Pioneras en un reto adaptado a la nueva era
Cinco malagueñas y una jiennense. Un grupo de corredoras de trail y ultratrail recorrieron los 115 kilómetros de la nueva Vuelta al Valle del Genal en 24 horas y 18 minutos
MARINA RIVAS
Domingo, 6 de septiembre 2020, 01:24
Ni las circunstancias más complejas pueden evitar que las personas ambiciosas puedan seguir imponiéndose retos. Todos los adeptos al trail en Andalucía conocerán de sobra una de las grandes citas del calendario anual, la Gran Vuelta al Valle del Genal, con más de un millar de competidores que recorren hasta quince pueblos de la Serranía de Ronda a lo largo de casi 130 kilómetros y más de 6.600 metros de desnivel acumulado durante un máximo de 32 horas. Un reconocido evento malagueño al que, dada su cancelación por la pandemia, se le ha dado la vuelta.
Así, con el mismo recorrido ya señalizado -a excepción de Faraján, que no quiso participar- y con salida y meta en Alpandeire, nació Genal 365. Se trata de una Vuelta al Valle adaptada a la era postconfinamiento, que permite, a través de una aplicación, que todo el que lo desee, a lo largo de un año y desde el pasado 14 de agosto, pueda realizar el recorrido por su cuenta y con tres opciones a elegir: una libre, que no requiere de inscripción ni tiene tiempo límite y en el que cada uno puede elegir la ruta; una segunda, a caballo entre la competición y el ocio, denominada 'Experiencia Genal', que sí requiere acabar el recorrido e incripción (aunque cuenta con la libertad de que cada uno puede diseñar cómo y cuándo realizarlo), y una tercera, en la que sí se habla ya en términos de competición.
Se trata de realizar los 115 kilómetros y más de 6.000 metros de desnivel acumulado de la Vuelta, pasando por sus 14 pueblos (salvo Faraján) en menos de 35 horas, siguiendo la ruta marcada por la organización y con una pulsera a modo de crono para marcar el paso por cada etapa para la creación de un ránking final, cuya edición de 2020 cerrará sus puertas el 20 de diciembre. Para dar el pistoletazo de salida a este reto, la organización quiso contar con unas anfitrionas de lujo, un grupo de corredoras cuyos nombres no pasan inadvertidos en el mundo del trail y las carreras de ultrafondo: las malagueñas Yolanda Fernández, Carmen Navarro, Cristina Salazar, María Bravo, Guadalupe Monroy (nacida en Baena pero afincada en Alhaurín de la Torre) y la jiennense Noelia Camacho.
Fernández, impulsora del equipo y que además de su extenso palmarés nacional en estas citas es profesora de Educación Física, relata: «El organizador se puso en contacto conmigo porque fuimos las que ganamos los 101 de Ronda y el último Ultra del Valle del Genal y me dijo si podría montar un equipo de chicas para dar el pistoletazo de salida al nuevo formato de la carrera». Completaron el recorrido en 24 horas y 18 minutos. ¿La mayor dificultad? «Que íbamos a cubrir 115 kilómetros y que tres de las seis que íbamos nunca habían hecho más de 50. Las otras tres sí que somos adeptas a los 'ultras' y todas lo han conseguido, como luchadoras que son», cuenta.
Para ello, salieron a las 5.30 horas el 15 de agosto desde Alpandeire y completaron la Vuelta a las 5.48 horas del día siguiente, siem pre con el aliento de los organizadores e incluso de alguna de sus parejas, que, para dar un extra de motivación a las corredoras, participaron en los avituallamientos. «Yo no tenía experiencia en 'ultras'. Los primeros 43 kilómetros fueron muy duros. Salí con el estómago mal y llegó un momento en el que no creía que no podía seguir el ritmo; luego, a 20 kilómetros de la meta, se notaron los dolores de rodilla, pero aun así no me arrepiento de hacerlo. Incluso lo repetiría», afirma la entrenadora deportiva Navarro.
Retos personales
Al igual que ella, Salazar (intensivista en el Hospital Clínico) tampoco había disputado jamás una prueba de más de 40-50 kilómetros. Además, su reto fue doble porque la pandemia dio un vuelco a su vida: «En febrero tuve que dejar la actividad deportiva por la pandemia. Yo estuve en la primera línea, fue un estrés emocional. Cuando hace seis semanas me dijeron de correr una 'ultra', sentí que era el reto que necesitaba, porque he dado tanto en el trabajo que necesitaba reengancharme a la vida, para estar más fuerte para lo que pueda venir», se sincera la sanitaria. Sobre la carrera, añade: «Yo era la menos fuerte y lo sabía. Estas chicas son mis ídolos y con fuerza mental he acabado una 'ultra', como ellas».
Una experiencia novedosa también para Bravo. «Nunca había hecho una carrera tan larga; lo máximo, 50 kilómetros. Al principio le dije a Yolanda que no, pero luego me lo pensé y me puse a prepararlo. De las seis, tres no habíamos corrido 'ultras' nunca e íbamos un poco por detrás, pero más o menos tirando de 'coco' seguíamos el ritmo. Estoy muy contenta, fue una experiencia bonita. Estas están preparando ya nuevos retos ya...», bromea la bombera. Por supuesto, son retos en los que tampoco faltará Monroy, ingeniera electrónica, que comenzó hace 7 años en los triatlones e 'iron man' y más tarde pasó a convertirse en un nombre de referencia en la montaña.
«Como experiencia, me ha encantado. Ha sido una forma distinta de hacer el ultratrail. Nos ofrecieron ir en un equipo femenino y a mí estos retos me encantan», señala. «Eso sí, este era distinto: el objetivo era acabarlo y disfrutarlo». Eso sí, no todo fue sencillo, «En el kilómetro 92 tuve que parar por una rozadura que no me dejó continuar; descansé unas horas en una furgoneta y luego me uní para entrar en meta», destaca la malagueña. Son diferentes historias de un mismo reto que, pese a las dificultades, todas volverían a repetir. Y además, de nuevo juntas
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