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El noruego Sven Erik Bystrom, en calle Larios.

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El noruego Sven Erik Bystrom, en calle Larios. MIGUE FERNÁNDEZ

La Vuelta viste de fiesta a Málaga

Miles de personas de todo el mundo coparon el centro de la ciudad para apoyar a sus ídolos

MARINA RIVAS

Málaga

Domingo, 26 de agosto 2018, 00:20

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Un ilusionante caos. Quizás esa podría ser la forma de describir lo que Málaga entera vivió ayer con ese prólogo de La Vuelta en forma de contrarreloj individual. Una primera etapa para la historia, en un día soleado, con ambiente festivo, casi como si de una prolongación de la Feria se tratara, sobre todo, por toda la estructura de casetas, animación y turistas que copaban el centro. Miles y miles de personas que aguantaron firmes desde las 16.00 horas, sobre todo, hasta el fin de fiesta, en torno a las 21.00 horas.

Sí que hubo más de un gesto de preocupación y algún que otro conductor indignado por los incesantes cortes y desvíos del tráfico en la ciudad, pero toda aquella ira se palió cuando esas mismas personas vieron en lo que se había convertido el corazón de Málaga. Toda engalanada desde la Plaza del Carbón, donde los ciclistas aminoraban la marcha tras cruzar la meta, hasta el epicentro de la vorágine, el Muelle Uno y el Paseo del Parque. A las caravanas de los 22 equipos de la serpiente multicolor se les sumó una cola de vehículos que acompañaban a cada corredor tras salir de la rampa de salida que coronaba el Pompidou. Una magistral clase de gusto a la hora de escoger el entorno de aquella salida. Eso sí, con más de un golpe de calor que se dio en la zona, pero nada que no se solventara rápido.

FRANCIS SILVA

Sólo en el puerto se reunieron varios millares de personas, a lo que la vista alcanzaba, de todos los rincones del mundo. Era fácil de distinguir por sus banderas, que portaban con orgullo. Irlanda, Suiza, Noruega, Inglaterra, Australia, Bélgica, Francia… Y, sobre todo, italianos, colombianos (como fervientes favoritos de la Vuelta) y muchos españoles deseosos de ver y apoyar a los suyos. Como a Alejandro Valverde, que se convirtió en un claro objeto de atracción desde su salida hasta su llegada. Resultaba curioso a la par que gratificante que ejemplos deportivos como él siguieran sirviendo para unir generaciones de padres e hijos para alabarle a su llegada y pedir algún que otro autógrafo. Al igual que el actual líder de Sky, David de la Cruz, uno de los más buscados y, cómo no, también el anfitrión, con una sonrisa de oreja a oreja, inevitable por estar en casa, el marbellí Luis Ángel Maté.

Aguantando como molinos, con 30 grados, sin sombra y tirando de algún que otro paraguas, el público sorprendió a ciclistas y organizadores, sobre todo en zonas concretas como calle La Victoria, el Paseo del Parque, la salida del Paseo de la Farola en dirección a El Palo e incluso en el pequeño repecho a espaldas de Gibralfaro. Zona en la que muchos malagueños aprovecharon para captar algo de sombra y disfrutar viendo la subida, más tranquila, de los corredores. Como siempre, con algún que otro aficionado que quería seguir los pasos de las bicicletas para dar gritos de ánimo a sus ídolos.

La placa que recibió Dennis, como líder de etapa, se realizó con vidrio reciclado

Nadie quería perderse este inédito recorrido de la serpiente multicolor, que no partía desde Málaga desde 2006 y que, en esta ocasión, se decidió que difundiera una imagen diferente de la ciudad. Una cara en la que se vio, desde la Farola o la playa, siempre manteniendo el punto de vista turístico, como otras zonas más residenciales. De uno en uno, esos 176 corredores no pudieron más que quedar satisfechos con un recorrido del que prácticamente todos salieron contentos, por la acogida que les había brindado un público tan entregado y, cómo no, por las condiciones del día.

Ya con la noche encima y el 'maillot' rojo ya entregado al más veloz, para sorpresa de muchos, Rohan Dennis (equipo BMC), con un tiempo de 9 minutos y 39 segundos, a Málaga le tocaba recoger. Más de uno prefería quedarse un rato esperando mientras impregnaba su retina con las imágenes que había visto en tan poco tiempo. Otros, exhaustos, marchaban rápido para casa, sabiendo que habían vivido un día único para la ciudad y para todo buen amante del deporte.

Una ciudad diferente, que convirtió en virtud su cara más sencilla para realizar otra labor única. Y es que el trofeo del primer líder de la general, realizado por vecinos de la ciudad se creó a base de vidrio reciclado. Una curiosa labor que el mismo colectivo llevará a la etapa de hoy, donde se prevé una recogida de residuos en el cierre de la segunda etapa, el Caminito del Rey. Una forma de hacer ver la diversidad de una provincia capaz de albergar cualquier evento de repercusión internacional y no sólo salir airosa, sino hacerse notar. Una apuesta por un público al que todavía le quedan tres metas y dos salidas más y que ya cuenta las horas para el inicio de la siguiente.

JON SEDANO

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