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La batalla judicial en la élite del pádel no ha hecho más que empezar. La aparición del nuevo circuito, Premier Padel, impulsado por la Federación Internacional de Pádel (FIP) y el empresario y dueño del PSG, Nasser Al-Khelaifi, que arrancará con una prueba en Doha el próximo lunes 28, hizo saltar las alarmas en el World Padel Tour (WPT), que desde hace años cuenta con el monopolio del pádel mundial. Esta nueva prueba (dado que por ahora sólo hay una en el calendario) promete otorgar a los jugadores premios económicos mucho mayores, mejores condiciones y un gran crecimiento internacional. Sin embargo, los deportistas mantienen un contrato en vigor con el WPT hasta la campaña 2023, inclusive. Atendiendo a este aspecto, el circuito mundial reclamará hasta 25 millones de euros por aquellos jugadores que rompan su acuerdo y se unan al nuevo torneo. Una cifra desorbitada que eclipsó ayer la actualidad del pádel.
En los contratos del WPT, los jugadores del 'top-20', cuentan además con una clásusula de exclusividad. En este selecto grupo de la élite mundial se asientan dos malagueños: Álex Ruiz (nº 7) y Momo González (nº 16). Se habla siempre en clave masculina porque por ahora, el Premier Padel no incluye a las jugadoras. La inmensa mayoría de jugadores del WPT se revelaron ante esta polémica y dieron luz verde a la creación de la Asociación de Jugadores Profesionales de Pádel (PPA), que no ha parado de trabajar desde que comenzó el conflicto de intereses. La postura de la Asociación es clara: apoyan la creación de este nuevo circuito, cuyas condiciones creen más justas que las que les ofrece WPT, por lo que no dudaron en apuntarse al nuevo torneo de Doha.
Sin embargo, lo hicieron conscientes de que, una vez comiencen su concurso catarí, el WPT les interpondría una demanda por incumplimiento de contrato. Avalados por sus abogados, los jugadores siguieron adelante, confiando en que posteriormente podrían plantar cara e incluso llevarse la victoria en el más que probable proceso judicial previsto. Lo que no esperaban era la carta que recibieron ayer por parte del WPT, en la que su empresa organizadora, Setpoint Events S.A. amenazaba a los deportistas con una multa inasumible por jugadores que, en muchos casos, apenas pueden vivir económicamente del WPT.
Una multa de 12,5 millones de euros para los jugadores del 'top-20' (en conjunto) y otra de otros 12,5 millones para los deportistas del nº 21 del 'ranking' en adelante. Un total de 25 millones que ha puesto en pie a todo el colectivo, obligado a responder con una carta. En esta, la PPA, que cuenta con el malagueño José Carlos Gaspar en su equipo directivo declara: «Los jugadores profesionales de pádel se mantendrán unidos ante esta nueva demostración de presión que WPT intenta ejercer desde una posición abusiva y clara de monopolio. No se van a permitir que este tipo de presiones conculquen su derecho a la libre elección sobre dónde, cuándo y cómo deben desarrollar su actividad».
Además, en el comunicado se informó que, junto a la FIP, la PPA ha presentado una denuncia ante la Comisión Europea aludiendo a los artículos de la legislación que abogan por una competencia justa y penalizan el abuso de posición dominante de las empresas y sus afectados, los jugadores. El ambiente se crispó aún más al darse a conocer la noticia en pleno Open de Vigo, lo que hizo que muchos se aquejasen en las redes.
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