y se enamoran docenas, pero para arriesgar tienes que romper el área de confort, y eso, amigo, es otra cosa. En estos tres o cuatro años hay gente que se ha subido y bajado del proyecto. En él está Sergio Moya. Yo hice prácticas en la clínica de su padre y lo conocí corriendo por allí cuando tenía seis añitos. Este proyecto ha necesitado planes de empresa, y al pedir la actualización de ellos en 2009 a Francisco Celestino López, gerente durante 21 años del hospital universitario veterinario de Lugo, no solo no me cobró la minuta, sino que se enamoró del proyecto. Se ha embarcado y se ha venido a vivir, se ha empadronado, así que ya tenemos un nuevo andaluz.
¿La crisis paró el proyecto?
Lo anestesió. Buscar dinero en 2012 era misión imposible, pero la situación ha cambiado y los bancos están dispuestos a arriesgar, a apoyar a las pequeñas empresas como nosotros, que estamos por mover el sector
De pequeño, este proyecto tiene más bien poco.
Para nuestro sector somos un gran proyecto. Hay otros centros e España con nuestro concepto, pero seremos el primero de Andalucía, con la gran ventaja de estar a un máximo de hora y media de la mayor concentración de mascotas, en Málaga, Sevilla, Cádiz y Granada.
¿Qué volumen de mascotas hay en Andalucía?
Censadas, unos dos millones de perros y gatos, pero nosotros calculamos un 25 o 30 más sin censar. En España habrá unos 13 o 14 millones y 4 o 5 de gatos. El incremento es constante. El censo canino en Málaga en tres meses, ha crecido en 17.000 perros.
¿Cómo han recibido el proyecto sus colegas que tienen consulta?
Bien. En nuestro ánimo no está el ser competidores de nadie. Todo lo contrario, queremos ser el complemento de su trabajo. Somos compañeros de viaje. La rutina del veterinario no la tocamos. Un hospital de especialidades no es para un chequeo, una peluquería...eso no lo vamos a hacer. Le insisto en la comparación con la medicina humana. Igual que no vamos a un hospital a ponernos una vacuna, no vamos a un ambulatorio a que nos operen. Un hospital especilizado no se mete en el huerto de la atención primaria. Eso es sagrado para mí. Nuestro cliente en el fondo no es el dueño de la mascota sino los más de mil veterinarios de cabecera de Andalucía, Ceuta y Melilla. Los necesitamos. Habrá tres o cuatro unidades móviles para desplazarse a recoger al animal porque, además somos un hospital, 24 horas con servicio de urgencias.
¿Cuál fue su mayor laguna al salir de la Facultad?
Sin duda, la formación empresarial, un problema que ha hecho que muchos colegas abrieran consultas y tuvieran que cerrarlas. La especialización es otra laguna. Pienso que tendría que haber un vir como un mir en la medicina. Hay falta de voluntad política. La gente nos llega aquí y pregunta no si le puede atender un veterinario sino si tenemos oftalmólogo o traumatólogo.
Pero eso es también consecuencia del doctor Google
Sin duda. Hay quien llega y duras penas sabe pronunciar el nombre de una dolencia que ha leído. Todos nos enfrentamos a google. La especialización veterinaria está al caer. La calle la demanda y el Ministerio de Educación tiene que ponerse las pilas.
Qué cifras mueve el sector de mascotas
No sé.
He leído que unos 1.400 millones
Eso sólo el sector veterinario, pero todo lo que hay alrededor puede superar eleva esa cantidad.
¿A qué aspiran en el terreno de la investigación y en relación a clientela de otros países?
Buscamos crecer, pero lo primero consolidarnos. No correr a cualquier precio y llegar a ser referente. Somos ambiciosos pero modestos. Queremos colaborar con empresas y facultades que hacen I+D, ofrecer nuestra experiencia y equipos, por ejemplo para el desarrollo de medicamentos. Ya en el tema asistencial. En Londres, le diré que operar una rodilla cuesta unas 4.000 libras, una operación que en Animal Bluecare, pueden ser 1.600 o 1.800. Ese precio le permitirá al dueño pagarse una semana de vacaciones aquí mientras se atiende y se recupera su mascota. Podremos ofrecer atención especializada a la mitad de precio que en Europa y eso queremos ponerlo en circulación entre los touroperadores
Recomendará antes la adopción que la compra a la vista de cómo están las perreras y protectoras.
Adopción por su puesto. Lamento la comparación, pero hay quien quiere un A4 de una determinas características y quien busca en la perrera y encuentra un perro simpático. El abandono es una falta de responsabilidad absoluta. Hay quien piensa que tener un animal termina en darle de comer, que es sólo el comienzo. Si no hay relación afectiva es un desastre.Detectamos cuando un animal está siendo maltratado, algo que conecta con el maltrato en el entorno familiar.
¿Y eso?
Quien maltrata a un perro lo hace con una persona. Convierte el perro en diana de su malestar. Evita que lo traíga a consulta la mujer.
También habrá maltratadores que sean muy cariñosos sólo con el perro
Puede ser, pero en el caso contrario, casi seguro que estamos ante un maltratador en casa.
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